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drid, quien habló de que las becas corbata y chaqueta; nada de pero- debían ser complemento concreto de 

Fullbright ofrecían la posibilidad de ratas magistrales en sus lecciones: mis estudios teóricos sobre ellas. Y 
continuar estudios en universidades 
diálogo espontáneo a base de las mientras tanto –“apurar, cielos, pre- 
norteamericanas. La solicité, me lecturas obligatorias. Un método tendo”—, acabar de preparar para la 

sometí a los exámenes oportunos, nuevo. Como la beca me autorizaba imprenta mi libro La Iglesia que, si 
me la concedieron, y en septiembre 
a no pagar matrícula, me inscribí en sistemáticamente constituye un re- 
volé a Nueva York, en cuya univer- cuantos courses (asignaturas) pude, paso a su pretendida autoconciencia 

sidad iba a matricularme en cursos y asistí como oyente a cuantos semi- bíblico-teológica, en el fondo, y sin 
superiores de Filosofía. Llegué de- 
narios especializados me permitía
parecerlo, estaba siendo mi propio 
cido a resolver mi crisis espiritual, el tiempo. Con el prestigiosísimo examen de conciencia comparativo.

pero nunca pensé que dar con la so- decano de Filosofía Sidney Hook — ¿Cuándo empezaste a pro- 
lución me costaría tanto sufrimiento (comunista en su juventud y becario 
fesar?
y tanto tiempo. Solo podía lograrlo de Stalin en Moscú, luego acérrimo — A comienzos de abril de

estableciendo distancias, pero el crítico de toda seudoizquierda),
1963 el decano Hook me ofreció un 
esfuerzo bien valió la pena. Fue el un seminario de ilosofía política y 
puesto de ayudante para enseñar 
precio que tuve que hallar, al in, la otro de norteamericana: la escuela ilosofía clásica greco-romana y 

coherencia personal que desde hacía de Harvard y Columbia con John escolástica, que era un vacío en su 
años buscaba.
Dewey o William James, de quien
programa. Pero he aquí que por los 
— Al in.
leí por primera vez Pragmatism y mismos días topé en la calle por ca- 

— Bueno, no tan rápido.
Varietis of religious experience, que me sualidad con la profesora de inglés 
— Ya me parecía a mí.
impactó y sigo admirando; compro- de Brooklyn College (una de las sec- 

bé que minusvaloraba a Santayana. ciones de otra Universidad, oicial, 

Nueva York y la solución de la Con Munitz, relecturas de este y
municipal: CUNY, City University 
crisis
dos semestres sobre Kant leyendo
of New York) que, siéndolo invitada 

— Había solicitado de los admi- en directo su Crítica de la razón pura en la Universidad de Zaragoza el año 

nistradores de la Fullbright que me y de la razón práctica. Con el britá- anterior, me había examinado para 
llevaran a Harvard, ya que Santaya- nico Guthrie, análisis ilosóico del la beca. No me la habían conirma- 

na, que allí enseñó, le había legado lenguaje leyendo a Wittgenstein y do, y me preocupaba cómo hallar 

su biblioteca, pero me asignaron a la sus epígonos de Cambridge y Viena. algún trabajo para continuar en 
Universidad de Nueva York bajo la Con Paul Edwards, director de la Nueva York mientras despejaba mi 

supervisión de un antiguo discípulo mejor Encyclopedia of Philosophy, ilo- futuro, que es lo que me importaba. 

y estudioso suyo, Milton Munitz. Al sofía empírica con Hume a la cabeza ¿Providencia, casualidad, destino? 
aterrizar allí el 10 de septiembre de y las entonces tan actuales doctrinas Le expresé tal deseo y me recomen- 

1962, no pude menos de pensar que del neopositivismo lógico. Con Kai dó llamar al decano de la facultad

en mi Andorra estaban en plenas Nielsen, ilosofía de la religión en de Lenguas y Literaturas Modernas 
iestas patronales de San Macario.
todos sus aspectos, especialmente la de ese College), que andaba buscan- 

— Sé que eres un enamorado británica de New Theological Philoso- do un nativo español para cubrir 

de Nueva York, pero deja tus elo- phy, y así varios más. Toda una serie una vacante en su departamento. 
gios para tus memorias.
de platos fuertes, que nadie en la Mis amigos y casi colegas Hook y 

— Solo te diré que a esa maravi- Gregoriana ni en Múnich, Salaman- Nielsen me autorizaron y casi reco- 

llosa ciudad se le podrían aplicar las ca, Madrid y menos en Zaragoza me mendaron aceptar a pesar de todo, 
célebres palabras que abren la Meta- había preparado para digerir. La di- pues conocían de primera mano mis 

física de Aristóteles: “Admirarse es gestión era cosa mía, asimilando de penosas zozobras; por supuesto, yo 

el comienzo del ilosofar”. Y que no aquí y de allá hasta construirme mi mismo ansiaba liberarme de ellas, y 
dudaba yo que mis estudios y viven- propio ideario coherente. Y mucho sabía mejor que nadie que sin per- 

cias en ella me decidirían a encon- cine, y conciertos y ópera en el re- fecto dominio del inglés no me re- 

trar al in mi propio camino.
cién construido Lincoln Center cerca sultaría cómodo enseñar Filosofía.
— Háblame directamente de del cual procuré vivir y vivo, y hacer — ¿No tuviste que opositar?

tu entrada en la Universidad
nuevos amigos y amigas, ah, y asistir — En USA no existen oposicio- 

— La Universidad de Nueva por curiosidad y por necesidad a los nes al estilo de España. La vacante 
York, NYU, privada, fundada a me- ritos semanales de todas las religio- de una cátedra se anuncia en los 

diados del siglo XIX, me fue desde nes posibles, desde anglicanos, lute- medios profesionales; los candida- 

el primer día una caja de sorpresas. ranos o calvinistas a judíos, baptistas tos envían su documentación y sus 
Nada de formalismos en los pro- o mormones. Consideré que tal publicaciones; un tribunal las exa- 

fesores: si hacía calor, se quitaban
observación y participación directas
mina e invita a los inalistas a una


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