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sonal, familiar y social discurrió en un sido elegido por Dios ni tenía una idea Conciliar. Padrinos de honor fueron 

clima de severa pobreza y sometido a siquiera aproximada de lo que era un Ricardo Royo Villanova, decano de la 

muy duras estrecheces. Como no po- seminario y, mucho menos, de lo que Facultad de Medicina de la Universi- 
día ser de otro modo, esa realidad ha era un sacerdote. Lo que sí puedo cer- dad de Valladolid, y Pilar Bergua de 

orientado posteriormente mi concepto tiicar con absoluta seguridad es que, Sancho-Dronda. Predicó la homilía mi 
sobre el sacerdocio y ha condicionado - 
pasados los años de Humanidades
condiscípulo en la Universidad Ponti
mis preferencias y opciones en el ejerci- y Filosofía y, por supuesto, antes de icia de Salamanca Federico Sopeña, 

cio de mis funciones apostólicas. Esas recibir las Órdenes sagradas, yo era afamado musicólogo entonces y, luego, 
convicciones profundamente arraiga- consciente de lo que signiicaba ser entre otros relevantes cargos, director 

das en mi espíritu aún se robustecerían sacerdote y asumí con total libertad de Museo del Prado y presidente de la 

más al iniciar mi andadura pastoral
mis compromisos. Hoy, setenta años Real Academia de Bellas Artes de San 
en el viejo Arrabal donde, de 1949 a después, creo que tomé el camino Fernando. Se ocupó de la parte musical 

1955, fui coadjutor de la parroquia de apropiado, y en él sigo feliz como el la pianista zaragozana Pilar Bayona, 

Nuestra Señora de Altabás. El lema d“í a d e m i p r i m e r a m i s a .
buena amiga del predicador y del misa- 
que elegí para mi sacerdocio “Evange- cantano. Como ves, bien acompañado 

lizare pauperibus misit me” (Dios me ha estrenaba su sacerdocio aquel mucha- 
Mi estancia de seis años 
enviado para evangelizar a los pobres) cho que, siendo niño, regaba sepulturas, “
podía tener, si yo era iel a mis ideales, en la parroquia de Altabás limpiaba nichos y, en la noche, cuando 

perfecto cumplimiento en aquella fue la etapa más feliz en mi en plena guerra civil llegaban los avio- 

barriada (20.000 habitantes y una sola trayectoria sacerdotal
nes enemigos, se encerraba con toda
parroquia), sin duda una de las zonas su familia en el interior de un panteón 

más empobrecidas y marginadas de la grande de piedra. Semejante estrategia 

Zaragoza de mediados del siglo XX.
— Resumamos tus estudios.
funeraria era, en caso de bombardeo, un 
— ¿Qué te llevó al Seminario?
— Estudié Latín y Humanidades seguro de vida. O eso nos parecía.

— Mi camino hacia el sacerdocio, en Alcorisa, un seminario improvisado, 

iniciado a los 13 años recién cumpli- lleno de enormes carencias materiales, De Altabás a la Renfe
dos, en plena guerra civil, tuvo unos educativas, higiénicas y formativas. — ¿Tu primer destino?

orígenes atípicos. Mi entrada en el se- Estuve dos años, de los que no guardo — Terminados mis estudios de 

minario no llegó por iniciativa familiar más que recuerdos negativos. De allí Salamanca, en cuya catedral recibí la 
y, menos aún, por deseo personal. Yo pasé a cursar la Filosofía en el Semina- ordenación sacerdotal, vuelvo a Za- 

nunca había pensado en ser cura. Fue- rio Conciliar de Zaragoza donde viví ragoza y el arzobispo Doménech me 

ron sugerencias e indicaciones ajenas, los “años del hambre” en los que mis envía como coadjutor a la parroquia 
algunas ciertamente curiosas e invero- recuerdos tampoco son gratos. Luego de Nuestra Señora de Altabás en el 

símiles, las que propiciaron mi marcha pasé a la Universidad Pontiicia de Sa- Arrabal. Estamos en el verano de 1949. 

de Torrero hacia Alcorisa (Teruel) lamanca, en donde estudié cuatro años Acabo de cumplir 24 años y me em- 
donde casi un centenar de muchachos la Teología, de 1945 a 1949, hasta lograr barga una gran curiosidad por conocer 

nos disponíamos a comenzar o, en la licenciatura. Años más tarde volvería mi destino, mi párroco, el templo, las 

algunos pocos casos, seguir sus estu- a la misma Universidad salmantina calles, el contorno del barrio, las gen- 
dios interrumpidos en el seminario de para defender mi tesis doctoral que tes con las que iba a vivir, el escenario 

Belchite que había quedado reducido sería editada por el CSIC (Consejo Su- donde se desarrollaría mi servicio 

a escombros en la guerra civil. Aunque perior de Investigaciones Cientíicas).
pastoral. En ese año, Altabás era la 
parezca inverosímil, hicimos el viaje —¿Qué supuso para ti ser orde- única parroquia ubicada en la margen 

en dos camiones. El dato es un buen nado sacerdote?
izquierda del Ebro cuya inmensa de- 

indicador de la pobreza de recursos de — Recibí la ordenación sacer- marcación se extendía de Ranillas a 
la época.
dotal el 3 de abril de 1949. Ese día Cogullada, del Puente de Piedra a la 

— ¿Eras plenamente consciente irme un contrato que me ataba para Academia General Militar. A ella per- 

de tu vocación?
siempre al servicio de Dios y de los tenecían algo más de 20.000 habitan- 
— Esos primeros compases de mi hombres. Rubriqué la mejor carta de tes. Demasiado campo para tres curas, 

nueva andadura ¿pueden considerarse libertad que un hombre pueda suscri- dos ya de edad avanzada y un tercero, 

una verdadera vocación al sacerdocio? bir en esta vida.
apenas un misacantano.
No lo creo. Aunque la llamada de Dios Celebré mi primera Misa en la El 25 de julio de 1949, iesta de 

puede llegar de mil maneras y por las iglesia parroquial de Villafranca de Santiago Apóstol, bajé andando desde 

circunstancias más diversas (en la Bi- Ebro. Tuve a mi lado como padrinos el Cementerio hasta la capital, crucé el 
blia hay multitud de ejemplos), conie- de altar al canónigo Teóilo Ayuso y a Puente de Piedra, observé el desolador 

so que yo ni tenía conciencia de haber
Vicente Avellana, rector del Seminario
aspecto de un Ebro seco y sucio, llegué


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