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Reseñas


Cirugía de la luz



Miguel Carcasona



Sergio Gómez; Error de la luz. Olifante, Zaragoza, 2018.




Error de la luz es la tercera incursión despojada de retórica, que es su voz. En 

de Sergio Gómez García en la publica- la potente carga relexiva, además de en 
ción poética, tras 60 gramos (VII Premio las citas, se nota la formación ilosóica 

Delegación del Gobierno de Aragón. del poeta, profesor de esta materia.

Ed. Aqua. 2011) y la plaquette: Un piano Abundan los poemas cortos y muy 
silencioso (La Herradura Oxidada, 2016). visuales, de los que “Leviatán” sería un 

Si en “60 gramos” la estructura relejaba paradigma: tras la cita de Thomas Ho- 

el cuerpo humano, el habitáculo físico bbes —“No hay convenio con las bes- 
donde el individuo desarrolla su perso- tias”— se dice: “la lengua ciega /sobre la 

nalidad, en Error de la luz asistimos a un que duermen / lame los ojos / de la bes- 

recorrido por el universo de la política, tia que muerde la luz”. Aquí se percibe 
entendida como la relación del indivi- el eco de Antonio Gamoneda, con cuya 

duo con la colectividad, la capacidad
“Descripción de la mentira” esta obra 

(o incapacidad) de mantener su idio- guarda cierto paralelismo temático, en 
sincrasia en el engranaje social y, sobre cuanto estampa de un tránsito histórico 

todo, de participar en él. Esta dialéctica a través de la visión personal, sin már- 

entre individuo y colectivo, entre Epi- genes cronológicos delimitados, lo que 
curo y Cicerón, ya arranca en las citas no impide una reconocible ubicación 

del comienzo, donde se contraponen el temporal. Si en el asturiano se retrata

ilósofo ilustrado Condorcet, que apela de los poemas. Pero también, conforme lo colectivo a partir de lo íntimo, aquí 
a “hombres libres, que no reconozcan
se avanza, surge cierta sorna o humor se plantea una relexión sobre ambos 

a otro señor que su propia razón” y el negro, como en “Sondeo”, las dos partes términos, encaminada a ijar la posición 

nazi Goebbels y su “gentío salvaje”, del de “Libertad” y, sobre todo, en las tres del individuo en su entorno.
que surgen hombres “con un hambre de “Rebeldía”. Quizás la ironía de un En Error de la luz se agradecen la 

gigantesca de luz y salvación”.
idealista desencantado. Lo racional se calidad literaria, que colma a un lector 

La ordenación del libro —7 partes, antepone a lo emocional —casi todos exigente, y la valentía al abordar temas 
de 7 poemas cada una— lo cohesiona los poemas llevan títulos abstractos— no habituales en la lírica: el de la socie- 

en un todo unitario. El primer capítulo, de ahí el uso habitual de la tercera dad y los mecanismos que la sustentan 

“Maniiesto”, se abre con un poema persona, a menudo del plural, frente al o se generan a su alrededor, el de la 
homónimo que más bien parece un escaso protagonismo del yo.
participación en los procesos históricos 

anti-Maniiesto desde la cita de Gilles Por esa dialéctica individuo/socie- y el desencanto con las utopías. Trata 

Deleuze: “Hace falta apartarse de la dad podría deinirse como poesía social, lo colectivo desde una mirada indivi- 
palabra”. La paradoja ya se establece en aunque no en el sentido de una visceral dual, pero no individualista; objetiva, 

el origen: apartarse de la palabra, pero acumulación de consignas enunciadas sin caer en lo prosaico. No es poesía

construir versos e ideas con ella. Para con sencillez e insertas en un marco de consumo, ni fuego de artiicio que 
superar esa contradicción, el poeta se expresivo comprensible para los no encandila la vista sin dejar poso. Tal 

impone deinir los conceptos, despo- habituados a la lírica. Sergio usa ex- vez áspero al primer contacto, requiere 

jarlos de adherencias connotativas para presiones cotidianas, pero en un marco un esfuerzo de lectura plenamente 
sacar a la luz su auténtico signiicado. metafórico. La personiicación de ele- recompensado después. Uno de esos 

A ello se aplica, indagando el papel del mentos naturales —soles que excavan libros a los que se retornan, como 

lenguaje en la política, con el verbo poé- o llegan desde otra orilla, la noche que lector y como ciudadano. Porque, a 
tico como herramienta y los títulos de camina—, y el recurso de ciertas for- nuestro pesar o por convicción, somos 

los bloques marcando la ruta.
mas físicas como piedras angulares —la ese zoon polítikón tal como lo deiniera 

El pesimismo crudo, que a veces se omnipresente luz, los ojos, la lengua— Aristóteles: seres condenados a vivir en 
convierte en desolación y desasosiego conviven junto a nociones abstractas. sociedad y relexionar constantemente 

ante lo descrito, planea sobre la mayoría
Todo bajo una concisión expresiva,
sobre ella.


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