Page 42 - Crisis_07
P. 42




1948 me habían expulsado de la Pablo: “Quien desea el episcopado, aspiré a detectar, asimilar y difundir 

carrera sacerdotal por osado, poco buena tarea desea”. De joven, uno trascendiendo en lo posible ese capa- 
respetuoso con las ideas tradiciona- 
solo aspira a servir donde a uno le razón de mero relumbre.
les y, ¡oh!, por haberle escrito una pongan. Nunca disfruté de becas
— Dos asuntos peliagudos.

carta, que fue devuelta por dirección en la etapa de mis estudios ecle- — Solo al cabo de años, de mu- 
incorrecta, a una chica portuguesa a 
siásticos: la familia corría con mis chas zozobras y de penosa e invisible 
quien conocí en Coímbra ese verano, cuantiosos gastos. Fui así el primero lucha interior, que procuré velar, 

alabando su belleza. “A una seño- de los seminaristas zaragozanos que llegué a comprender que ambos son 
rita -me espetó el rector por todo 
después de la guerra civil estudió en incompatibles.
argumento-, un seminarista o un Roma, seguido a poco por compañe- — ¿Y “solo ante el peligro”, 

sacerdote no le debe llamar guapa, ros tan queridos como Antero Hom- por seguir cinéilamente?
sino simplemente especiosa” (¡!). Mi bría y otros, becarios diocesanos.
“— Tuve la fortuna de convivir 
viejo arzobispo de Zaragoza, don en el Colegio Español (el renacen- 

Rigoberto, que me quiso siempre Si la ilosofía no nos tista Palazzo Altemps, ahora museo 
mucho, se moría de risa al repetirlo, 
sirve de forma de vida de escultura) con excelentes condis- “
y me autorizó a volver a la Pontiicia cípulos, algunos de los cuales brilla- 

de Salamanca a estudiar Teología, resulta ser deinitivamente ron luego como escritores (Cabode- 
contra la voluntad de aquellos supe- villa, Martín Desclazo, Montalvillo, 
inútil.
riores nada ilustrados.
Revuelta), dirigidos por un oscense 

— ¿Era vocación o amor propio?
de alta talla, José María Javierre. 
— Me lo he preguntado mu- — Y a tu aire, me da la impre- Fuimos mutuamente estímulo fra- 

chas veces. No tengo una respuesta sión.
ternal. Habitar Roma constituye 

concluyente.
— Puedo confesar, y conieso continua vivencia en un mundo de 
— Y eso de emplear el premio (con esta expresión ¿imito a al- maravillas.

en conocer la “vida no seminarís- guien?), que siempre me ha placido — ¿Por ejemplo?

tica de Barcelona” debemos en- caminar por libre; quizá la con- — Dedicábamos la tarde de 
tender que te recorriste todos los dición relativamente desahogada
cada jueves a visitar un monumen- 

museos y centros culturales.
de mi familia me ha facilitado la to, un templo, un museo, explicado 

— Entiende lo que quieras, pero independencia de ir “siguiendo mi para los demás por uno de nosotros 
no te pases: museos, conciertos, ci- camino” (¡qué impresión nos causó que se lo había estudiado. Las ce- 

nes, pero nada de mujeres.
entonces el personaje aparentemente remonias vaticanas, especialmente 

— Bueno. Y en otoño de 1949 revolucionario, pero tan supericial, las presididas por el majestuoso
das el salto a Roma.
del curita neoyorquino representado Pío XII, asombraban por su fasto

— Pero eso ya es harina de otro por Bing Crosby!), de no tener que y su esplendor litúrgico. Un papa 

costal.
preocuparme, como otros, por “ha- sabio, más santo de lo que lenguas 
— Pues vamos a él. Pero resu- cer carrera” para subir de nivel social leves propalaron, autoritario como 

me más, que esta entrevista va a ser y económico a padres y hermanos.
respuesta vaticana a tiempos por 

ininita.
— Y también cinéilo.
doquier dictatoriales, calumniado 
— Sí, más de un poco.
por su presunto semi-nazismo. Fue 

Roma y sus consecuencias
— Y a Roma. ¿qué le tienes durante varios años el modelo de 

— Habiendo marcado yo mis- que agradecer?
mi ilusión sacerdotal, y no en vano 
mo el sentido de mi vida, la ida a — Mucho. Cuatro años y me- le dediqué uno de mis primeros li- 

Roma era normal, bajo el consejo y dio en total estuve en Roma: los tres bros, Medicina y moral en los discursos 

la dirección de mi tío el párroco de inales de los cuatro de Teología que de Pío XII, de 1959. Hablé con él en 
Alcañiz, que quizá aspiraba a contar se requieren, uno del doctorado en privado brevemente un par de veces 

en la familia al cabo de unos años Filosofía y medio, ya en 1957, para el y me bendijo (¿en vano?) cuando le 

con un clérigo de rango episcopal; de Teología; si hubiera de simplii- conté el martirio de mi abuela, mi 
las mitras solían fraguarse allí en la car, lo reduciría a dos aspectos bási- tío fraile y mi padre.

Universidad Gregoriana y en la que cos: el paulatino descubrimiento del 

los jesuitas tenían en Comillas, fren- derecho a la libertad - mía y de todos Una pregunta de Pío XII
te al mar santanderino.
- para anegarme en una apertura Ángel Alcalá me dice que no se 

— O sea, que ambiciosillo ya intelectual sin temor a límite algu- resiste a contar una anécdota (que 

desde el principio. Y económica- no, y el contacto directo, inmediato, no solo lo es, sino enormemente 
mente privilegiado.
con la estructura visible y mundana significativa) de su contacto con 

— Eso no es pecado. Dice San
de la Iglesia, cuyo núcleo espiritual
Pío XII.


42

   40   41   42   43   44