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No podría estar más de acuer- Yo no sé si existe la verdad y, por 

do con este fragmento del poema lo tanto, no quiero proclamar nin- 
“Las dos linternas” de Ramón de 
guna. Tan solo expresar mi opinión, 
Campoamor. Recuerdo que incluso tan válida o no como la de cualquie- 

lo utilicé una vez para presentar
ra que tenga la mala costumbre de 
un trabajo de carrera. Se trataba de 
pensar. Y eso me pasa a menudo. Y
interpretar cómo se había formado a menudo pienso que lo que existe 

una roca a partir de la observación es el hecho en sí, como mi lámina 
al microscopio de unas láminas delgada del principio, y, de ahí, cada 

delgadas. Y con los mismos exiguos uno de nosotros lo interpretará y 

datos, aplicando criterios diferentes, expondrá su verdad, porque es así 
se podía llegar a conclusiones bien como lo considera. En muchos casos 

distintas. Sirva, pues, esta anécdo- nos vendrá impuesta. Y se nos que- 

ta estudiantil como metáfora de la rrá convencer de cuál es la verdad 
vida, de los distintos enfoques que verdadera. Eso se puede llamar edu- 

tiene la verdad, de los con ictos que cación.

pueden acarrear estos enfoques y de Al  n y al cabo, el proceso de 
cómo se puede llegar a deformar la educar, en demasiadas ocasiones, 

v“erdad e incluso el propio concepto.
no es más que llevar a las mentes 

inquietas y creativas infantiles por 
el redil de la verdad social en la que 
Entre nosotros, la 
les ha tocado nacer y vivir. Pero 
verdad no existe. Existe el 
también ese proceso puede ser des- 
hecho. Y existen las palabras. información, adoctrinamiento y 

Porque las palabras son las manipulación.

que describen el hecho. Pero Esto es lamentablemente cada 
vez más frecuente en este mundo 
son muchas las palabras y “
globalizado, donde nos convencen 

muchas las interpretaciones.
de mentiras que derivan en verdades 
a fuerza de repetirlas hasta que la 

masa traga y se las cree. Y luego se 

inventan términos como el de “pos- 
Existencia de la verdad
verdad” para disimular el bulo que 

La verdad, la verdad. Cuánta nos han metido, pero con el que han 

tinta derramada en pos de la verdad. conseguido dejar de lado el terreno 
Cuánta sangre. Cuántos hombres y de lo racional para que nos dejemos 

mujeres a lo largo de la Historia y a llevar solo por el de las emociones.

lo ancho de este mundo han hablado Nos convierten en una suerte
sobre ella. Incluso yo misma ahora. de unidad amorfa virtual que ya no 

Algunos, la proclaman, otros la du- piensa, solo cree en lo que le dicen, 

dan; para otros, no existe. Los hay en un ejercicio la mar de efectivo, 
que se matan entre ellos en nombre puesto que ni siquiera hace falta reu- 

de la Verdad que, siendo única para nir a unos cientos o miles de seres en 

cada uno de los contendientes, resul- un recinto para arengarnos. Ahora lo 
ta distinta de la del bando contrario. hacen a distancia, llegan a millones 

Verdades como los puños que se de personas de una forma tan sutil 

cierran y golpean para imponerla. que ni siquiera te das cuenta de que 
Verdades inmutables que terminan te están lavando el cerebro. Ya nadie 

quedando obsoletas. Verdades que se acuerda de Chomsky.

fueron mentiras repetidas. Verdades Nos intentan imponer sus ver- 
que fueron recuerdos no vividos, dades, aunque sean verdaderas estu- 

que fueron sueños tan reales que pideces: “Las 10 ciudades que debes 

parecen existidos. Verdades que son visitar antes de morir”, “100 mejores 
capaces de avivar igual que de apa- películas de la historia”, “50 libros 

gar el fuego del amor. La verdad.
imprescindibles que no deben faltar


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