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hombre solo no puede darse porque, vina. Solo los dioses pueden decir “yo Las castas sacerdotales son relega- 

según el Estagirita, sería un animal o soy el que soy” y tener una existencia das a un segundo plano y los dioses 
un dios. Son los dioses los que pue- 
individual autosuiciente. Ocurre que sustituidos por el mercado u otros 
den llevar una existencia individual. los humanos modernos han ocupa- fenómenos humanos. El papel orga- 

No los humanos. Para conseguir una do el lugar que le correspondía a la nizador que, en un principio, jugó la 
personalidad independiente, imper- 
divinidad en las etapas premodernas religión lo juega ahora la política. Es 
turbable, invariable hay que ser un de la cultura occidental (y que sigue la dinámica política la que se encarga 

dios o un animal. Vivir autónoma- ocupando en las demás culturas).
de articular un proceso de uniicación 
mente. Esto es, en soledad.
Al ocupar el lugar de los dioses en el y regulación de sectores sociales y de 
La cuestión es, pues, la siguien- gobierno del mundo y del universo corporaciones que permite alorar la 

te: si concebir la humanidad como los humanos pretendemos hacernos tendencia de las sociedades moder- 
un conglomerado de individuos es con sus atributos. Esto es el fenóme- 
nas a la igualdad (de oportunidades) 
un error ¿por qué esta idea es, en no q u e h e l l a m a d o h o m b r e - d i o s .
y a la libertad (formal). Esa doble ten- 
“
nuestra época, absolutamente he- dencia permite una autonomía de los 
gemónica? Un primer nivel de res- 
individuos. Al tiempo que los libera 
puesta es el que da el pensamiento Poner fronteras, del tipo de las divisiones estamentales y reli- 

común y orgánico de nuestro tiem- que sean, suele conllevar giosas, los condena a diversas formas 
po. Viene a decir que la identidad de aislamiento. Es lo que llamamos 
una forma de pensamiento: 
individual es móvil: un proceso de individualismo. Una de sus expresio- “
el dogmatismo. Las fronteras 
cambio e innovación. Está sujeta a nes, si no es la más determinante, es 
roles y normas que ponen límites
ideológicas son dogmas.
el sueño de la identidad. Y ese sueño 

a sus posibilidades de expansión. conlleva las patologías de la persona- 

Supone una combinación de rasgos: lidad: desde las que suelen tratarse 
uno es varón o mujer, casado o sol- clínicamente a las más difundidas y 

tero, heterosexual u homosexual, La formación del hombre-dios comunes: el narcisismo y el egoísmo. 

etc. Conlleva también tensiones puede explicarse de varias formas y Pero lo trascendente no son ni la fa- 
entre esos rasgos y con sus límites. en distintos discursos. He escrito al lacia del sueño ni las patologías, sino 

Así piensan la gente de la calle, los principio de este artículo que la ten- que el sueño de la identidad es una 

profesionales de la identidad (psicó- dencia de los humanos a remontarse de las expresiones del movimiento
logos, psiquiatras, publicistas, etc.) y a los cielos viene de lejos. Desde el de la humanidad (o, al menos, de 

no pocos ilósofos.
momento en que aparece la esfera de Occidente) de una unidad superior

Esta idea moderna de la identi- lo celestial en la Edad de los Metales a la que permiten las naciones. Es la 
dad tiene también sus críticos. A esa (es decir, en la etapa inal del mun- unidad del género humano, precisa 

concepción individual suele oponerse do de las tradiciones) los humanos para regir los destinos del planeta. De 

una concepción colectiva, ya sea en envidiaron a los inmortales y preten- momento ese proceso de uniicación 
clave territorial o en clave corporati- dieron mezclarse y convivir con ellos. ofrece la cultura occidental moderna 

va. En ambos casos esta concepción Las religiones monoteístas inventan como vehículo de comunicación; el 

pone fronteras: nacionales, de clase, el Paraíso, ese lugar de encuentro individualismo, como etapa primera 
étnicas, de género. Poner fronteras, con los inmortales. Esas religiones de la Modernidad; y esa identidad 

del tipo que sean, suele conllevar una ofrecen a sus ieles una identidad: el suprahumana en la que basa su pre- 

forma de pensamiento: el dogma- sueño de convivir eternamente con tensión de gobernar el mundo. Así es 
tismo. Las fronteras ideológicas son la divinidad. Ese sueño tiene una el proyecto moderno: un estadio de 

dogmas. Estas críticas, que no care- materialización bien concreta: la transición. El sueño moderno de la 

cen de motivación, ofrecen el proble- casta sacerdotal se permite, gracias
identidad inmutable tiene un precio: 
ma de que suelen derivar en actitudes a esa noción y apelando al origen el choque entre civilizaciones, que es- 

ideológicas opresivas. Con la excusa común, unir a las tribus y asumir el tablece un limes, una frontera entre el 

de defender y proteger una identidad monopolio de hacer ver y hacer creer, imperio occidental y los desposeídos.
esclavizan a los que pretenden liberar.
de imponer prohibiciones y fronteras 

Pero, en cualquiera de los dos internas, de hacer y deshacer gru- Gómez de la Serna sobre Valle-Inclán: 

casos, la concepción individual o la pos, de construir un consenso que
Todo conocimiento está en Dios, que 
colectiva, habrá que entender qué es sentido como unidad e identidad no conoce el mal, y como Dios es el cen- 

ocurre con la identidad para que se nacional. La identidad divina se tro, aproximarnos a él debe ser la supre- 

haya convertido en un atributo vital traduce en unidad nacional. Así es ma ambición humana (2007, 126).
en el mundo moderno. En mi opi- en las sociedades premodernas. Pero 

nión, la identidad es una cualidad di-
ya no es así en la sociedad moderna.
El hombre-dios exige el dios mortal.


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