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Han pasado más de treinta años resto de los lugares de baño, quitarte En el lado contrario está ese pun- 

de todo aquello. Lo que creímos ga- el sujetador es una especie de provo- to indeterminado del ciberespacio en 
nado se ha ido perdiendo, a veces, en 
cación a la neomoralidad que puede el que se produce un linchamiento 
las manos de los herederos de aque- derivar en alguna amonestación e virtual de cualquiera que “saque los 

llas luchas, paradójicamente. Nos incluso multa. Y, por supuesto, en pies del tiesto”, que no diga lo espera- 
movemos en una sociedad timorata
objeto de debate en las redes sociales.
ble. Que sea inadecuado. Por si fuera 
y cada vez más inculta e hipócrita, Porque esa es otra. Internet, que poco, asistimos pasmados a una serie 

con un sistema educativo en el que nació —o nos lo vendieron así— de restricciones en las imágenes, en 
todo lo que huela a espíritu crítico y como un espacio de libertad global, 
las expresiones, en los iconos, que 
pensamiento autónomo es eliminado ha acabado convirtiéndonos en pri- viene de la parte más progresista de 

del temario en las sucesivas, y cada sioneros de nuestras propias palabras. la sociedad, pero que, sin embargo, 
vez más nefastas reformas educativas. Por culpa de la “Ley mordaza” y de 
adolecen de un afán censurador que 
Amparados en el proteccionismo nos los delitos de odio, en una perversión choca de frente con el hálito de liber- 

encontramos con contradicciones de la esencia de su tipiicación, se tad del que surgió.
como el llamado “horario infantil”
tolera menos que con la dictadura. Y Sí, vivimos estrangulados por lo 

en los medios de comunicación, actores, periodistas, raperos o humo- políticamente correcto. Y el lenguaje 

donde no se puede ver ni nombrar ristas sospechosos de poco ortodoxos se ha llenado de eufemismos, como 
una teta, al tiempo que los chavales (¿qué es eso?) son denunciados por he comentado al principio, para de- 

se llenan de violencia gratuita en sus sus expresiones o declaraciones, de nominar, casi siempre de forma más 

cerebros en formación. Es un ejerci- ahora o de hace años. Ha llegado un pomposa, a una serie de colectivos 
cio de hipocresía apabullante. Por un punto en el que soltar un “mecagüen- que por su raza, condición física, 

lado, porque ni en internet, ni en las diós” cuando te das un martillazo en psíquica, sexual, social, económica 

nuevas televisiones a la carta existe un dedo es un deporte de riesgo, no o cualquier otra casuística, se ha 
nada parecido a esa franja horaria tan vaya a haber alguien escuchando.
convenido en modiicar sus nom- 
“
delicada, y por el otro porque a los bres habituales hasta, algunas veces, 

mismos hiperprotegidos menores se auténticos estrambotes. Y ijaos que 
les compra, regala o invita a videojue- Internet, que nació —o este párrafo me ha costado mucho 

gos de violencia extrema en los que nos lo vendieron así— como escribirlo, no vaya a ser que hiera los 

matan a diestro y siniestro a golpe de un espacio de libertad global, sentimientos de alguien. No lo digo 
ratón. Pero no podemos ver un pecho de broma, pero creo que nos esta- “
ha acabado convirtiéndonos 
en la tele. Nunca lo he entendido, si mos pasando. Y no solo podríamos 
en prisioneros de nuestras 
el cuerpo, el sexo es mucho más natu- hablar del lenguaje. El otro día leí 
r“al, es lo natural.
propias palabras
con verdadero asombro que la serie 

estival por excelencia, Verano azul, 

Los ochenta bebían las hoy sería impensable, precisamente 
La reprensión en las redes socia- por eso, por políticamente incorrec- 
mieles de los transgresores 
les no solo existe de arriba a abajo. No ta. Nos estamos volviendo locos.
de los años setenta, que “
solo consiste en que el big brother te 
rompieron una lanza por
censure una foto de una madre ama- 
Vivimos estrangulados “
mantando, una venus paleolítica o se 
la libertad en una España por lo políticamente correcto
ponga en entredicho la conveniencia “ 
mohína y pacata que asistía de obras del arte universal por sus 

expectante a los estertores escenas consideradas “obscenas”. La 

del franquismo
censura también se ejerce entre los 
propios usuarios. Al grito de “Es mi Volver a nacer. Volver a desper- 

muro, opino y publico lo que me sale tar en aquellos ochenta de los que no 

Volvemos a echar la vista atrás y de la neurona, con no darle al ‘me nos queda casi nada, solo los ameri- 
recordamos aquellas playas y pisci- gusta’ vale, no empieces discusiones” canos yendo y viniendo a las bases

nas públicas donde el topless era una es como fracasa la dialéctica. Nadie a su antojo. Y, como en aquella pe- 

opción más a la hora de tomar el Sol. tolera una opinión en contra, nadie lícula, también un hito de aquellos 
Hoy las zonas nudistas están acota- argumenta, solo imponen. Y así es años, Back to the future, aprender de 

das, y normalmente llenas de gente como te callan, borran, e incluso la experiencia y alterar el futuro, que 

de cuarenta y cinco años para arriba, puede que te bloqueen, tus contactos: es nuestro presente atosigante.
salvo alguna familia —educa que compañeros, amigos o hasta tu pro- 

algo queda—, mientras que, en el
pia familia.


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