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Santiago Ramón y Cajal, el intuiciones felices, las síntesis au- convirtió en uno de los sabios más 

sabio imaginativo
ígustas y triunfadoras. Gracias a las universales de la ciencia española. 
Uno de los relatos cajalianos áá
íáconfidencias que yo recatadamente Ya en 1867 escribió una novela que 
ms estrictamente de anticipación ííídeslizo en el oído de los genios, la guarda muchas similitudes con la 

cientfica sería “El pesimista co- íñinfeliz raza humana se aparta pro- famosa de Isaac Asimov Un viaje 
rregido” (recogido en Cuentos de íó
ígresivamente de los limbos de la alucinante, publicada muchos años 
vacaciones, 1905). Más que un relato grosera animalidad, y el grito las- después, y con la de un coetáneo 
ó
sera una novelita breve. Como re- ótimero del dolor resuena por cada del aragonés, Amalio Gimeno, Un 
lato, como “cuento de vacaciones”, á
éáédía menos insistente en las celestes habitante de la sangre, de 1873. Pero 
es largo, muy largo, aunque im- éesferas». Juan Fernández le repro- el relato de Cajal quedó inédito, así 
íó
prescindible para conocer las pre- ñócha que el «sublime Modelador del como otro relato de ficción científi- 
ocupaciones metafsicas del gran cerebro y de la retina» no hubiera 
óca, “La vida en el año 6000”.

cientfico aragons.
éíú«amplificado la capacidad analítica Habría que esperar a 1905 para 

«Juan Fernndez, protagonista de los sentidos, y singularmente que aparecieran sus Cuentos de 
de esta historia, era un doctor jo- íódel visual, por donde hasta la in- 
ñévacaciones, donde surgen esos re- 
ven, de veintiocho aos, serio, es- óvención del microscopio fuera su- latos llamados por el propio autor 
íá
tudioso, no exento de talento, pero íperflua». El numen de la Ciencia le «narraciones pseudocientíficas»,

harto pesimista y con ribetes de concede tal don, aunque le advierte 
y que fueron escritos entre 1884 y 
misntropo. Hurfano y sin parien- de sus peligros. En efecto, obtener 1887, durante su estancia en Valen- 

tes, viva concentrado y hurao en ese don le hará la vida imposible...
ñcia. Algunas de sus historias son 
compaa de una antigua ama de perfectos relatos de anticipación 
í
llaves de su familia. Hacia la poca A secreto agravio, secreta ñíócientífica, precursores de la cien- 

en que le enfocamos se haban re- venganza
óácia-ficción europea.

crudecido en nuestro hroe el asco Ramón y Cajal fue efectiva- En lo que respecta a “Secreto 
ñí
a la vida y el despego a la sociedad. mente un gustoso relator de na- agravio, secreta venganza”, es muy 
éá
Descuidaba la clientela y el trato rraciones e incluso un preciso evo- óposible, según señala Antonio Ber- 
de los amigos, que le vean de hi- cador de su vida. En este ámbito óíóágua —que editó en 1998 este cuen- 

gos a brevas, y pasaba su tiempo literario, le corresponde a nuestro íto en alemán, “Die Rache des Pro- 
íé
enfrascado en la lectura de obras autor, incluso, ser un pionero de
éfessors Max von Forschung” (“La 
cuya tonalidad melanclica casa- la ciencia-ficcin en nuestro país, óvenganza del Profesor Max von 

ba bien con el timbre sentimental merecedor de estar en las páginas óForschung”)— que fuera escrito en 
í
de su espritu. En esta deplorable de una Antologa de la ciencia-ficción í1885 como «complemento imagina- 
disposicin del nimo escribi un espaola (1832-1913), como la pre- óírio de sus trabajos científicos, que 
óó
libro de sentido terriblemente pesi- parada por Nil Santianez-Ti con íódurante ese periodo de tiempo se 

mista, intitulado Las planchas de la el ttulo De la Luna a Mecanpolis óorientaron a la microbiología del 
Providencia, fruto de sus sombras (Sirmio, Barcelona, 1995). En este cólera». Sus Estudios sobre el micro- 

meditaciones. Con todo eso, el da sentido, Ramn y Cajal engrosaba bio del cólera y las inoculaciones profi- 

en que Juan escribi la ltima p- la lista de mdicos que, en aquellos lácticas datan de ese año. El propio 
gina de su libro cay en profundo aos suyos de verdadera ebullicin Cajal afirma de dicho relato que
á
í
abatimiento».
cientfica, expusieron sus aventura- «el autor se propone simplemente 

En resumen, increpa al “Motor das hiptesis cientficas —esas con la amenidad de exponer algunos 
del universo” y ste se le apare-
las que soaban, pero no podan de rasgos salientes de la curiosa psico- 
ñ
ce. «Soy el numen de la ciencia, momento hacer realidad en el labo- loga de los sabios, esencialmente 

destinado por lo Incognoscible a ratorio— en un acogedor y menos amoral y profundamente egotista», 
iluminar los entendimientos y a comprometido relato de ficcin.
aunque aade inmediata y diplo- 

endulzar, por suaves gradaciones, Aunque en Ramn y Cajal su
mticamente que «hay excepciones, 

el triste sino de toda criatura vi- aficin a la fantasa cientfica fue
naturalmente». El autor introduce 
viente. Muchos son mis nombres: algo que surgi en l a una edad
en el relato una sustancia química, 

llmame el filsofo, intuicin; el muy temprana. Basta recordarlo
la senilina, una droga capaz de ace- 

cientfico, casualidad feliz; el artis- vestido (o ms bien desvestido)
lerar el envejecimiento del cuerpo 
ta, inspiracin; el mercader y el po- de Tarzn, en una fotografa, para
humano. El hallazgo servirá a la 

ltico, fortuna. Soy quien en el la- comprender que en su amente ju-
trama narrativa para que el cientí- 

boratorio del sabio o en el retiro del venil bulla con autntica pasin
fico descubridor solucione su pro- 
pensador sugiero las ideas fecun- el mundo de la aventura que, ca-
blema matrimonial con una esposa 

das, las experiencias decisivas, las
nalizado en el mbito cientfico, lo
demasiado joven y algo ligera de


Este segundo texto en rojo " A secreto agravio, 
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secreta venganza"¿tiene esta jerarquizacin?


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