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Fracaso


Éxito y fracaso del ánimo moderno



José Antonio Escrig Aparicio

























El fracaso es uno de los grandes era miserable y aparente; ni siquie- a casa. Aterido de frío, el muchacho 
temas para el individuo del mundo ra era responsabilidad suya, como cruza los desmontes oscurecidos. 

moderno.
descubrió pronto. Era, a lo sumo, Solo se divisa una luz, una hogue- 

Y Antón Chéjov fue uno de
una realidad pequeña, tan pequeña ra, en el “huerto de las viudas”, a 
los más grandes escritores de ese como el mundo en que vivía y como unas pocas verstas de su aldea. Allí 

mundo. Sus cuentos y sus obras de el interior de una cabeza donde ha- se encuentra con dos mujeres, una 

teatro presentan continuamente bían anidado el aburrimiento y la anciana llamada Vasilisa y su hija, 
personajes que se ajustan a eso que desidia. El sentido común y el estu- Lukeria. Chéjov se cuida de mante- 

los rusos denominaron “el hombre dio, representados de forma incom- ner el misterio de la escena noctur- 

inútil”, pequeños ideólogos cuyas pleta por algunos personajes de este na. En un momento de la conver- 
vidas, al contacto con la realidad, cuento (“El profesor de Lengua”), sación, Iván evoca la triste historia 

fracasan sin remedio. Una risa su- escrito por Chéjov, habían volado del evangelio de ese día, el de la 

perior alienta en sus historias, una de su conciencia, y el hueco lo ha- traición y desesperación de Pedro 
risa que atesora valiosas enseñanzas bía hinchado la ilusión fatua de una en una noche desangelada, ante una 

de futuro.
“dicha poética”. Cuando el viento hoguera como la que ahora ilumina 

No hace falta mucho para ser de la realidad y una cierta cordura sus rostros. Es entonces cuando se 
un ideólogo, basta con ser profe- vuelven a anidar en Nikitin, este ya relata la sorprendente reacción de 

sor de Lengua, como le ocurrió a ha enloquecido y solo desea huir de la vieja Vasilisa, que derrama grue- 

Nikitin en el siglo pasado. Nikitin un mundo angosto, echado a per- sas lágrimas tras el relato de Iván. 
era un joven perezoso e inmaduro der. Su pecado fue el autoengaño, Lukeria adquiere un gesto de dolor 

que se casó con una muchachita la inutilidad. Nikitin era profesor y enigmático. Chéjov no apunta más. 

frívola llamada Masha. Nikitin era hacía años que había abandonado El joven Iván prosigue su camino, 
profesor de instituto en una ciudad el estudio.
conmocionado por la reacción de

provinciana cuyo único contacto Me gustaría resumir a conti- la vieja (“pensaba en Vasilisa: si la 

con el exterior era la presencia de nuación otro cuentecillo de Chéjov, mujer había llorado signiicaba que 
un destacamento militar donde los titulado “El estudiante”.
todo lo sucedido aquella terrible 

oiciales iban y venían en tren. En- Un muchacho llamado Iván, noche con Pedro tenía alguna rela- 

tre tanto, los militares y los miem- estudiante en el seminario, regresa ción con ella.”). Chéjov dispone su 
bros de la burguesía hacendada a un Viernes Santo a su casa tras un cuento sobre un escenario religioso, 

la que pertenecía Masha montaban día de caza. Cae la noche y su alma pero su naturaleza va a ser mayor,

a caballo, jugaban a las cartas o a
se llena de negros presagios, pien- el joven protagonista va a aprender 
la botella y discutían sobre nada sa en la pobreza de su familia y la una lección universal, que concierne 

bebiendo té. Nikitin creía que ha- extiende al conjunto de la Historia: al conjunto de lo humano. Debo 

bía alcanzado la felicidad que soñó una suma de pobreza y penalidades. dejar de resumir y proceder a copiar 
siempre, una felicidad ganada a Pasarán mil años —piensa Iván— y su inal íntegro. Sería lamentable 

pulso. Pero la felicidad de Nikitin
la vida no mejorará. No desea volver
estropearlo:


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