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1965. En la boda de Raimundo Salas, de izquierda a derecha, Felipe Bernardos, Manuel Rotellar, María Teresa, Julio A. Gómez, Raimundo Salas, Luciano Gracia, Rosendo Tello, Miguel Luesma, 
Miguel Labordeta y Benedicto L. de Blancas.



Los molinillos y Nosotros, los Dickinson, M. Gaviria y E. Grilló, jovencísimos que arrojaría muy fecundas conside- 
se verán representadas por actores de aún en el tiempo que nos ocupa. De raciones. El abuelo rubeniano de las 

Niké. El relato tiene también en Val- entre tantos olvidos, que sin duda se barbas encanecidas me señala ahora 

divia a un destacado representante producirán en estas páginas, debo en el retrato del fuerte y vigoroso Que- 
con El espantapájaros y otros cuentos y justicia rescatar a una persona muy vedo, poeta muy leído y admirado, 

Las estaciones; J. A. Labordeta redacta querida, Manuel Labordeta cuya pro- que venía a llenar el hueco metafísico 

por entonces unos cuentos mági- fesión de hombre de ciencia no logró de tan profundos vacíos, y casi sin 
co-realistas y de gran belleza poética, eclipsar al gran artista de la canción, solución de continuidad, los de Una- 

y Gúdel leerá algunos suyos, densos de la fotografía y del cine que llevaba muno, Baroja, Valle-Inclán, A. Ma- 

en su brevedad en las veladas de la dentro.
chado y Juan Ramón... Y en tantos 
Agrupación.
Niké creó sus propios órganos
corazones, Lorca, Aleixandre, Hui- 

J. Orús, del “Grupo Pórtico”, de difusión con el lanzamiento de dobro, Vallejo, Alberti, Neruda (aún 

inicia su recorrido pictórico pasando revistas y colecciones literarias. J. A. no había sonado la hora de L. Cernu- 
desde surreales fondos marinos de Gómez da muestras de incansable ac- da). Valle y Lorca desentumecían los 

ondulantes vegetaciones a la muda tividad: publica una antología de sie- repertorios de los TEU y Machado 

epifanía de los esplendores astrales; te poetas aragoneses, funda la revista iba tocando un tembloroso suelo 
algo más tarde vendría J. Borreguero Papageno y dirige la colección Fuende- humano, al tiempo que desplazaba

para experimentarlo todo en pintura todos de poesía dentro de la editorial a Juan Ramón, por mucho que Ani- 

con inusitada maestría; M. Gaspar, Javalambre, creación de Valdivia; J. A. mal de fondo solicitara inmersiones 
también pintor, prepara unos deli- Labordeta dirige la revista y colección de abismales sondeos. La rareza, las 

ciosos decorados para las representa- de poesía Orejudín, y M. Labordeta, místicas, los hermetismos, las mal- 

ciones teatrales que dirige con gran Despacho Literario, con secciones de diciones y marginaciones, los exilios 
hito otro nikeano, A. Castilla, y Gar- literatura, poesía, arte, cine, etc. J. exteriores e interiores, la hoguera 

cía-Abrines publica su obra de colla- Mateo Blanco, E. Alfaro y E. Gastón surrealista y su evasión incendiaria 

ges, Así sueña el profeta en sus palabras, fundan y codirigen Coso Aragonés del nos quemaban los ojos y las manos. 
de alucinantes visiones surrealistas. Ingenio, que editará libros de poesía Cómo sonaban y resonaban en el 

El mundo del cine cuenta con un narrativa, teatro y ensayo. Andadura ambiente plebeyo de los 50 el Llanto 

estudioso excepcional, M. Rotellar,
más dilatada tendrán la revista de o Poeta en Nueva York, La destrucción 
y dos realizadores, E. Alfaro y, sobre poesía Poemas, dirigida por G. Gúdel o el amor, Sermones y moradas, Los he- 

todo, A. Artero, digno de mejor suer- y L. Gracia, quien, posteriormente, raldos negros, Trilce o Residencia en la 

te. Incluso el campo de la sociología fundará y dirigirá hasta su muerte.
tierra. El postismo pudo fundirse en 
y del urbanismo tendrá tres destaca- Lamento tener que liquidar, nuestros gustos con Hidalgo, Otero y 

dos representantes, Enrique Gastón,
pasando sobre ascuas, un apartado
hasta Celaya el del trabucón, cuando


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