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Si la vieja había llorado no era una nueva forma de relación entre Prometí que hablaría de dos
por su manera emotiva de contar, se lo individual y lo colectivo. En la poetas. Uno de ellos es Juan Ra-
dijo, sino porque para ella Pedro era sociedad de los individuos, solo al món Jiménez. No hay demasiadas
alguien cercano y porque estaba ínti- hombre capaz de desprenderse de la manifestaciones de celebración del
mamente interesada por lo que suce- cáscara del individualismo, de salir éxito personal en el arte moderno,
de ella y de aprovechar el mirador
día en el alma de Pedro.
que propende al pesimismo indi-
De pronto la alegría bulló en su para engrandecer su comprensión vidualista, abrumado por su res-
corazón y el joven incluso se detuvo del mundo (un mundo abierto, her- ponsabilidad. Juan Ramón Jiménez
moso, difícil), le es concedido eludir
por un instante para recobrar el alien- escribió, sin embargo, una de las
to. El pasado –pensaba- estaba unido el fracaso, la miseria íntima en que más impresionantes celebraciones
al presente por una cadena ininte- se consume quien se aferra a falsas de éxito personal que yo conozca,
imágenes particulares. El estudian-
rrumpida de acontecimientos que se en su libro Animal de fondo. Nunca
derivaban los unos de los otros. Y le te debe estudiar para ser mejor.
me ha sorprendido mucho que la
pareció que justo hacía un instante Ser mejor implica conocer mejor
aparición de aquel poemario donde
el mundo. La fe en el proyecto hu- se leían cosas como “ahora soy la
había visto los dos extremos de la
cadena: y cuando tocó uno de ellos el mano y el desembarazo de deseos
envoltura de mi centro, de ti den-
otro tembló.
y temores estériles, una esperanza tro”, donde se dibujaba la esfera de
remota en el futuro de la especie y una vida, de una imaginación “sin
Y cuando atravesó en la balsa
el río y luego, mientras subía por la una desconianza en los engaños del tedio ni descanso” , y en el que Juan
colina, cuando miraba su aldea natal y voluntarismo individual salvan al Ramón Jiménez, persona en lucha
hombre inútil de su ineludible fra- constante con el desequilibrio,
hacia el oeste, donde en una ina línea
se encendía el encarnado y frío ocaso, caso. Esto creo yo que nos enseña la cantaba el equilibrio de una vida
pensó que la verdad y la belleza, al risa chejoviana.
de búsqueda y inal encuentro, la
Ya que he empezado este pe- exaltación de un deber cumplido
igual que dirigían la vida de los hom-
bres allí en el huerto y en el patio del queño texto con dos cuentos de un (el poeta que se dice: “quise com-
Sumo Sacerdote, proseguían su inin- gran prosista, me gustaría termi- prender la poesía y ahora que la
narlo con el ejemplo de dos grandes comprendo me comprende” —po-
terrumpido camino hasta aquel día y
que, por lo visto, siempre habían sido poetas. Pero antes apuntaré otro dría resumirse así— fuera recibido
lo primordial en la vida de los hom- ejemplo noble de hombre inútil in- por algunos de sus contemporáneos
tentando solventar sus cuitas en el como un caso de egolatría. Pienso
bres y en la tierra en general. Entonces
un sentimiento de juventud, de salud mundo moderno. Me reiero al pin- que era todo lo contrario.
y fuerza –tenía solo veintidós años- y tor Vincent van Gogh, quien resituó El segundo ejemplo es un verso
el poema del artista moderno (un (ni siquiera eso: un sintagma, una
una sensación inexpresablemente
dulce de una felicidad inminente, de inútil en potencia y casi siempre en palabra) de John Keats, contenido
una felicidad misteriosa, nunca vista, la práctica) en el balancín soledad/ en el primer cuarteto de su soneto
hermandad. La hermandad es un a la fama. La fama, la valoración
lo dominaron poco a poco, y la vida le
pareció admirable, maravillosa y llena valor bastante desatendido por el ajena, que tanto podía importar a
de un elevado sentido.*
mundo moderno, fue utilizado por un poeta del romanticismo (aurora
las religiones y las sectas en el mun- de la modernidad), queda con-
El mundo nuevo que descubre do premoderno, y perdió la batalla vertida en su poema en una vieja
este joven, la imagen de su aldea de tres que pregonaba el ideario que chochea y que solo concede el
iluminada por la certeza de un revolucionario (libertad, igualdad, privilegio de su amor a un “heart at
horizonte más amplio, de una po- fraternidad) de la política contem- ease”. Keats utiliza la palabra ease,
sibilidad mayor de entender lo hu- poránea. Acaso los artistas la hayan que en inglés debe de signiicar algo
mano y su recorrido por la historia, rescatado, pero casi siempre de for- así como ‘desenvuelto’, ‘aliviado’,
es lo que nunca encontró Nikitin ma poco duradera. Cuando Vincent “en calma”. Un corazón liberado.
en el cuento anterior, y lo que lo van Gogh alquiló la casa amarilla Solo este equilibrio donde se balan-
llevó al fracaso. La vida nueva que quería convertirla en una forma de cean el individuo y la inmensidad
se abre a los ojos del protagonista relación y estudio del mundo. Sabe- del mundo, solo el ánimo sereno,
de “El estudiante” es la posibili- mos cómo terminó la historia. Pero, alegre, libra al pequeño hombre del
dad de conocer verdaderamente. en cierto modo, su idea, fracasada fracaso del autoengaño, de la vida
Ese conocimiento no se halla en la en vida, persistió en su modo de en falso, me parece a mí hoy.
apariencia (el pequeño mundo del comprender la realidad, y es semilla
seminario y del estudio dogmático, que todavía lorece, para bien del *Traducción de
en su caso) sino en la revelación de
futuro imaginativo de la especie.
Ricardo San Vicente.
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