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gráciles e idiotas elois. En la segunda explicación nítida de la realidad, una narrativa realista y naturalista de ago- 
ú
parte, el misionero, tras la muerte de realidad ante la que el género adopta tar el universo representado, mediante é
á
su hermano a manos de los morlocks, áóóuna posición distanciada, desencanta- descripciones y explicaciones exhaus- 
emprende una tarea de dignificación da: «scientific romance is the romance of tivas, en favor de una estilización que, í
ó
de elois y morlocks que desemboca en the disenchanted universe» (Stableford aun dando impresión de realidad, con- ó
la reintegración de ambas razas en una 1985: 9).
fía su efecto a la capacidad de la imagi- á

nica humanidad, que seguirá a rajata- No obstante, la protesta de Men- nación del lector de construir entero el 
áá
bla los preceptos cristianos que les ha dizábal —dice Martín Rodríguez— mundo ficcional a partir de los rasgos úñ
imbuido con diversas artes y abundan- puede considerarse iconoclasta frente a expresivos escogidos que se le ofrecen.
ó

cia de sermones, todos puntualmente óála creciente secularización de su tiem- Desde este punto de vista, Elois y 

relatados y transcritos por el autor, que po y no cabe duda de que comparte el Morlocks
úé
no deja pasar ocasin de insistir en la intento de la mayoría de los cultivado- responde más bien a una estética ó
ú
verdad del cristianismo, nica solución íres del scientific romance de pretender decimonónica, en la tradición de la 

a los problemas de la humanidad pre- ócambiar mentalidades y puntos de novela científica verniana, pues no deja á
sente o futura. La ideologa del libro, íóvista mediante un discurso que com- cosa por describir con tal profusión


que no deja voluntariamente sitio bine diversión y exigencia intelectual, de detalles que abundan los pasajes 
í
alguno ni al humor ni a la irona, está pero la prédica es de lo más opuesto a dignos de la novela científica más inge- 
enfticamente clara. «Si Wells super- un género que persigue más bien que nieril, hasta el punto de que The Time 

pone a la temtica social perspectivas ese cambio de perspectivas se produzca Machine queda monstruosamente ó

escatolgicas propias de un filsofo de por medio de una confrontación de amplificada, aun descontando la reite- 
la Historia, Mendizbal la aplasta con ideas o acciones ante las que el lector ración sermoneadora.

óíú
ellas» (Uribe 2002: 39), hasta el punto debe sacar sus propias conclusiones, Así lo señala Ramiro de Maeztu 
ú
de que cualquier consideracin social o sin que el autor pretenda imponer un (1909) en un artículo bastante crítico é
biolgica, en el sentido evolucionista, mensaje unívoco. De hecho, la ironía íen el que declaraba que «sus dos volú- 

se supedita al adoctrinamiento, con lo es el recurso retórico preferido, como menes podrían compendiarse en uno ó

que no presenta un rasgo fundamental corresponde a una literatura moderna solo, sin que se perdiese ni una sola é
del scientific romance, tanto en su encar- que confa gran parte de la interpre- idea ni matiz, y con enorme ventaja í
á
nacin wellsiana como en la mayora tacin al lector, de forma análoga a para el movimiento dinámico de la ac- ó
ú
de las que le precedieron o sucedieron, como, desde el punto de vista de la ción y consiguientemente del interior 
a saber, su carcter reacio a cualquier
escritura, deja atrs la pretensión de la
de la obra».
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Obra de Carlos Mendizbal

í
Elois y Morlocks. Historia de lo porvenir segn la narracin de Zacharias M. Blondel (novela, con el seudónimo de 
Dr. Lzaro Clendabims), Barcelona, Juan Gili Editor, 1909.


Pygmalion y Galatea (novela), Madrid, Pueyo, 1922.

Anafrodisis (novela), Madrid, Renacimiento, 1922.


La colisin (novela), Madrid, Editora Internacional, 1925.


La ira del sol (novela, con el seudnimo de Zacharas M. Blondel), Madrid, Biblioteca Nueva, 1983.

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ó

Gabriel Bermdez, un maestro estancia en Tomelloso, recala en Cala- tonces escribe una primera versión de 
ó
del genero
tayud, lo que le permite vivir en Zara- La piel del infinito. Su amigo Eduardo 

Nacido en Valencia (1934), aunque goza. Falleci en 2019.
Valdivia (...) le introduce en la Peña á
de orgenes aragoneses por la rama Ha sido estudiado por Luis Balla- Nik y colaborará en el Despacho Lite- 
í
paterna, Gabriel Bermdez, vecino
briga (2003), en la edicin de su Mano rario de la Oficina Poética Internacional í

de Zaragoza durante gran parte de su de galaxia, en dos volmenes, de la que (tauro, 1960) con el cuento “El tren de 
vida, es sin duda uno de los autores extraemos estas notas sobre el autor y socorro”. El mismo Valdivia y Julio 
óá
ms destacados de la novela de cien- su obra:
Antonio Gmez lo embarcan en la 

cia-ficcin espaola, un maestro del «Ya en su poca de estudiante aventura editorial de Javalambre (edito- 
gnero. En Zaragoza cursa el bachille- haba escrito algunos cuentos y aborda rial de la que saldra entre otras cosas la 

rato, en los jesuitas, y estudia Derecho en esta poca la novela con El gua en el coleccin de poesa “Fuendetodos”), y ó

y profesorado mercantil. En 1958 ob- crepsculo y El puente de niebla, dos rela- entre los tres dan vida a la coleccin de 
tiene plaza por oposicin de Corredor tos costumbristas que no lleg a enviar narrativa de ciencia ficcin “Atanor”, 

de Comercio, y despus de una breve
a ninguna editorial. Tambin por en-
que inaugurar (y cerrar) en 1971 la



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