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crítico no se detiene ante el progre- precia dogmas, prejuicios y privile- dirse a las cosas como son y luchar 

so y exige tomar partido a favor de gios y está abierta a la comprensión por las cosas tal como debieran 
“los residuos de libertad” y de “la , aunque se lo matice con el 
de las culturas más diversas.
ser”1
humanidad real”, mientras que pa- necesario “desencanto”. La utopía

ra Noam Chomsky los valores de la La raíz antropológica de la y el desencanto no se contraponen, 
Ilustración son “valores de verdad, utopía
sino que se sostienen y corrigen 

libertad, independencia y justicia”. La utopía, tradicionalmente recíprocamente para actualizar sus 

En resumen —como considera concebida como propuesta política modelos. El desencanto, al corregir 
Bronner— “siguen con nosotros” o social, ha prescindido en general la utopía, refuerza su elemento fun- 

estos pensadores que “hablaban en de esa necesaria dimensión cultu- damental: la esperanza y —es bue- 

nombre de los humildes y despre- ral. Por ello, toda utopía futura tie- no recordar con Kant— que esta
ciados”; son los que ahora apoyan ne que tenerla en cuenta y apoyarse no nace de una visión del mundo 

“la lucha de cualquier movimiento en las expresiones culturales, sin tranquilizadora y optimista, sino de 

progresista y proponen el tipo de romper toda relación con la reali- la laceración de “la existencia vivida 
mundo que toda persona decente dad. A todo lo más debe “tensarla” y padecida sin velos, que crea una 

desea ver. Su tarea no ha pasado de
ser expresión de una insatisfacción, irreprimible necesidad de rescate”.

moda”.
que tenga en cuenta los ritmos de Aquí está la clave: tomar con- 
“los diferentes grupos sociales, sus ciencia de que la redención, prome- 

costumbres y creencias. No puede tida y perdida, tiene que buscarse 
El pensamiento 
ignorar las complejas realidades con paciencia y modestia, sabiendo 
ilustrado —encarnado en el culturales amenazadas por la glo- que no poseemos ninguna receta 

balización económico- nanciera, de nitiva, pero también sin escar- 
Siglo de las Luces— tiene un 
porque, en de nitiva, sólo los cam- necer la íntima esencia que la fun- “
alcance político universal
bios culturales podrán dar perma- ción utópica ha desempeñado en la 

y una tradición que sigue nencia y consistencia a los cambios historia de la humanidad y en la de 

vigente.
políticos.
América Latina en particular. Con 
Lejos del fundamentalismo y esta modesta paciencia —lo que el 

del voluntarismo de las décadas an- venezolano Naím Piñango llama “el 

Salvado este riesgo, es impor- teriores, las perspectivas de la uto- trabajo de carpintería”— hay que 
tante que el nuevo pensamiento pía se proyectan ahora en un espa- superar la impaciencia revoluciona- 

ilustrado alerta sobre los funda- cio de más lenta elaboración, donde ria que ignora la preparación y los 

mentalistas religiosos que sitúan la se demanda una mayor “paciencia pasos progresivos que toda acción 
autoridad por encima de la liber- histórica” que la urgencia vigente requiere, tanto si se presenta co- 

tad, la revelación por encima de la hasta  nes de los años sesenta. En mo la voluntad de un caudillo que 

ciencia (basta pensar en el debate este sentido, es posible compartir “engendra realidades” políticas de 
entre creacionistas y evolucionis- con Claudio Magris que la crisis prosperidad con solo enunciarlas, 

tas) y el “choque de civilizaciones”. actual no deja de ser positiva, ya transformando la improvisación en 

Abogar por la tolerancia frente al que el  nal del mito de la Revolu- virtud, como cuando el “volunta- 
prejuicio, por la innovación frente ción y el Gran Proyecto tendría que rismo institucionalizador” imagina 

al inmovilismo, por los derechos
dar “más fuerza concreta a los idea- que los objetivos de un decreto o 

de la minoría frente al entusiasmo les de justicia” despojados de las una ley ya han dado sus resultados 
de la mayoría, y por la autonomía perversiones de su idolatría mítica apenas se lo ha sancionado.

moral del individuo frente a las y totalizante. Para lograrlo el ensa- La utopía sigue siendo una 

a rmaciones reveladas de la auto- yista italiano recomienda paciencia realidad y una necesidad que ya no 
ridad política o religiosa, siguen y tesón, en un justo equilibrio entre tiene como eje la construcción de 

siendo prioritarios frente a la mar- “utopía y desencanto”.
sistemas, sino la creación de una 

cha inexorable hacia el “mundo Liberados de los mitos y de la responsabilidad individual unida 
administrado” y la “resurrección de idolatría de vocación absolutista, a la interacción colectiva. Estamos 

mitos” que ya denunciaba Adorno. sabiendo que el mundo no puede lejos, pues, de los sistemas totali- 

De los principios de la Ilustración ser redimido de una vez para siem- zantes, las visiones programáticas 
—el progreso, la razón cientí ca, el pre y que “cada generación tiene integrales y de ese voluntarismo 

liberalismo, los derechos humanos, que empujar, como Sísifo, su propia iluminado de la utopía clásica y

la solidaridad y la ética— emerge la piedra, para evitar que ésta se le 
 gura de la “comunidad cosmopoli- eche encima aplastándole”, utopía 
1 Claudio Magris, Utopía y desencanto, Barcelona, 
ta de intelectuales críticos” que des-
signi ca —para Magris— “no ren-
Anagrama, 2001, p.11.


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