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Creación


Fernando Morlanes Remiro







Nació en Épila (1952). Licenciado en Filología Hispánica; Diplomado en Estu- 
dios Avanzados en Teoría de la literatura y literatura comparada. Ha escrito artícu- 

los, reseñas y poemas en varias revistas culturales como Eclipse, Rif-Raf y Expresión 

Cultural. En esta última coordinó la sección “Cuadernos de pensamiento”. Ha pu- 
blicado dos relatos en la obra colectiva, Relatos en Crisis. Durante los años 70 y 80 

del pasado siglo, participó en la fundación del Teatro Escuela y perteneció al grupo 

de teatro La Taguara, dirigido por Pilar Delgado. Estrenó una obra de teatro escrita 
y dirigida por él: La Vanguardiada. Además, ha prologado Historias con mucho cuen- 

to y Campo de ortigas. En la actualidad dirige Crisis. Revista de crítica cultural.




(Tres fragmentos de Multitud deshabitada)




V




Hablar de leves murmullos cuando nos azota el viento, 

cuando nos muerde el viento rompiendo nuestras venas, 

desgarrando vísceras, paralizando gestos,
helando la mirada y enmudeciendo nuestra voz,

es lo mismo

que dejarse aniquilar mientras detienes el tiempo
en la cafetería de un hotel con dulce música.

III
Porque, cobardemente, buscas un cómodo refugio

entre las notas de esa música ambiental
que ni molesta ni acompaña, pero consigue apagar 

Tal vez sea exagerado, pero ahí vienen todos nuestros recuerdos y anula nuestros sentimientos.

otra vez las manadas disparando ciegas 
sobre la clara luz primaveral.
Así proliferan hoy los versos de algunos poetas 

que se sumergen en los diccionarios

¿Dónde van, tan duras, sus balas perdidas?
en incansable búsqueda de la palabra perfecta; 
de la palabra que no signiique ni pueda pronun- 

Las pobres masas ni saben si respiran
ciarse.

ni si van más allá de sus palabras,
Una palabra sin sílabas ni intenciones. 
pero, a ciencia cierta, creen alcanzar un destino.
y así nace su nuevo concepto de lírica, 

una lírica políticamente correcta

¿Y la lírica?
que no perturbe las mentes ni las vidas.
¿dónde atesora su fuerza? ¿hacia dónde va?

¿Para qué sirve una lírica que no molesta? 

—para esta pregunta tengo respuesta—. 
Para matar la poesía.

Para matar nuestra voz.

Para matar.










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