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das nos asaetan sobre las que eran,  cadas sobre todo lo que sucedía, Ahora bien, ¿qué entendemos 

hasta no hace mucho, profundas hay quienes se sienten tentados de en la actualidad por utopía?; ¿a qué 
convicciones, zarandeadas ahora por 
refugiarse en un pasado idealizado ha quedado reducida la función utó- 
la crisis y el escepticismo.
o en formas cerradas y autárquicas pica?; ¿qué podemos proponer desde 

A ello ha contribuido el discur- del pensamiento. Justamente por nuestra perspectiva?
so “securitario” y maniqueo implan- 
estas carencias y este riesgo de invo- En esa dirección van nuestras 
tado a partir del 11-S del 2001, fecha lución, el pensamiento utópico debe siguientes re exiones.

del atentado a las Torres gemelas, ser reivindicado, “reconstruido”; La 
que no ha hecho sino desterrar aún Relectura y reivindicación de la 
reconstrucción de la utopía, así hemos 
más el pensamiento crítico y alterna- titulado una de nuestras obras con- Ilustración

tivo que parecía haber encontrado en sagradas al tema.
Por lo pronto, recuperando 
las consignas antiglobalizadoras una “
algunos aspectos del pensamiento 
vía de exploración utópica. Irónica- de la Ilustración para invitar a una 

mente, podríamos decir que, desde La “sociedad del riesgo relectura contemporánea de la tra- 
entonces, “el principio esperanza” 
mundial” nos ha conducido dición crítica y humanista del siglo 
de la poderosa ensoñación de Ernst de las Luces. Estudiar y conocer las “
a lo que puede cali carse 
Bloch ha sido sustituido por “el ideas, postulados, aspiraciones y 
principio de precaución y cautela”.
el “internacionalismo del sueños de esos años embrionarios 

La “sociedad del riesgo mun- miedo”.
del mundo moderno no pueden 

dial” nos ha conducido a lo que pue- sino contribuir a comprender mejor 
de cali carse el “internacionalismo los problemas de la realidad y la cul- 

del miedo”: miedos globales económi- Con apasionado énfasis, la tura de nuestro tiempo. En esta re- 

cos, como el que vivimos en la crisis utopía ha propiciado denuncias
cuperación, verdadera  liación para 
 nanciera de la que no hemos salido de injusticias y desigualdades y
una redi nición del pensamiento 

todavía; precios de materias primas ha inspirado el pensamiento an- utópico, se inscriben las obras re- 

y alimentos objeto de inversiones ti–imperialista o el de la  losofía
cientemente publicadas, Reivindica- 
especulativas; miedos territoriales, de la liberación con un sentido de ción de la Ilustración. Hacia una polí- 

con ictos locales y guerras regiona- urgencia ideológica más persuasivo tica de compromiso radical de Stephen 

les de repercusión mundial; miedos que demostrativo y donde el cono- Bronner, L’Esprit de l’ilustration de 
ecológicos, cambio climático, agujero cimiento del mundo no se ha sepa- Tvetan Todorov, y la reedición de 

de la capa de ozono, contaminación rado del proyecto de transformarlo. dos obras fundamentales: Filosofía 

del aire; miedos individuales, insegu- Ello explica episodios signi cativos de la Ilustración de Ernst Cassirer y 
ridad ciudadana, amenaza del te- de la historia, pero también la cróni- Dialéctica de la Ilustración de Theo- 

rrorismo, del yihadismo, Al Qaeda, ca “silenciada” de la disidencia y del dor Adorno y Max Horkheimer y 

del estado islámico (EI); miedo a las pensamiento heterodoxo, los sueños muy especialmente Lumières de l’uto- 
responsabilidades colectivas, abando- y los proyectos sobre “lo posible la- pie de Bronislaw Baczko, donde el 

no de deberes, indiferencia ante el teral”, todo lo que podríamos llamar  lósofo polaco desarrolla la estrecha 

prójimo, lo que en el Río de la Plata “potencial implícito” y que otros relación de la utopía con el siglo de 
se llama el “no te metás”, de tan fu- consideran causa de que Europa sea las luces.

nestas consecuencias en la historia un “cementerio de ideologías”.
“Luces de la utopía, utopía de 

reciente.
El estudio de los diferentes las luces”, propone en un signi ca- 
Pese a este panorama, no po- modelos e intenciones utópicas tivo juego de palabras, para recordar 

demos aceptar que ahora, cuando subyacentes en la historia de las como a partir de los principios de

más necesario debería ser imaginar ideas nos permite descubrir con una la Ilustración, se desarrolló la vasta 
otros futuros posibles y salidas al perspectiva «enciclopédica» todo lo panoplia de propuestas utópicas 

impasse monotemático imperante en iniciado y no consumado en el pen- que caracterizan el  n del siglo XVI- 

que estamos sumergidos —el pensa- samiento, la política y la cultura. II y principios del XIX, donde el ser 
miento único, lo políticamente co- Este rico panorama permite enten- humano pasa a ser demiurgo de su 

rrecto— el discurso utópico se haya der el vigor que ha tenido la función propio destino, renovación revulsiva 

excluido de todo debate.
utópica en los diferentes modos de del pensamiento que sigue proyec- 
Ello resulta aún más importante expresión en que se ha traducido: tándose en el presente.

cuando, debido a la desorientación desde la  losofía a las artes, de las “Después de la muerte de Dios, 

provocada por la liquidación de
plataformas políticas a las experien- después del hundimiento de las 
un orden que ofrecía consignas, cias alternativas llevadas a cabo en utopías, ¿sobre qué base intelectual 

referentes y explicaciones simpli-
su territorio.
y moral queremos construir nues-


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