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en peligro, asume el reto de la nueva a un tercero. ¿Cómo avanzar en ese mítico. No estamos hoy en el tiempo
verdad. Es Sócrates. Es Agustín. Es tiempo fragmentado? Por relacio- del proyecto ilustrado en su des-
Descartes. Es Nietzsche. Son ellos.
nes lógicas. El tiempo va dividido, pliegue lógico. Ni siquiera estamos
A ellos admiramos. Ellos replican a pero lógicamente dividido; porque hoy en el sin-tiempo de la velocidad
la verdad. Ellos reclaman una nueva la naturaleza responde a la armonía electrónica. Hoy vivimos el tiempo
verdad cuyo tiempo deja de ser cí-
matemática. (Como la obra más per- del pulso digital. ¿Dónde queda la
clico para que la alétheia deje de ser fecta, no podría ser de otra manera, verdad? O, mejor, ¿qué verdad nos
p“osesión de Mnemosyne.
sea esta por e ciencia demiúrgica o resulta de él? El agua del mar es in-
por divina creación).
nita, nada podremos decir de ella,
¿Queremos saber la verdad? nada podremos hacer para agarrarla.
Rompemos el
Avancemos según sus regularidades Los de la Gestalt ya lo sabían: del
círculo. Lo cortamos y lo matemáticas. La previsión viene,
fondo solo quedan difuminados.
desplegamos. Nos queda precisamente, por el despliegue que El gran mar es difuminado, pero
una línea. Pero el corte el corte había producido. ¿Qué es la algo en él es nítido. Algo se puede
losofía de Spinoza sino el descubri- percibir como gura: la ola, la on-
no se reduce a un solo y “
miento del orden que se está desple- dulación, la onda. Subamos a ella.
limpio tajo. Cortamos y gando desde la divinidad matemáti- Y a mayor tamaño, mayor nitidez,
ca? ¿Qué es la losofía marxista sino mayor sorpresa. Al menos, sorpresa
despiezamos.
el recogimiento de ese despliegue en hasta el siguiente pulso. Si a algo
un paraíso prometido que está por podremos llamar verdad, será a lo
Rompemos el círculo. Lo cor- venir? Ya sea en su despliegue desde único en lo que nos podremos jar.
tamos y lo desplegamos. Nos queda el pasado primigenio o en su des- Solo la ola es relevante. El resto es
una línea. Pero el corte no se reduce pliegue hacia el futuro prometido, fondo. Solo tendremos la relevancia
a un solo y limpio tajo. Cortamos
ambas se rigen por el orden lógico y la relevancia es gura, es atención,
y despiezamos, fragmentamos y —y alfabético. ¿Cómo pasar de un es nitidez sobre el ocaso del fondo.
censuramos. ¿Cuántos trozos? Es la fragmento a otro? Aristóteles ya lo No hay lógica en este tiempo, tan
gran pregunta que se hacen Agustín sabía: por el término medio. Pura solo atracción. No hay memoria, tan
y Husserl, la misma que torturaba
lógica.
solo relevancia. Al descender de ella,
“
a Bergson y que Aristóteles había nosotros que habíamos sido capaces
dejado sin respuesta. ¿Hasta dónde de disfrutarla, de ascender gracias a
¿Qué es la losofía
llevar la división del tiempo que an- ella, volveremos a ser fondo y el fon-
de Spinoza sino el
tes era un círculo continuo y ahora do, ya sabemos, se difumina; es el
es una línea in nitamente fragmen- triunfo de Letheo. Nuevas verdades
descubrimiento del orden que
tada? “Hasta la nada”, que decía el para nuevos tiempos o, al menos,
se está desplegando desde
de Estagira, extrañaba al de Hipona, eso dicen los primeros resultados
llevaba a complicadas soluciones al la divinidad matemática? de mi buscador hasta que otros los
moravo y servía como contraejemplo ¿Qué es la losofía marxista releven.
al parisino. No les seguiremos en sus sino el recogimiento de ese
digresiones ahora. Centrémonos en
despliegue en un paraíso “
la línea fragmentada y en cómo pre-
prometido que está por venir?
ver lo que vendrá en ella.
In nita hacia el pasado, in nita
hacia el futuro, nada en el presente.
¡Qué tiempo más paradójico el de
aquellos rebeldes! ¿Dónde queda la Dos verdades según dos tempo-
verdad? En el gran invento griego: la ralidades. Si cambiamos el tiempo,
razón. Esa razón es la nueva alétheia cambiamos la verdad. Cambiemos
de Platón, es la novedosa verdad
el tiempo, demos pulsos, demos im-
del lósofo que se ha de sujetar a pulsos que creen olas, que creen vi-
una reglas muy estrictas para poder braciones, que creen ondas. Un pal-
avanzar. De una premisa a otra y de pitar empujando la sangre a ritmos
sus relaciones a la conclusión. ¡Es un no siempre constantes. Un tambor
silogismo! De las conexiones de dos variando su frenética agresividad.
unidades a una tercera por necesi- No estamos hoy en el tiempo del
dad. Dos fragmentos que nos llevan
aedo que nos hace presente el pasado
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