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la presencia humana en un lugar y sismo individualista de propiedad Otro de los esfuerzos de la 

un tiempo compartidos. ¿De qué privada. Se trata ahora de armar un actitud “integrada”, esta vez en el 
manera puede conectarse el ritmo 
sistema paranoico de exaltación de interior de la propia representación, 
respiratorio de seres humanos reu- una personalidad individual bien consiste en acelerar a toda costa el 

nidos temporalmente en un recinto de nida. Hay una carrera en la que ritmo del espectáculo, por contagio 
con la hiperventilación anónima
el más atrevido se lleva la medalla. o simpatía con ciertos ritmos del 
de las redes virtuales? ¿Habrán de No es raro que consiga el puesto cine o de la televisión, o también 

inclinarse necesariamente las artes quien mejor es capaz de disfrazar de con la ansiedad compulsiva del in- 
escénicas por la reivindicación de
novedad la repetición de algún epi- ternauta por la veloz y exhaustiva 
la lentitud, por el demorarse en sodio de las vanguardias.
navegación a través de todos los 

degustar lo especí co de ese modo No siempre es así, desde luego. links imaginables. Una acumulación 
de relación? ¿Se trataría en tal caso En la zona más sana de las tenden- 
de estímulos en que la cualidad de 
de una actitud melancólica de año- cias actuales se sigue viviendo una lo que la memoria pueda conservar 

ranza de un mundo que desaparece? especie de luto por el período heroi- tiene un papel muy secundario con 
No se puede estar muy seguro de
co de la modernidad. Un luto legí- 
respecto a la cantidad de los vistazos 
lo que vaya a ocurrir en términos timo y necesario. El consuelo viene super ciales. Pirotecnia visual y 

globales, pero se pueden observar por el lado de dar por bien muerta sonora que trabaja sobre la estimula- 
síntomas o, volvamos a la palabra, la necesidad del heroísmo. Ya lo de- ción exasperadamente actual.

tendencias.
cía Brecht: “desgraciado el país que ¿Se trata, pues, de un reforza- 

En cuanto a las tendencias in- necesita héroes”. Y sin embargo se miento de lo particular del espectá- 
tegradas, hay que reconocer que se puede pensar que lo que se necesita culo en vivo? En cierto modo es así, 

encuentran con especiales di culta- es otro tipo de heroísmo menos bri- pero al mismo tiempo el teatro se ve 

des, puesto que las condiciones de llante, el necesario para resistir a la privado de la otra pata sobre la que 
la comunicación en las artes de la ola de cinismo de este río revuelto descansa su e cacia, que tiene que 

presencia no parece que favorezcan p“osmoderno.
ver con su vecindad con los “ritos de 

la integración ni con el ritmo ni con paso”, con lo sagrado y con la asam- 
la inmediata universalización de blea ciudadana. Dicho más en resu- 
La asistencia al teatro 
los llamados “nuevos medios”. Sin men, con el equilibrio entre la inme- 
se considera una actividad 
embargo, tentativas no faltan. ¿Con diatez del acontecimiento como tal 
qué estrategias?
de buen tono, con la que se y la persistencia de alguna semiosis 

Una de las vías sería algo que como huella en la memoria.
adquiere una cultura. Hay, 
podemos denominar “exhibicionis- De alguna forma se trata de una “
mo de la novedad”. Al menos por pues, un uso perverso de la “desemiotización”, que avecinaría 

analogía, o mejor por complicidad, función social de las artes las artes escénicas al funcionamien- 

es una manera de situarse del lado escénicas.
to del espectáculo deportivo. Sin 
de la aceleración del cambio. La embargo, también aquí es necesario 

escena entonces se esfuerza por entrar en distinciones. Una de las 

alinearse, sin llegar a perder su ca- Hay otro aspecto paradójico en vías centrales de la modernidad está 
rácter diferenciado, con el ritmo del esa competición. La propia acumu- precisamente del lado de eludir la 

progreso triunfante. Aborreciendo lación histórica de provocaciones que podríamos llamar “hipersemio- 

la nostalgia del carro de los cómi- de las vanguardias ha producido tización” del realismo decimonóni- 
cos, se engancha a la locomotora de una integración de la provocación co: desmontar la construcción de un 

la alta velocidad.
misma como componente de las “mensaje” más o menos inequívoco, 

Ahora bien, hay una importan- expectativas normalizadas del más o menos redondo, que preten- 
te diferencia con el modo de proce- mercado, con lo cual la capacidad día ofrecer una explicación acabada 

der de las vanguardias históricas, provocadora se ha ido anulando
del mundo, haciendo pasar además 

incluido el futurismo con su radical o, mejor dicho, convirtiéndose en sus procedimientos por directos o 
exaltación de la velocidad. La dife- su contrario: en una rea rmación naturales en relación con el referen- 

rencia es la falta de conciencia de confortable y consoladora. Los epi- te del discurso.

formar parte de un movimiento de sodios de escándalo suscitados por Hay, pues, más allá de las apa- 
carácter más o menos redentor. Tal ciertos espectáculos nos dejan con riencias, en el interior de estas ten- 

como están las cosas, se diría que se la duda de hasta dónde se trata de dencias, dos direcciones opuestas: 

trata en general de un sálvese quien fenómenos publicitarios: si no por una iría por el camino de la como- 
pueda. Del narcisismo militar de fuerza en su origen, sí desde luego didad, de ahorrar cualquier tipo de 

tropa de choque se pasa al narci-
en su manejo mediático.
problematización; otra iría por el


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