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Subiendo a un taxi, el día de su toma de posesión como canónigo, Juan Antonio con el cardenal Tarancón y el director de Heraldo, Antonio Bruned Mompeón, en el palacio arzobispal de Madrid. 
42-V-1955
Abril 1983

sión?” El libro La France, pays de misión, por buscar una sintonía entre la idea como responsable del culto catedrali- 

de Godin, en su versión original o en y la praxis, había surgido ya en 1943 el cio. Por eso, me considero deudor de la 

traducción, estaba en las bibliotecas
famoso Centro de Pastoral Litúrgica formación recibida en el recién creado 
y en las manos de clérigos y círculos que, bajo la dirección del canónigo
Instituto Superior de Liturgia de Paris 

católicos de toda Europa. En España, A. M. Martimort, tanto contribuyó
(del que fui el primer alumno español) 

hacía furor entre los lectores que, pre- al movimiento litúrgico europeo.
y de los contrasentidos y avances en 
ocupados por el creciente abandono Por otra parte, y al mismo tiempo,
que estaba envuelta la pastoral litúr- 

religioso de la clase trabajadora, veían Le Saulchoir, el gran laboratorio do- gica francesa de aquella prometedora 

con simpatía las arriesgadas iniciativas minico de investigación en ciencias época, de los que pude ser un privile- 
apostólicas que iban surgiendo al otro religiosas y de búsqueda de respuestas giado observador, analista y crítico.

lado de los Pirineos. Conieso que, en adecuadas a los signos de los tiempos, — ¿Allí se acabó de fraguar el 

mis frecuentes visitas a la catedral de vivía su momento más brillante e liturgista que eras.?
Nôtre Dame, siempre oraba unos ins- inluyente. De estos dos hogares de la — El Instituto Superior de Li- 

tantes ante la tumba del arzobispo de cultura acababa de nacer el Instituto turgia de Paris donde yo estudié tenía 

París, cardenal Suhard, audaz creador Superior de Liturgia en un intento de un elenco de profesores de lo más 
de la experiencia de los curas obreros. dar sustancia doctrinal y apoyatura selecto de Europa y un programa de 

Era una época tan arriesgada como cientíica a todos los ensayos que pro- estudios muy exigente. No recordaré

prometedora, tan difícil como her- liferaban un poco por todas partes. El a todos, pero sería imperdonable si no 
mosa. Eran unos años en los que uno movimiento litúrgico francés, secun- mencionara siquiera a Y. M. Congar, 

podía estudiar y aprender no solo en dado en buena parte por el episcopa- L. Bouyer, J. Danielou, A. Chavasse,

las aulas universitarias, sino también do, era el motor de la investigación y P. M. Gy, B. Capelle, A. G. Martimort 
en las parroquias y en la calle. Yo me pastoral litúrgicas en toda la Iglesia
(la mayoría de ellos, consultores y 

consideré un afortunado de estar esos y anunciaba la cercanía de la hora de muy consultados en la preparación y 

años en París.
grandes cambios en la Iglesia Católica en el desarrollo del Concilio Vaticano 
— ¿Qué supuso para ti la estan- que se concretarían luego, enseguida, II ) y, sobre todos, el benedictino B. 

cia en la capital francesa?
en el Concilio Vaticano II.
Botte, verdadero creador e ideólogo del 

— Mientras en el terreno prác- A los pocos días de mi llegada a Instituto y, sin duda alguna, un sabio, 
tico, la imaginación y la rebeldía París, me percaté de que había acer- el mejor historiador de la Liturgia de 

alumbraban novísimas fórmulas pas- tado en mi escapada de Zaragoza. los últimos tiempos, pieza clave en la 

torales, los responsables de velar por Ciertamente estaba en el lugar y en la investigación y el estudio de las fuen- 
el rigor del pensamiento y la hondura hora que buscaba y necesitaba, no solo tes y textos más primitivos del culto 

de los saberes se dedicaban a suscitar para recuperar la frescura de mi voca- cristiano..

mecanismos que garantizaran la au- ción y el tiempo para el estudio, sino Precisamente por la formación 
tenticidad y la seriedad de tantas y tan también para estar a la altura cientíica recibida en Paris, recién vuelto de la 

nobles iniciativas. Así, en este afán
de la misión que se me había coniado
capital francesa, fui llamado de inme-


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