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Con un lenguaje depurado de do, en expansión líquida», diría el 

todo retoricismo, la obra se abre Barthes de Fragmentos de un discurso 
con un poema —sin título— que amoroso, desde los «humores,  u- 

ofrece algo así como un cuento de jos, secreciones» hasta el «sudor» y 

su existencia entre dos mundos, sa- las «lágrimas» (Su íntima humedad 
cudida entre el pampero y el mistral evocada, 43).

y en continua tensión entre «el valle Pero el recorrido a través de

del Ebro» y «una esquina de Mon- la humedad es un viaje también
tevideo» (12). Clave y sinécdoque
al corazón de la lengua que nace 

de todo el poemario, esta sección de una atención de Aínsa, sí, por 

introductoria sintetiza una poética los detalles incluso menudos de la 
de la lejanía, la interacción entre la vida cotidiana y por la vitalidad 

memoria y el olvido, la dialéctica que sabe captar en las palabras, 

de las oposiciones entre un ahora y pero también por la sensación de 
un entonces, el aquí y el allá, cierta alteridad de quien ha vivido en 

otredad y la identidad. Y, en parti- muchas partes. El mismo título

cular, entre lo seco y lo húmedo.
de su novela Con acento extranjero 
Si la cifra del primer libro de (1985) aludía a su condición de 

poesía de Fernando Aínsa (Aprendi- aloglosia y varios son los mo- 
Portada Clima húmedo
zajes tardíos, 2007) es la tierra, en los mentos ahora en que Aínsa, con 
poemas de Clima húmedo es el agua, clima se subvierte, 20-22). Hay, por insistencia y en un rápido vaivén 

el elemento líquido. Dividido en lo tanto, una región ulterior por diatópico, emplea el recurso me- 

tres secciones (“Vivir la humedad debajo de esta memoria personal talingüístico de precisar con más 
desde adentro”, “Variantes de nues- evocada e invocada por Fernando variantes un mismo substantivo. 

tra humedad”, “La triste alegoría de Aínsa en la cual los recuerdos ce- He aquí: las «cometas / (barriletes 

tu entorno”), sus versos se desarro- san de pertenecer a una determina- los llaman en la otra orilla)» (La 
llan a lo largo del tema conductor da vivencia y descubren el universo rosa de los vientos gira a su aire, 29); 

de lo húmedo, principio y esencia vital de un “nosotros” común. Ética el «rocío mañanero / (rosada la lla- 

última de todas las cosas.
y estética se vinculan fuertemente man en Teruel)» (Todo verdea a su 
La reconstrucción geográ ca y en estos poemas donde el autor, al socaire, 38), «esa hierba / (pasto al 

climatológica que realiza Fernando incursionar en los territorios de lo decir sureño)» (ibid.); el «ómnibus 

Aínsa surge desde una combina- húmedo, alarga de forma sorpren- / —como se llama el autobús en 
ción de  delidad al territorio y de dente la franja de lo poetizable. estas latitudes—» (La humedad 

una voluntad simbólica, en esa Así, Aínsa experimenta la hume- oscila en movimiento, 40); la «pile- 

determinación de que es en lo con- dad en el viento del Norte, cuando ta / —como llaman la fregadera 
creto y lo simbólico donde el arte sus «porcentajes se intensi can / el por estas latitudes—» (Espacios de 

se conecta con la historia. En la aire se torna difícilmente respirable sombra y oquedad, 49); «las mantas 

irrupción del pasado, tegiendo una / (y de esos aires nuestra historia / (frazadas las llaman por estas 
narración sutil y re exiva, estila un reciente tiene triste memoria)» (La latitudes)» (Las sábanas húmedas 

«preciso y medido inventario» de rosa de los vientos gira a su aire, 28) y esperan el contacto, 55).

su vida, «de nuestras vidas», cuyo declina su ubicua presencia desde Fernando Aínsa explora temas 
recuerdo individual puede hacerse «la orilla del río que de plata no intensos, habla del deseo de irse, 

re ejo de un horizonte atemporal, tiene ni el recuerdo» (Amenazas que pero también del deseo de volver, 

anónimo y colectivo, y cuenta «la hacen del aire su global dominio, 17) de qué signi ca tener una patria; 
experiencia de haber vivido la hu- hasta la marginalidad cotidiana de presenta la cuestión de la identi- 

medad desde adentro / nacido en una gotera que también «produce dad, habla de quien experimenta la 

ella, / estar condicionado por facto- grietas, / insidia que también des- incertidumbre de su propia perte- 
res que forjan en cada uno su origi- gasta el alma» (Si te topas con la gote- nencia, del spaesamento, la Fernweh 

nal re ejo», allí donde «la natura- ra, 53) o en «el ecosistema de la co- (la nostalgia de otro lugar): migran- 

leza fundamenta en esas latitudes cina» (Espacio de sombra y oquedad, tes, exilados, expatriados, viajeros, 
sureñas / el frágil equilibrio entre 50). Caracterizado por químicas pendulares. Para quien, de cual- 

lo que precipita y evapora. / Lo que diferentes, bajo sus varias formas
quier manera, tiene algo de nóma- 

hace de la inestabilidad, constan- y jerarquías, lo húmedo se exalta da, la lengua y la memoria ayudan 
cia, / por no decir de la existencia también como fruto del «cuerpo a no perder a sí mismos.

en que vivimos aquellos años» (El
amoroso, que es un cuerpo baña-
Padova, enero 2011


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