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dad, Eucaristía, nacimiento virginal sia es una institución humana que universo y de la vida. El carácter 

y otras historias. Tanto el director agrupa a los bautizados en ella y se- simbólico de las vivencias religiosas 
espiritual como el confesor me ani- 
gún ella, pero el cuerpo místico - la y de sus expresiones retóricas (¿hay 
maron aludiendo con menosprecio comunidad de los salvables a los que más bella creación paradójica que

al juvenil y pasajero sarampión men- alcanza la redención - abarca a todo la de un dios-hombre o la de una 
tal y a aquella parábola de las bodas 
hombre y mujer de buena voluntad madre-virgen?, me dijo aquella tarde 
en las que “todo estaba preparado”, de antes y después de Cristo que de mi visita) sustituía así la ijación 

como en mi Andorra para mi prime- cumpla o haya cumplido los deberes estereotipada de formulaciones dog- 
ra misa el 25 de marzo: iba a ser ma- 
que le dicta su conciencia. Equivalía máticas inamovibles. Una ilosofía 
yúsculo el escándalo para mi familia a rechazar la obsoleta doctrina “fue- radicalmente escéptica, pero esen- 

y el pueblo; todo pasará, y ya serás ra de la Iglesia no hay salvación”. En cialmente cultural, con la consigna 
sacerdote y lo que Dios quiera. No último término, equivalía también a 
de que si la ilosofía — disciplina de 
recuerdo una noche de peor y más postular la separación de las iglesias la mente y del corazón— no sirve 

angustioso insomnio en toda mi y de toda institución laica de organi- para orientarse en el laberinto de la 
vida. Bajo las luces de aquella maña- zación social. Esto era y es relejo de 
propia vida, si no nos sirve de forma 
na tan brillante anidaban las tinie- mi mentalidad liberal, que luego me de vida, resulta ser deinitivamente 

blas de mis dudas. Las superé, pero costó no pocos sinsabores de parte inútil.
a costa de anormal iebre y, ya en la de la clerigalla.
— O sea, que mucho estudio 
ceremonia, una epistaxis imparable, — ¿Y a qué te dedicaste des- pero poca vida pastoral.

fruto de mi nerviosismo, que obligó pués de tu ordenación?
— Según cómo se mire. Iba a 
al cardenal a paralizarla durante — Dediqué el curso 1952-53 a volver a Roma en septiembre de 1953, 

veinte minutos. Me animé al in. Tu los cursos de doctorado en Filoso- pero el viejo arzobispo tuvo otra 

es sacerdos in aeternum.
fía. Esta facultad de la Gregoriana idea: me ordenó quedarme en Alca- 
— Con muchas dudas.
disponía de magníicos profesores, ñiz como coadjutor de mi tío. No me 

— Los obstáculos intelectua- todos famosos jesuitas de los cinco quería cura intelectual, y menos aún 

les pudieron ofrecer una barrera
continentes: Naber y Lorsch alema- cura obrero: estos estaban de moda 
no por ellos mismos, sino por mi nes y Coppleston inglés fueron mis en Francia, y no le gustó nada que 

independencia doctrinal. Siempre mentores. Para la tesis preferí inves- dos veranos antes Eduardo Torra y 

he navegado en aguas revueltas o,
tigar sobre algún ilósofo español yo asistiéramos en Bélgica a un mes 
si se quiere, fronterizas: ciencia y que no fuera de la casta escolástica, de entrenamiento para serlo. Ese año 

(presunta) revelación, razón y fe, aunque me atraía el renacentista en la entrañable ciudad bajoaragone- 

certeza y duda, normas y libertad, Francisco Suárez, tan difamado por sa fue el único en que me dediqué, 
autoridad e independencia. Si para los dominicos, que en España deten- con ilusión no exenta de dudas, a la 

tesina de licenciatura de Filosofía en taban gran poder. No hay muchos. actividad pastoral, iniciando a la vez 

Salamanca me había enfrascado en ¿Ortega, Unamuno, las innovadoras mi tarea de profesor en un colegio 
el estudio del proceso psicomental teorías del gallego Amor Ruibal? Me local. El año siguiente se convoca- 

de la conversión de San Agustín
incliné por algo nuevo, desconocido ron oposiciones a una cátedra de 

con su base en el neoplatonismo, así entonces en España: Jorge Santa- Filosofía en el seminario, y las gané. 
para la de Teología en la Gregoriana, yana, madrileño trasplantado aún La desempeñé colaborando a la vez 

preocupado por un tema entonces niño a Boston quien además, me en la parroquia de San Felipe y en- 

muy debatido, me engolfé en el es- enteré, vivía retirado en Roma desde cargado de algunas labores con los 
tudio bíblico del concepto “cuerpo hacía treinta años. Le visité, ya de universitarios.

místico” aplicado a la Iglesia. Mi 89, el 24 de junio, en su asilo al cui- — ¿Y cuándo empiezas a pro- 

conclusión resultó escandalosa para dado de unas monjas. Hace un par fesar?
mi mentor, un sabio pero simple de años describí la inolvidable visita — Hacia el in del curso me 

jesuita navarro; me acusó de hete- en una revista profesional. Murió
nombraron profesor de Antropo- 

rodoxia ante el rector del Colegio, el en otoño de aquel mismo 1952. Para logía Filosóica y Filosofía de las 
cual llegó a consultar con mi viejo leerle tuve que aprender inglés, que ciencias en la Pontiicia de Sala- 

arzobispo de Zaragoza si procedía
avancé en una temporada en Lon- manca. Residía como capellán en el 

o no a autorizar mi ordenación. Mi dres. Me convencieron las ideas de lo Colegio Mayor de San Bartolomé, el 
doctrina era clara, pero osada para que podría llamarse su naturalismo más glorioso y antiguo, fundado a 

algunas mentes conservadoras: cuer- estético, materialismo integral pero principios del siglo XV. Conviví allí 

po místico e Iglesia no son términos capaz de crear símbolos con los que con hombres luego tan importantes 
sinónimos, contra lo que enseña la la imaginación humana interpreta intelectual y políticamente como 

famosa encíclica de Pío XII; la Igle-
en propia defensa los enigmas del
Antonio Tovar, Fernando Lázaro


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