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— De hecho, no se llegó a pu- Moscú había datos relacionados con atención al tiempo y corrientes en
blicar.
Sender. Él había viajado allí en 1933 que se movió Sender, sobre historia
— Exacto, no escribí la biogra-
para asistir a la Olimpiada del Arte del periodismo, etc., amén de la cons-
fía encargada por el consejero, pero Revolucionario, y estuvo algún tiem- tante lectura y consulta de libros y
seguí trabajando por mi cuenta, sin po. Mi amiga la zaragozana Eva Orúe, artículos suyos. Y de lo escrito sobre
subvención alguna, y sin fecha de
corresponsal en Moscú de una cadena él. Todo un mundo, arañando tiempo
entrega, Me horrorizaba someterme a radiofónica española, me ayudó a or- al tiempo. Un somero anticipo de lo
un plazo concreto cuando veía que la ganizar el viaje. Entre otras gestiones, que podría ser la biografía que ahora
tarea exigía mucha investigación y yo
me buscó un intérprete, un joven ruso aparece ya lo publiqué en la revista
no disponía de medios económicos ni que habla magní camente el español, Alazet (1992), que edita el Instituto de
de tiempo. Con todo, seguí sin prisa, Eugeni Smornov. Trabajamos en dos Estudios Altoaragoneses.
pero sin pausa.
archivos, y encontramos bastantes
— ¿Cómo has estructurado la
— Digamos que Sender ha ve- datos, aunque no se nos permitió ac- biografía?
nido siendo durante estos años una ceder a la KGB.
— Siempre tuve claro que quería
especie de hobby permanente, de a - — De tus muchos encuentros
plantear el libro como un gran repor-
ción constante.
con personas relacionadas con la vi- taje. Aparte de mi ya larga experien-
— Algo así.
da de Sender, ¿a quiénes destacarías?
cia periodística, me venía también
— Y tu a ción te ha llevado — Por ejemplo, a Elisabete de
magní camente mi formación con
lejos.
Altube, la segunda esposa de don fundamento escolástico, Y mi pre-
— Si quieres decir que si Sender Ramón, con la que me entrevisté en paración musical, que he cultivado
me ha hecho viajar, pues sí, es cierto. Biarritz. También a Marcelle, la espo- antes y ahora, durante muchos años.
Aprovechando unas vacaciones viajé sa de Manuel Sender, tan querido por Yo siempre digo que una corchea,
a Alburquerque, en Nuevo México, nuestro escritor y que fue asesinado por ejemplo, es una corchea y no una
donde don Ramón residió varios años en Huesca por los llamados naciona- negra. Ese rigor que exige la medida
y escribió lo mejor de su obra. Me les. La muerte de su hermano y la de musical —adornado si se quiere por
entrevisté con profesores de la Uni- su esposa, Amparo Barayón, también la inefable sensibilidad artística— es
versidad de Nuevo México, donde él asesinada, afectaron profundamente muy útil para ponderar los compor-
enseñó. Vi una de las casas donde vi- al escritor. Fue de especial relieve
tamientos y aconteceres en su justa
vió. Un segundo viaje lo realicé a San la entrevista mantenida en su casa
medida. Aún así.
Diego. Allí hablé con Florence Hall, de Gijón con Avelina Parrado, una — La gura de Sender no deja
tercera esposa de Sender, con profeso- muchacha en 1936 que acompañó a de ser controvertida. Toda biografía
res y con amigos de don Ramón. De Amparo Barayón desde San Rafael supone por parte del biógrafo una
San Diego me trasladé a Los Ángeles, (Segovia) donde veraneaban, hasta toma de postura frente a su biogra-
donde también me entrevisté con Zamora, en un viaje con acento dra- ado. ¿Cuál ha sido la tuya?
profesores de la Universidad del Sur mático que terminaría pasado un — Había que encontrar el to-
de California y con amigos de don tipo en tragedia. En la conversación no adecuado. Yo tenía claro que no
Ramón. Estuve en el consulado. Po- la llamaba Amparito con expresiva quería escribir una hagiografía, pero
co a poco iba reconstruyendo la gura ternura. En n, podría citar muchas tampoco quería tratar mal a don
de nuestro escritor. Aún volví en otra otras entrevistas, algunas de valor in- Ramón. Así de claro. Ahora bien,
ocasión a Los Ángeles, donde vivían calculable, dado que los entrevistados puesto en la tarea había que afrontar
Luz Campana de Watts y su esposo, ya murieron y pude recoger su testi- la realidad con sus luces y sus som-
Ronald, amigos del escritor. Me des- monio. Se podría escribir una crónica bras. Además, como decía Ortega y
placé a México D. F., donde hablé con de la elaboración de esta biografía, no Gasset, “O se hace literatura o se ha-
el editor Costa-Amic, con Fidel Miró exenta de interés.
ce precisión o se calla uno”. Había,
de Mexicanos Unidos, con Anselmo — Llevas muchos años traba- pues, que encarar la realidad con la
Carretero, con Paloma Altolaguirre, jando sobre la gura de Sender, pero objetividad que permite la subjetivi-
una gran dama, hija del poeta Altola- ¿cuáles han sido los elementos fun- dad. Aún así, he estado varias veces
guirre.
damentales empleados por ti para a punto de arrojar la toalla, y no por
— Todo eso habrá supuesto un diseñar su biografía?
nada especial relacionado con don
acopio de material enorme.
— Fui recogiendo datos y datos, Ramón, sino por el prejuicio de que
— Sí, desde luego. Todas las con- es cierto, en estos últimos años, pero tendría que salir algún punto dis-
versaciones las tengo grabadas.
había que contextualizarlos, y darles cutible, y la verdad, no me apetecía
— También has viajado a Mos- una estructura. No se sabe lo que he tocarlo. Pero, por otro lado, pensan-
cú.
tenido que leer sobre historia del si- do una frase del propio Sender —“la
— Es que faltaba por saber si en
glo XX, sobre literatura, con especial
perfección no es de este mundo”—,
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