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Paulina Viardot (Albert H. Payne)

Turguéniev no solo penetró en racterísticas de sus personajes y eso visiones místicas de Cristo.

el alma del hombre a la hora de plas- constituye la esencia de estética. Es Con la estética clásica viene

mar sus experiencias subjetivas. En la reconstrucción subjetiva del ideal asociada en Turguéniev, así mismo,
sus andanzas por el centro de Rusia clásico, plasmado en las estatuas y la creación de cuadros idílicos de la

en busca de muestras del carácter monumentos como los relieves de vida rural. El escritor Boris Zaitsev

nacional ruso quedó asombrado
mármol del siglo I a. C. de la acró- se dio cuenta de que él “puriica el
por una notable diversidad de tipos polis de Pérgamo con su dinamismo alma de inmediato y, a la hora de

humanos (“Egor es para mí un tipo y gracia, que vio en una ocasión en introducirnos en una atmósfera fra-

nuevo ... una persona sencilla y ale- Berlín. Le vincula con los escritores gante, permite sentir el amor joven,
gre, pero un poco astuta”). Como si del helenismo tardío como Plutarco el verano ruso, los estanques, las vi-

estuvieran vivos, aparecen delante asimismo la dimensión didáctica
llas ...”. Pero es querido por el lector

del lector señores, comerciantes, de sus escritos, la intención de dar a no solo como autor de bucólicas en
campesinos, cuyas biografías nos sus coetáneos y descendientes ins- prosa. La objetividad estéticamente

dejó el escritor ruso lo mismo que trucciones sobre la moralidad prác- aislada nunca fue para él “el arte por

Plutarco dejó a sus contemporáneos tica, pero no en forma de tratados y el arte”. Todas sus grandes novelas
las vidas de muchas celebridades. homilías sino en forma de historias están, de alguna manera, imbuidas

Entre toda la riqueza de caracteres breves, en muchos casos dialoga- de la preocupación por el presente

humanos, había uno que llamaba das. Todo lo que escribe conduce al y el futuro de Rusia y Europa. Tur-
más la atención de Turguéniev: el de renacer del alma, a la simplicidad
guéniev consideraba que la familia

una persona tranquila y simple con y naturalidad casi primitivas, pero como unidad física y espiritual cons-

sus apegos diarios, con su amor a la genuinas, del ser o la eleva sobre el tituye el fundamento del Estado. Las
naturaleza, la familia y a su tierra mundo imperfecto lleno de sufri- páginas de su célebre novela Padres

natal, con un patriotismo suave y miento. Un ejemplo elocuente de e hijos demuestra los valores del hie-

caluroso. Una persona ordinaria, en sobriedad, paciencia y sumisión al ros gamos de los viejos Bazarov, un
la que no había, sin embargo, nada Destino es el retrato de Lukeria, una modelo de cariño mutuo, idelidad,

tenso, antinatural, monótono, por lo joven campesina paralítica descrita amor paterno y materno, así como

cual representaba para el autor una por Turguéniev en el relato “Una el de la pareja de los jóvenes terra-
indudable virtud. El escritor tenía su reliquia viviente,” cuya alma vive tenientes que cuidan de sus propie-

propio enfoque especial sobre las ca-
solo de la fe en la Providencia y en
dades en el campo y de sus hijos, en

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