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Entre dos culturas


Suecia: Nombres de la fantasía y el sueño
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Antn Castro
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Un viaje lleno de emociones a través del cine sueco con la destacada imagen de Ingmar 
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Bergman, de la literatura y de Artur Lundkvist.
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Poco despus de Abba y Pippi Cal- sobre el viaje de la vida que se alimenta íóónente vestido rojo de la función, a la 
zaslargas, con la que nunca simpatic de una inesperada ternura. Junto a öííque nunca más he vuelto a ver, fue 
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del todo, quiz mi primer recuerdo Victor Sjström (1879-1960) estaba una felicitada, elogiada, interpelada y ella 
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plenamente sueco sea la pelcula El de esas actrices turbadoras, tan bellas ñse sentía la reina de la noche. A todos 
sptimo sello de Ingmar Bergman (1918- como atormentadas, Ingrid Thulin. Ya les contaba cómo había sido su trabajo, 

2007). Me impresion por completo: la conoca y me había fijado en ella, en quién era el autor, qué diferente debía 
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por los escenarios, por la compaa sus gestos, en sus incendios de adentro, éíser Suecia a España. “O a lo mejor no 
ambulante de teatro, por la presencia en su intensa mirada, tan honda como átanto —dijo—. En todas partes las 
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de la muerte, tan estilizada y sombra, torva o dolorida. La haba visto en La éricas se enamoran de los pobres y se 

por la atmsfera, por la sensacin de cada de los dioses de Luchino Visconti, burlan de ellos. En todas partes reina la 
provisionalidad del existir y por el y creo que fue lo que ms me descon- Áoscuridad”, me pareció oírle. Luis Feli- 
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juego de ajedrez. Aquella pelcula me cert de la pelcula: su inclinacin ha- pe Alegre, el actor y rapsoda de El Sil- 

perturb, de un modo bien distinto cia el incesto con su propio hijo (Hel- bo Vulnerado, se reía con una mezcla 
a cuando empec a ver las primeras mut Berger), su desgarro, su morbidez de complicidad, picardía e indolencia, 

pelculas de Bergman en las matinales inacabable y turbulenta, su suavidad y acariciaba los poemas manuscritos 

de los Multicines Buuel. Un verano de gata hambrienta de amor, su enfer- de Pinillos o Ángel Guinda que llevaba á
con Monika, con la esplndida Harriet miza bsqueda de la plenitud.
en los bolsillos.
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Andersson, se convirti en una de mis En realidad, ahora me doy cuenta, August Strindberg siempre me íá
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favoritas: era la exaltacin de la liber- miento: cuando llegu a Zaragoza en pareci un poco tosco y doliente. Du- á
tad, de la belleza, del deseo, de la carne 1978, un da fui con Luis Felipe Alegre rante aos. Pero un día adquirí un ca- í

ofrecida como un trozo de mar y de al Teatro Principal y asist a una repre- tlogo con su pintura y sus fotografías, 
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delirio entre las rocas.
sentacin de la Escuela Municipal de valiosas e inspiradas, y empecé a mirar- 
De aquella pelcula extraje algunas Teatro de La seorita Julia: una joven lo de otro modo. He ido adquiriendo 
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consecuencias sobre el erotismo en alumna, que se pareca un poco a In- sus novelas, sus dramas: me ganó más ó

Suecia, tan diferente al que veamos grid Thulin, encarnaba a aquella mu- que por su literatura por su condición 
en las casposas pelculas espaolas.
jer compleja que le hurtaba pasiones
artstica y, por qu no decirlo, por su 

En El sptimo sello vi que Suecia tam- a la vida y a los dems. Tras la repre- existencia convulsa. Ingmar Bergman 

bin tena sus zonas de tiniebla y de sentacin, acudimos al caf El ngel segua ah: era un genio, a veces un 
alucinacin. Y poco despus, en ese Azul y all, como quien no quiere la genio fatigoso, casi arrogante, pero 

viaje a travs del universo de Bergman, cosa, recib indirectamente una de mis con un mundo propio desapacible y 

me enfrent con Fresas salvajes, una primeras lecciones de teatro y, sobre dramtico. Me gustaban muchas cosas ó
pelcula sombra y esplndida sobre todo, de August Strindberg (1849-1912). de l, ms all de su cine: su condicin 

las relaciones, sobre la complejidad y
Estaba la joven actriz con su impo-
de escritor y su pasin por el teatro y la


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