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Reseñas


Elogio de la duda



Bernardo Bayona



Camps, Victoria: Elogio de la duda, Arpa editores, Barcelona, 2016.




“Gran parte de las di cultades por las que atraviesa el mundo se deben a que 

los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas” 

Bertrand Russell



“La búsqueda de conocimiento signi ca aceptar la incertidumbre” 

Jacob Bronowski









Los libros de  losofía tienen en los que los lectores confortan sus Quien cree tener la solución y pre- 

cada vez menos espacio en las libre- certezas y los activistas de las redes tende imponerla es en el fondo un 
rías, desplazados por la avalancha sociales “aprietan el gatillo contra moralista engreído y utópico, inca- 

de los de autoayuda, esa plaga de cualquiera cuyo comportamiento o paz de dudar y de aceptar la indefec- 

psicología portátil para remiendos mera presencia incomoda”, dice Vic- tible imperfección de toda realidad.
de conducta y arreglos de concien- toria Camps en el Prólogo de Elogio En la portada  gura este lema: 

cia, una especie de ‘bálsamo de de la duda.
“todo lo que es podría ser de otra 

Fierabrás’ mental. Se trata de tener Los dos fenómenos descritos manera”. Es un reconocimiento de 
recetas a mano. El omnipresente motivan y justi can este libro. Acu- la contingencia, que recuerda la 

coach de ahora sustituye al confesor dir a la receta o echar mano de la Apología de lo contingente, del  lósofo 

de antaño, al director espiritual o
consigna para sentar doctrina, es
polaco Odo Marquard; y a Rorty, el 
al gurú del hinduismo. Ya lo decía lo contario de la complejidad, de
autor de Contingencia, ironía y solida- 

Kant en ¿Qué es la Ilustración?: “¡Es la re exión, de la argumentación.
ridad, de quien cita su obra mayor, 

tan cómodo ser menor de edad! Si Y entrena para el fanatismo. Los Verdad y método. Asumir la fragilidad 
tengo un libro que piensa por mí, fanáticos no dudan. Por eso es muy y la contingencia de la condición 

un director espiritual que reemplaza necesario en estos tiempos reivindi- humana, reconocer que nadie es 

mi conciencia moral, un médico que car la duda y no seguir plácidamente infalible y que cualquiera tiene dere- 
me describe la dieta, etc., entonces en “Los dogmas de la tribu”, como cho a discrepar y a ser escuchado, es 

no necesito esforzarme (.) no tengo titula un capítulo. Esta obra llama a el primer paso para la convivencia, 

necesidad de pensar; otros asumirán anteponer la duda a la reacción vis- que se basa en la empatía y el afecto, 
por mí tan fastidiosa tarea”.
ceral, a ponderar los pros y los con- en la comunicación y el diálogo, en 

Los parlamentarios no debaten tras, a apreciar los matices en una la tolerancia y la  lantropía.

en realidad, porque no argumentan, sociedad cada vez más dicotómica, La duda es una actitud plena- 
ni tienen la intención de persuadir donde se quiere decidir todo por mente humana, porque nace de la 

al adversario, y los portavoces de
referéndums entre un ‘sí’ y un ‘no’ y debilidad intrínseca a la condición 

los partidos repiten mecánicamente parece que estemos continuamente humana. Sin embargo, dudar es 
el argumentario distribuido ad hoc en la tesitura de optar entre blanco
difícil. Implica cambiar de perspec- 

cada mañana. Son simples voceros. o negro, todo o nada, conmigo o tiva, no dar por irrevocable lo que es 

Cada cual de ende lo suyo sin es- contra mí. Los problemas complejos eventual. Hay un verso en un poema 
cuchar al otro, no pocas veces sin no tienen soluciones simples y no de Bertolt Brecht, también titulado 

ser consciente del signi cado real hay forma de resolverlos, si cada uno Elogio de la duda, que dice “Qué difí- 

de lo que repite como un papagayo. tiene una verdad que se enfrenta a la cil fue ver / que aquello era así y no 
Y los medios de comunicación ac- verdad del otro y pone límites —lí- de otra forma”. Sí, es difícil cuestio- 

túan como altavoces de trinchera,
neas rojas— a todo tipo de acuerdo.
nar lo que se nos ha dicho que siem-


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