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los animales no tan nobles están su- garantizar al Estado un índice de poder tiende a expandirse a costa de 

bordinados jerárquicamente a nues- natalidad “sostenible”.
restringir los derechos civiles y socia- 
tros designios y explotación.
Los líderes, militares por su- les. No se puede ignorar que en los úl- 
¿Y entre nosotros? Para ser sin- puesto, gozan de todo lo que prohí- timos años en occidente ha crecido el 

ceros, la evolución de las sociedades ben a los demás.
nacionalismo y la xenofobia en con- 
humanas indica que estas no se
A las criadas no les está permi- tra de los derechos de emigración y 
han desprendido hasta hace muy tido hablar entre ellas; soportan la asilo. Amnistía Internacional ha dado 

poco de una concepción del poder vigilancia de los “guardianes de la la voz de alarma sobre el aumento de 
abiertamente desigual, clasista e 
Fe” y de las espías “Tías” ... Pero es casos de vulneración de la libertad
instrumental de los seres humanos. que en todo Gilead reina la censura de expresión; en España —fruto de 

Y en la práctica todavía vamos más en sus diversas formas: pende la pro- la Ley “mordaza” de 2015 y de una 
atrasados. La Declaración Universal hibición y quema de libros y revistas 
interpretación extensiva y discutida 
de los derechos humanos es recien- “inmorales” de la época anterior de del Código Penal para los delitos de 

te, de 1948; su aplicación aún hoy, “decadencia”, se proscribe la libre odio, enaltecimiento del terrorismo, 
precaria y diicultosa. Al menos en sexualidad; los abogados no existen; 
injurias a la Corona, sentimientos 
los regímenes totalitarios —expre- las universidades están cerradas; la religiosos y otros— se ha criminaliza- 

sión paradigmática del poder sin oposición se castiga con el exilio a do a titiriteros y raperos por chistes o 
límites—, volvemos a encontrarnos las “colonias” de trabajos tóxicos o letras de canciones; se ha multado a 

una relación parecida a la del auriga con ejecuciones sumarias... La vir- periodistas, desautorizado una expo- 

y su montura. Una élite depositaria tud más apreciada es: obediencia y sición en Arco o secuestrado el libro 
de “la verdad” controla el aparato silencio.
titulado Fariña.

del Estado y “conduce” a toda la Sí, los regímenes totalitarios “

sociedad hacia su benéico destino son un ejemplo muy socorrido para 
imponiendo por la fuerza su visión ilustrar las variantes con que se pre- lo que nos debe 

del mundo. Las visiones disidentes senta la censura y sus abominables 
preocupar es que no nos 
no se aceptan y para ello se institu- consecuencias represivas. Porque “
cionaliza una especie de anteojeras queremos pensar que todos los de- limiten nuestra capacidad 

políticas que se llama censura, con el mócratas rechazamos por igual esos crítica y la libertad de 

in de que nadie se salga del camino procedimientos que cercenan las expresión
yescarmiente en cabeza ajena.
libertades individuales y vulneran la 
“
dignidad de las personas.

Los líderes de Gilead, También sentimos encontrar un No basta darnos por satisfechos 
confortable consenso en poder criti- con la mera comparación con los 
militares por supuesto, “ 
car instituciones que relacionamos regímenes del pasado o de corte tota- 
gozan de todo lo que 
con un histórico pasado —irrepeti- litario. No vivimos en una dictadura, 
ble, digamos— como la Inquisición, claro, pero tampoco en un mundo 
prohíben a los demás
que censuraba la “herejía” bajo pena inmejorable. Precisamente por ello, 

de muerte y perseguía publicaciones lo que nos debe preocupar es que
La literatura (A. Huxley, R. Bra- hasta del estilo de El Lazarillo de Tor- no nos limiten nuestra variedad de 

dbury, G. Orwell.) se ha ocupado mes; o como la dictadura franquista, visión, nuestra capacidad crítica, 

con frecuencia de este tema. En la en cuyo período la censura produjo nuestra libertad de expresión en aras 
distópica república de Gilead —sur- un verdadero “letricidio” cultural de esa pretendida normalidad que 

gida tras un golpe de Estado— que con exilio y prisión incluidos, tal con su instinto de jinete marcan los 

Margaret Atwood nos describe en como documenta el escritor zarago- gobiernos.
su tan exitosa novela El cuento de la zano Fernando Larraz en su extensa Y sobre todo cuando no hay nin- 

criada (1985), las criadas —mujeres obra Letricidio español. Censura y guna duda de que, si alguna deriva 

fértiles que cumplen el decisivo pa- novela durante el franquismo (2014); y autoritaria se consumase, los diri- 
pel reproductor en las casas de los donde la moralina nacional-católica gentes gozarían como en el Estado 

“comandantes”— llevan abombadas impedía a las parejas incluso besarse de Gilead de su “Jezabel” orgiástico 

tocas blancas de uso obligatorio; su en público.
particular al margen de toda regla, en 
misión es impedir que vean más allá ¿Pero eso nos tranquiliza acerca la cómoda posición del auriga; mien- 

de lo estrictamente necesario para de que las democracias parlamenta- tras que la mayoría de la población se 

satisfacer las necesidades materiales rias están vacunadas contra la tenta- vería abocada a la condición de silen- 
de sus patronos, necesidades que se ción de la censura? La Historia nos ciada y amaestrada cabalgadura, con 

confunden con el “bien común” de
enseña un fenómeno dinámico: el
anteojeras por supuesto.


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