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Los escombros del norte
(Fragmento del poema en La Suite de los versos)
Europa: ¡Enloquecida amiga!
¡Empobrecida dama inveterada! ¡Falaz!
¡Desdentada hipócrita, alcahueta y beata!
¡Atea y profana! ¡protestante y romana!
XXVII
Tú; que albergas tanta muerte en las entrañas,
sin asomarte a la antigua ventana,
nos ofreces un mañana luminoso.
Puede ser que sin tiempo y sin espacio, Y un enorme y antiguo espejo en tu morada,
sin nada que medir, sin rumbo que tomar que te miente a diario, con inusual descaro
desaparezcan los poemas y los poetas; te ocultará la matanza de San Bartolomé
pero la lírica,
y los quebrados esqueletos de Auschwitz.
esa esencia que nada persigue,
que no es un contenedor de datos e incógnitas,
que no pretende resolver problemas
La muerte que atormenta desconsolada a Irlanda.
ni alcanzar metas, Nuclear o en hogueras de fe des-afrentada.
que no puede Ser en el breve espacio de una fórmula,
La muerte que se goza en la historia de España,
que no cree en la belleza ni en la fealdad,
que arrasa los Balcanes, Anatolia y Esparta.
que no forja el bien ni rechaza el mal.
¡Y nos hablas de un mañana luminoso!
la lírica, que no se crea con el corazón en la mano
ni admite que nadie se postre a sus pies,
Antes ya de que Zeus en rapto de deseo
vivirá siempre ocultando su secreto indescifrable.
te apresase, a sus hijos Cronos engullido había.
Y nos hablas de un mañana luminoso.
Decae mi voz al contemplarte con sonrojo
y con la tarde avanza entre el arrebol nuboso
aunque, como Pessoa, tengo frío al sol
y aún busco entre los mitos alegres profecías
que nos hablen de un mañana luminoso.
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