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Todo este mundo, que alguna das, la disolución generalizada de los límites a lo que se puede ver, pensar, 

vez se identificó con la vida, habría íílazos basados en la solidaridad y la decir y hacer.

que ver dónde, desde cuándo y por óó
éáóempatía, y la consiguiente dificultad Así, en su análisis de la relación 
quines, amenaza ruina. Los punks óóócada vez mayor de dar consistencia
entre ficción y política, Rancière 

—no future— lo intuyeron antes que a proyectos de emancipación y re- alude a las novedades que aporta la 
nadie y en el momento que imagi- íéó
éíísistencia en una estresada sociedad, novela realista del XIX, novedades 
namos como históricamente exacto, óócada vez más atomizada y automa- que irritan a sus críticos. «No se trata 
ó
el principio del fin: los años 70 del èñtizada, sometida a una ducha de —dice— simplemente de la relación 
siglo XX.

agua fría continua de información, entre lo real y lo imaginario (...). La 
No se trata de ser apocalípticos íactualización, adaptación, compe- cuestión de la ficción es, de hecho, el 
íóó
ni agoreros ni derrotistas. Se trata de tencia y competitividad. El creciente entrelazamiento de dos cuestiones: la 
aportar indicios para aclarar la situa- monopolio ejercido por los disposi- 
óáficción es un cierto ordenamiento de 
cin estratgica. Se trata —cómo no, tivos digitales sobre las relaciones y acontecimientos pero también es la 

como siempre— de una situación ílas mediaciones en los procesos de relación entre un mundo de referen- 
complicada, pero la batalla —si se aprendizaje y en el desarrollo de la 
óáícia y mundos alternativos. Se trata de 
est de acuerdo en que tiene todavía ósensibilidad y afectividad, sobreesti- la relación entre lo que los individuos 

sentido darla— no se debe conceder muladas hasta la narcosis —unido al sienten y aquello que debieran sentir, 
como perdida de antemano, la resis- éestrés derivado de las exigencias labo- lo que normalmente deben sentir los 

tencia no debe carecer de sentido.
rales— tiende a producir una trans- individuos que viven en sus condi- 

formación de la humanidad misma, ciones de existencia. Lo que de hecho 
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una mutación formal a la espera de la dice la crítica [literaria] reaccionaria, 
óí
Tres textos, no todos recientes, m“utación real.
óó(...) es esto: existen los individuos 
ó
nos sirven de referencia principal que pueden permitirse tener un alma 
para esta —reconozco que disper- y aquellos que no pueden permitírse- 
¿Qué desorden de la 
sa— reflexin: el denso Fenomenolo- lo. El desorden en la ficción comienza 
ficcin es imaginable para 
ga del fin de Franco «Bifo» Berardi, el cuando los últimos se permiten lo 
breve artculo, Polticas de la Ficcin de no quedar aplastados por
úque no pueden permitirse». En una 

Jacques Rancire (as como su ensayo óñépoca, la nuestra, en la que cada vez 
la superestructura de ese 
titulado Aisthesis) y Postutopas de Jos ímás, no se nos está permitido tener “

Luis Rodrguez.
engendro denominable èun «alma» —digamos, una buena 

En el primero se analizan los capitalismo tecnototalitario?
óvida— se percibe con claridad cómo 
íó
procesos histricos, los mecanismos óel discurso tecnototalitario disuade 
sociales y las coacciones tecnolgicas éíde suponer configuraciones distintas 

que —como consecuencia de la sofis- a las que ofrece el capitalismo del 

ticacin tcnica del capitalismo en el En el caso de Polticas de la ficción siglo XXI: el orden de la ficción puebla 
contexto del triunfo del neoliberalis- y de Aisthesis de Rancire, en conti- la prensa y las plataformas de conte- 

mo— han conducido a una transfor- nuidad con El espectador emancipado
nidos de relatos en torno a la escasez 

macin de las condiciones y posibili- y otras obras, se repasa a travs de de todo para todos, carestía de lo á
dades de la sensibilidad humana. Se diversas obras de arte, teatro y de la bsico, precarización de la existencia 

explica cmo las transformaciones en literatura de los ltimos siglos, lo
e inminencia de lo peor. El desorden de 
óó
la sensibilidad derivadas de la satura- que denomina distintos regmenes
la ficcin, que identifica Rancière en la 
cin de lo que se denomina infoesfera de visibilidad que han condicionado novela realista del XIX, contribuiría é
ó
—el omnipresente flujo de imgenes histricamente la imaginacin y la a configurar |—antes y ahora— una 
ó
e informacin y su potencia codifica- creatividad colectivas y cmo —en imaginacin productiva, a partir de 
dora de todos los intercambios— y cada caso— las obras no slo recogen lo real y material dado, que habría de 

las transformaciones en el mundo esos cambios sino que son al tiempo favorecer la salida del «esto es lo que 

del trabajo derivadas de la informa- —al proponer determinadas narra- hay» (y «esto es lo que va haber») que é
tizacin, la fragmentacin, flexibili- ciones o visibilidades alternativas— propone la paralizante y terrorífica 

zacin y precarizacin de contratos, un elemento necesario y apropiado monodia distpica de plataformas 

condiciones y salarios, han modifica- para la emancipacin. En Polticas de como Netflix o las redes sociales.

do radicalmente las condiciones de la Ficcin insiste en la capacidad de la ¿Qu hacer? ¿Qu desorden de 

vida y de socializacin.
ficcin para superar los repartos de lo la ficcin es imaginable para no que- 

Berardi seala las consecuencias sensible que imponen los diferentes dar aplastados por la superestruc- é
fsicas, psquicas, sociales y polticas regmenes y que sealan, para cada tura de ese engendro denominable 

de todo ello. Entre las ms destaca-
sociedad y en cada momento, los
capitalismo tecnototalitario? ¿Qu



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