Page 84 - Crisis 11
P. 84



¿Por qué no muere el teatro?


Persecución y asesinato de Jean-Paul Marat 



tal como los representaban los pacientes del 


manicomio de Charenton bajo la dirección del 


señor de Sade



Gunilla Palmstierna-Weiss



Extracto del capítulo titulado “Marat/Sade”, páginas 201 – 219, de las memorias de Gunilla Palm- 

stierna-Weiss, Minnets spelplats, El escenario de la memoria, editorial Bonniers, 2013.


Traducción y adaptación Francisco J. Uriz







































Gunilla Palmstierna ayuda a Peter Weiss a ponerse la camisa de fuerza de uno de los locos del Marat/Sade


Después del estreno de la pieza
Una tarde fueron Peter y Mikael, gio fúnebre en el entierro de Marat. 

en un acto de Peter [Weiss] Noche de su hijo, que entonces tenía catorce años, Cambiaron los planes y Peter se puso 
huéspedes 
nos reunimos en el bar del a ver una mediocre película francesa, a escribir una pieza teatral y rompió el 
Hotel am Steinplatz con Ernst Schna- titulada Madame Sans-Gêne, inter- contrato que tenía con la Radio Ham- 

bel, gestor cultural de la Radio Ham- pretada por Sofía Loren. Inspirado por burgo. En un principio Peter tenía en 

burgo, que le preguntó a Peter si podría la película Peter leyó a su hijo como “un el escritor Alexander Koval de Berlín 
escribir una pieza radiofónica sobre cuento para dormir” un fragmento de un compañero con quien discutir. La 

Marat, uno de los principales actores un grueso libro que trataba de la revo- colaboración se torció, lo que ocasionó 

de la revolución francesa.
lución francesa.
problemas que la editorial tuvo que 
De vuelta en Suecia Peter encontró Una noche oí: “¡Ya lo tengo, ya lo solucionar antes de publicar la pieza.

di cultades para dar con una  gura tengo!” En el libro sobre la revolución, Por otro lado, se decidió que Peter 
La revolución francesa 
adecuada para ser el antagonista de de Bering y yo colaboraríamos ya que estábamos 
Marat en la pieza. Con sólo Marat sería Liisberg de 1899, Peter leyó que Sade acostumbrados a ello y los dos cono- 

demasiado unidimensional.
había escrito y pronunciado el elo-
cíamos el teatro.aEn mi diario de 1963


84

   82   83   84   85   86