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¿Por qué no muere el teatro?
La metáfora como salvación
Votos por la supervivencia del espectador teatral
competente
Antonio Abad
Esforzarse, contra toda la corriente, por salvar el teatro implica mucho más que intentar
apuntalar un género literario o un modelo de espectáculo
Arlequín (Carmelo Méndiz)
El teatro es el mundo partido en diferenciada, sino que merece y nece- lización de otro lenguaje explícito y
dos por la línea divisoria del telón: a sita protección. Esa especie en riesgo pre-digerido, tanto más cómodo en su
un lado la oscuridad (la sala de buta- podría ser la depositaria última de comprensión cuanto más pobre en su
cas), al otro lado la luz (el escenario unas habilidades que ya ha perdido el cantidad (repertorio de temas) y en su
iluminado). “Hágase la luz” había homo videns, nuestro contemporáneo, calidad (densidad de la carga simbó-
dicho Dios al principio, pero al prin- el nuevo hombre que se mueve en ex- lica).
cipio de todo, ¿recuerdan? Y, a partir clusiva en el hoy dominante entorno Comprender que “las estrellas
de ahí. la Creación. Y a medida que de las pantallas. Efectivamente, los se re ejan en el agua” requiere de
el telón se levantaba, la luz iba exten- hábitos que de nen al nuevo especta- quien escucha la frase una elemental
diéndose sobre la sala en penumbra.
dor de las televisiones, los dispositivos competencia lingüística, mientras que
¿Sirve la metáfora?, ¿sí?, pues con- electrónicos y los videojuegos hacen comprender que “las estrellas clavan
tinúen leyendo.
evidente el peligro de que desaparezca, rejones al agua gris” (Lorca. Romancero
La hipotética desaparición del por desuso, la pericia necesaria para gitano) exige una competencia distinta,
teatro de la oferta cultural arrastraría, comprender el lenguaje abstracto que, especí ca, que podemos llamar litera-
como consecuencia, a la del especta- para ese hombre nuevo (y para todos), ria. Sólo llega a ser literario lo que con-
dor teatral, que no sólo es una especie
está siendo sustituido por la genera-
sideramos literario. Solo existe la obra
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