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Reseñas



Nuestro reflejo en la escena


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Fernando Morlanes
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Rodrguez García, J. L. Maldita Europa. Erial Ediciones, Zaragoza, 2020.




 



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Saber, mucho ms en estos pueda parecernos, está presente
una radical ruptura generacional. 
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tiempos, que el teatro tambin pue- en nuestra actualidad. Lo más sor- La pieza titulada «Las fresas» no 

de leerse le tranquiliza a uno. No es prendente, es que estas seis piezas, tiene un tiempo fijo porque lo que 
lo mismo que contemplar la ficcin aparentemente tan independientes, nos muestra es lo que siempre ha 

viva sobre las tablas de la escena contienen una unidad producida sucedido, «siempre ha ocurrido lo 

(me refiero a esas ficciones que nos por la intervencin del autor en
mismo». «ES(T)Á(OY)», de difícil 
roba esta pandemia), pero se alegra las acotaciones. Acotaciones que comprensión, nos lleva hasta el 
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uno de tener imaginacin, de que son instrucciones y ayudas para su caos más absoluto.


su mente sea capaz de dibujar, dar representacin, pero que narran, Todo esto que cuento no es que 
cuerpo, color y voz a los personajes comunican los sentimientos y los sea así, sino que es como yo lo veo 

y escenarios de una obra teatral. pensamientos del autor. Y es esa dentro de ese teatro profundo, sen- 

Con las seis piezas breves de esta narracin la que desemboca en su tido, irónico, a veces mordaz con el 
Maldita Europa que Jos Luis nos unidad discursiva.
que Rodríguez, de algún modo, nos áí

ha regalado se cumplen sobrada- «Olor a rosas» muestra unos obliga a pensar sobre el retrato más 
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mente las previsiones. Nuestra personajes aislados del mundo espantoso de nuestro ser.
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imaginacin se desborda, se ocupa exterior y que no se hacen pre- No me ha guiado a hacer esta ó

permanentemente con el torren-
guntas sobre la vida de sus con- valoracin crítica mi condición de 
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te de imgenes que nos propone. temporneos. Con «El poeta en su editor de la obra Maldita Europa; 
Cual un nuevo Valle-Incln rompe ltima habitacin» observamos me ha guiado el deseo de mostrar, 

todas las dimensiones posibles de cmo esa falta de mirada crtica ms que una visión estudiada so- í

representar (ni siquiera con el cine- contamin a algunos destacados bre la misma, el sentimiento y los 
matgrafo, ya que hay problemas intelectuales (en este caso a Heide- pensamientos que su lectura me 

escnicos que solo el teatro puede gger) que guardaron silencio sobre han producido. Creo que este es un 

resolver).
el holocausto. «Identidad» nos teatro que rara vez vemos puesto

En la brevedad de esas seis deja pensativos, nunca acabamos en escena y que, sin embargo, nos 

piezas teatrales caben muchos de saber quienes somos o nunca muestra muchas carencias que cada 

mundos interiores y exteriores, queremos saberlo. En «La tesis» da estn ms presentes en nuestra 
cercanos y lejanos, histricos y fic- vemos cmo unos estudios sobre condicin, todava humana.


ticios; y todo, por muy absurdo que
los inicios del siglo XX producen
Lanlo, merece la pena.



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