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luntariamente por el deslumbrante cuerpo largo y cuatro alas inmóviles no de la conciencia en la forma más 

y reluciente resplandor de la nieve y transparentes; o seguir con la mira- espontánea de una confesión, de un 
blanda, admirar el color verde del 
da los movimientos precipitados de monólogo insertos en la narración. 
cielo sobre el bosque rojizo otoñal! un pato que se rascaba la nuca con Gracias a ello, el escritor daba paso 

Y, junto a él, admirar a sus persona- una patita húmeda al borde de un a nuevas formas de impacto estéti- 
jes, leyendo acerca del campesino 
charco. Fue un interés centrado en la co sobre el lector, a la hora de crear 
Kalinych, que pasa todos sus días al vida real, pero no en su actitud natu- el efecto del “éxtasis emocional”, 

aire libre, sabe cómo vivir en paz con ralista, tampoco observada desde las atributo de las poéticas del expre- 
Dios y consigo mismo, y siente la 
ópticas de los adeptos del “arte por sionismo originado en su obra. El 
belleza de su entorno.
arte”, sino en términos ilosóicos.
lenguaje de Turgueniev poseía una 

Con la publicación de los El Turguéniev narrador lírico no pureza muy especial, porque cuida- 
Apuntes de un cazador Turguéniev es solo un hombre contemplativo. 
ba mucho la palabra haciendo prue- 
ocupó uno de los lugares más ho- La restricción de las sensaciones y bas ininitas de lo escrito, antes y 

norables del panteón literario ruso
las fuerzas, el equilibrio de la salud después de su entrega a la editorial. 
y universal. No eran apuntes que que encontró en cada elemento de
“Debes comprender —comentaba
contuvieran habitualmente informa- la naturaleza, sugería que todo de- a uno de sus amigos— que Bazarov 

ción sobre la caza de patos blancos, bía ser proporcionado de la misma está delirando, y en su delirio tiene 
cisnes y “osos en la avena”, ni sobre manera tanto en sociedad como en 
alucinaciones de perros, pero estos 
animales y perros de caza, sino una la vida privada. Pero tal vez solo fue perros tienen que ser rojos, porque su 

especie de peregrinación por las tie- una sensación aparente, dado que, cerebro está inlamado por el lujo 
rras rusas como actividad espiritual. con el tiempo, Turguéniev llegaría
de sangre”. El color rojo en este caso 

¡A qué lugares retirados se dirigían a establecer como ley de vida otro no solo se justiica por la medicina, 

sus contemporáneos en el intento
principio: el principio del amor, del sino que también va asociado con la 
de huir del tedio de la vida rutinaria pasmo y del sacriicio. En narracio- ansiedad, excitación y locura.

rusa! Iván Goncharov, compatrio-
nes como Asya, Aguas primaverales, La simbología cromática y acús- 

ta de Turguéniev, dio la vuelta al Petushkóv, Una infeliz, nacen héroes, tica se convierte en elemento indis- 
mundo, experiencia relejada en la y con más frecuencia, heroínas, cuyo pensable de la expresión estilística en 

novela Fragata Pallas. Vasily Botkin, comportamiento, en general, no está Turguéniev. Su fuente asimismo fue la 

su mejor amigo, viajó a España para determinado por la psicología o el tradición oral popular con sus corres- 
obtener nuevas y radiantes impre- entorno habituales, sino por impul- pondencias entre el hombre y la natu- 

siones, narrándolas en sus Cartas sos internos, apenas conscientes, raleza: “No es el viento el que mueve 

desde España. Antón Chéjov, el con- que transgreden el ritmo regular y las ramas, no es el robledal el que hace 
temporáneo más joven del escritor, producen una perturbación emo- ruido, es mi corazón que está gimien- 

realizó un viaje a la isla de Sajalín al cional en el alma humana. La falta do, tiembla como una hoja de otoño”, 

lejano Oriente, casi en los conines de movimiento, el estancamiento, la se canta en Luchinushka, una canción 
del mundo. En cambio, Turguéniev quietud de la vida provinciana re- popular estilizada de los tiempos

se sintió atraído por el interior de su vientan en una explosión de emocio- de Turgueniev. Haciendo uso del 

país en la boscosa región de Polesie, nes y fuertes sentimientos de amor, paralelismo popular, Turgueniev 
cerca de Orel, donde tal vez buscaba sin los cuales la vida genuina es inserta igualmente las experiencias 

la respuesta a los interrogantes que impensable. Como una presa que se emocionales de una heroína sobre

le habían preocupado en su vida. quiebra bajo la presión de un caudal el amor frustrado en el marco del 
Ahí comprendió la riqueza de la len- de aguas torrenciales, así se libera el paisaje de un día grisáceo, pero tran- 

gua rusa, sobre la cual diría: “En los elemento libre del amor más allá del quilo y cálido, en el que los tallos 

días de duda, solo tú me das espe- control de la razón.
amarillentos de las lores marchitas 
ranza y apoyo, oh gran lengua rusa, Según los estudiosos de Tur- se balancean tristemente sobre páli- 

libre y poderosa”. Ahí le pareció que gueniev, éste poseía técnicas innova- da y seca hierba otoñal. En el teatro 

entendía el signiicado misterioso de doras de “psicología oculta” que des- de Turguéniev nace el drama lírico 
la vida de la naturaleza. Su pensa- cribían una lenta fermentación de la “de estado de ánimo” o pampsique 

miento poético no procedía de ideas pasión silenciosa en el alma de sus que promocionarán más tarde Antón 

especulativas, sino de la realidad del personajes hasta su manifestación Chéjov y Leonid Andréiev, para po- 
cosmos sensual y material. Podía más abierta. Y ello, no solo a través ner en escena el drama del mundo 

contemplar durante horas una gran de medios externos de descripción interior del personaje, creando una 

mosca tostada por el sol con una de la vida psíquica —el gesto, las ex- atmósfera espiritual, musicalmente 
cabeza esmeralda, que aleatoriamen- presiones faciales, el movimiento—, expresada, que despierta la imagina- 

te giraba de un lado para otro, con su
sino también a través del lujo inter-
ción del espectador.


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