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y rusófobo, y de españolidad a ultran- autor se oculta bajo el pseudónimo Ocho lustros llevo siguiendo afanoso 
úeste desenvolvimiento colosal, formida- 
za. Su acendrada religiosidad le lleva- íódel Dr. Lázaro Clendabims, no puede blemente acelerado, que la vida moderna 
é
ra, tras la publicación de su primera ómenos de interesar a quien presencia recibe del progreso científico, el cual lo 
novela, Elois y Morlocks, a agrupar sus en un país del Norte el desarrollo del devuelve por reacción inevitable. Pero mi 

posteriores escritos bajo el epígrafe de úémaquinismo y del movimiento femi- persuasión de que la mente humana es 
Los milagros laicos, en todos los cuales ónista». Un curioso dato aparecía allí, capaz de realizar cuanto jamás ha soñado 
úíóá
fracasa el «milagro» humano frente al óel precio del ejemplar, que era, en dos crecía más y más al contemplar lo ya 
íáíhecho y presentir lo por hacer, medraba 
nico y ltimo poder de Dios.
íátomos en rústica, 4 pesetas; encuader- en mí con el conocimiento, con la venera- 
Bajo el seudónimo de Dr. Lázaro ánado, 6 pesetas.

ááción hacia la Ciencia, la convicción de sus 
Clendabims (anagrama de su nom- ñlimitaciones.

á
bre), apareci en 1909, publicada por íLos milagros laicos

los herederos de Juan Gili (Barcelona, íáLa buena acogida de su primera Esas limitaciones que nacen de 
óá
en dos volmenes) la primera novela novela animará al autor a nuevos ser los hombres, en definitiva, como 
íé
de Carlos Mendizbal. Vena subtitu- proyectos literarios que, debido a su cree Mendizábal, criaturas de Dios y, 
lada como Historia de lo porvenir, según áintensa actividad profesional, no verán por tanto, meros intermediarios de su 

la narracin del P. Zacaras M. Blondel, óla luz hasta los años veinte, ahora ya poder. No reconocerlo así acaba en el 
áá
otro anagrama del autor, libro futuris- ífirmados con su nombre. Es entonces desastre, como esos «milagros laicos» 
ta que la crtica relacion con el Time cuando, en la Editorial Renacimiento que el orgullo humano dicta.


Machine de Wells y El amo del mundo de Madrid, aparece el primer título
La crítica acogió con interés la 

de R.H. Benton, adems de creer in- de su serie Los milagros laicos, una novela de Mendizábal —de ella se 
gls a quien se esconda con doble seu- ambiciosa iniciativa literaria de la que óocuparon destacadas firmas de la épo- 
í
dnimo. Descubierta la personalidad Mendizábal escribió hasta una docena ca como Pedro de Répide o José García 

del escritor, Mendizbal fue bautizado de obras, de las que sólo dos fueron Mercadal— y subrayó la novedad

como el Wells espaol, por la raigam- publicadas.
óde este tipo de obras en la novelística 

bre de ficcin futurista de su novela. Inauguraba la serie Pygmalión y íñespañola, escasamente cultivadas por 
ó
Libro muy ledo en su tiempo, en Elois Galatea (1922, aunque escrita en Za- áénuestros escritores. No se dudó en ca- 
y Morlocks se nos presenta a la futura ragoza, agosto-septiembre de 1914) en ááílificarlo como «maestro en estas artes 

sociedad humana dividida en dos la que Mendizbal afronta un tema y el mago español en esta clase de no- 
á
castas irreconciliables, los «habentes», que hoy tiene una ms que acuciante ávelas» (diario La Voz), a las que pronto 
que lo poseern todo, y los «carentes» actualidad, el de la clonación de per- aportaría un nuevo título, Anafrodisis, 

o esclavos subterrneos, que estarn
sonas. Porque el autor, en esta novela, ópublicado también por Renacimiento 

al servicio de los primeros, en una recrea el mito clsico situando su áen 1922, segundo de sus «milagros lai- 
visin premonitoria de las abismales centro de accin en el laboratorio de cos» y último aparecido en esta serie, 
íí
diferencias que hoy separan a los pa- un sabio escritor alemn, el Dr. Ernest éde la que dejó inéditos numerosos 
áí
ses desarrollados de los del llamado Rathenow, inventor de un sistema
manuscritos, El país hembra, El sexto 
tercer mundo, dentro de una trama de «fotografa de la materia y su re- sentido, Electrones moribundos...


argumental que ha sido repetida pos- produccin» con el cual, y a travs de Anafrodisis es la historia de un 

teriormente por numerosos autores un proceso de aplicaciones sucesivas, joven suizo de férrea moral —trasunto 
de la ahora llamada ciencia-ficcin, va logrando copiar y recrear desde
inevitablemente del propio autor, y po- é
á
aunque vista en Mendizbal bajo el la materia inorgnica a la orgnica,
siblemente un tanto autobiográfica— éí

prisma cristiano que no faltar nunca y finalmente el propio cuerpo de la que se encuentra en París y que debe ó
en sus escritos.
mujer amada. Pero aquel cuerpo per- defenderse con todas sus fuerzas de las 

Jos Garca Mercadal recoger fecto no posee ni inteligencia ni alma, asechanzas de una linda divorciada a 

en su antologa de 1910 Cuentistas porque el milagro de la vida no est al quien ha «alquilado» como profesora de 
aragoneses en prosa esta presencia lite- alcance del poder humano. La novela, francs y que intenta hacerle caer en sus á

raria del Dr. Lzaro Clendabims en el junto a esta trama de ficcin cientfi- brazos sin conseguirlo. Se entremezclan 
ñ
panorama literario aragons, incor- ca, sirve tambin al autor para hacer, unos experimentos, muy en la línea del 
porando al libro el relato «Un rato de como ha sealado uno de sus crticos, autor, de presuntas comunicaciones te- 

charla con un aparecido» y citando Luis Araujo Costa, una «apologa
lepticas con seres marcianos, con quie- 

en el final , «Catlogo de libros arago- del espiritualismo religioso contra el nes intenta el joven relacionarse mien- 
neses», un comentario de Ramiro de monismo de Haeckel y la izquierda tras se defiende con uas y dientes de 

Maeztu en torno a esa primera novela darwinista» aqu representada en las los peligrosos atractivos de la francesita. 

de Mendizbal: «La novela Elois y teoras e ideas del Dr. Rathenow. O El eplogo, de estilo policiaco, desvelará 
Morlocks, publicada recientemente como planteaba el propio autor en el qu pas en el trgico desenlace, con 

por la casa Gili, de Barcelona, y cuyo
prlogo de la novela:
muertes incluidas, de aquella historia.



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