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como cuadro exento se mostraba en inmediatamente las convirtieron
gan sin consecuencias en el juego 

la época descarada y desa ante ante en símbolo, identi cándolas como de seducción de la venta. Apenas 
la mirada escandalizada del público 
sufragistas que enarbolaban entre unas semanas antes de la victoria 
más conservador. Por su peligro-
sus dedos la “antorcha de la liber- electoral de Donald Trump, el 

so parecido a una mujer real, esta tad” de la nueva mujer. Las ventas empresario multimillonario Steve 
Nuda Veritas recuerda a esa otra 
de American Tobacco se dispararon Wynn mostraba en una entrevista 
verdad que, en 1855, aparecía en el gracias a la astucia de este precur- su admiración por el modo en que 

Taller del pintor de Courbet y que, sor de las argucias publicitarias que el futuro presidente de Estados 
si bien estaba parcialmente tapada 
supo llevar el consumo de cigarri- Unidos había logrado que unos 
con una amplia sábana, despertó llos hasta las  las de quienes defen- amigos inversores en apuros dobla- 

entre sus contemporáneos una cier- dían la liberación femenina. Aque- ran las ganancias de su negocio por 
ta inquietud. El escándalo de esta llas mujeres no aparecían desnudas, 
la compra de una torre de aparta- 
obra, a la que el artista se re rió sino vestidas y a la moda, repre- mentos en Honolulu. El millonario 

como una “alegoría realista”, residía sentando un papel que luego la pu- propuso que pusieran el apellido 
en no poder distinguir si el desnu- blicidad ha extendido por doquier, 
“Trump” en lo alto del inmueble
do de la joven que miraba el cuadro encontrando un disfraz para cada y que lo inauguraran por todo lo 

dentro del cuadro era un verdadero sector potencial de consumo. No alto con varias  estas en las que él 
desnudo o solo otro de esos desnu- cabe denunciar a la publicidad por- aparecería como estrella invitada. 

dos de mentira que siempre había que los anuncios no son mentira, La única condición de Trump fue 

podido mostrar, más o menos pu- sino solo la representación de una que si mejoraban su inversión él 
doroso, el arte. Así, pareciera que  cción. Pero las  cciones aquí no obtendría un moderado bene cio 

las verdades cuando se alejan de las son ya esas mentiras de los poetas de la misma. El éxito fue completo 

 cciones (o lo pretenden) tienden que desvelan verdades, sino la vela- y todos sonríen ante las tretas del 
irremediablemente a convertirse en dura que suaviza y embellece una empresario que es capaz de hacer 

mujeres de carne y hueso perdiendo realidad a la que nadie quiere mirar ganar dinero con su astucia. El rei- 

todas sus virtudes alegóricas.
a los ojos. La economía no es noble, no de la apariencia y de las peque- 
Al parecer, al tiempo que la ni buena, ni sagrada, pero tampoco ñas mentiras consentidas ha sido 

Verdad salía del marco de las repre- parece ser mala, solo lo su ciente- desde hace tiempo la publicidad y 

sentaciones pictóricas despidiéndo- mente impúdica para que nos de no no es nuevo que la política se sirva 
se de las  cciones convencionales sé qué mostrar sus carnes.
de estas pequeñas  cciones del pro- 

del mundo del arte, las historias in- “vecho con su mismo rostro inocen- 

ventadas y las imágenes que mues- te. Sin embargo —hoy que parece 
tran y ocultan lo que son invadían Sorprende nuestra que la corrupción se ha convertido 

el espacio público con  nes poco en la acompañante inevitable de la 
tolerancia actual no ya a la 
decorosos. La utilización de las  c- actividad política—, me pregunto “
ciones para la publicidad se realiza mentira, sino a las  cciones si en el fondo esto no será porque 

con el rostro de falsa inocencia de que ocultan debajo un asumimos que donde deben batirse 

quien no actúa para causar ningún interés económico.
cuerpo a cuerpo los políticos es la 
mal, sino sólo para aumentar un arena de los buenos comerciantes.

poquito el propio provecho. En este Sorprende nuestra tolerancia 

proceso de confusión entre la ver- Ya se sabe, pasadas las guerras actual no ya a la mentira, sino a
dad y las  cciones, Edward Bernays, mundiales, la Verdad con mayús- las  cciones que ocultan debajo un 

sobrino emigrado a Estados Unidos cula se volvió algo poco de  ar. interés económico. Parecería un 

del afamado Sigmund Freud, nos Transcurrida la época de aquellas disparate a día de hoy sacar a aque- 
proporciona una valiosa clave para grandes verdades que se desintegra- llas antiguas verdades desnudas

explicar cómo a principios del siglo ron en violentas mitologías, se dejó de la cueva oscura donde las tenga 

XX las  cciones se volcaron en la vía libre al tiempo de esas pequeñas secuestradas el Tiempo y volver a 
batalla del nuevo capitalismo de los mentiras que son las astucias del exhibirlas pudorosas tapando aquí 

deseos que venía a sustituir el mero comerciante. Estas se consienten y allá sus atributos. Pero tal vez nos 

comercio con las necesidades. En porque la economía no tiene que hemos acostumbrado demasiado a 
1929 Bernays contrató a un grupo ver con la verdad ni tampoco con la las farsas que recubren la vida pú- 

de modelos para que aparecieran
ética; es sencillamente economía. blica como para distinguir lo que en 

en el des le anual de Pascua en Nos hemos acostumbrado a esto
verdad esconden y debamos volver 
Nueva York fumando ante los pe- e incluso celebramos con un poco a llevar las  cciones al espacio que 

riodistas con actitud resuelta. Estos
de ironía las argucias que se prodi-
el arte les reservaba.


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