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Para una que no tiene o no está conexión es un hábito que no solo en rizoma, matricial, que hace que 

en Redes Sociales que le propongan íestá permitido, sino que es activa
desde cualquier clúster pueda saltar- 
hacer un vídeo y un texto sobre

áy vehementemente alentado. Para se a cualquier otro sin preferencia 
«la imagen en las redes sociales»
íéello “ver” es, entonces y, sobre todo, de ordenación.

á
es, cuando menos, atrevido, des- óuna operación selectiva —se trata Es en las Redes Sociales donde 
concertante y con-movedor. ¿Qué ó
de seleccionar entre todo aquello las imágenes han alcanzado su au- 
podra hacer o decir de las Redes éque puede, en cada momento, en tonomía operativa, son sus propias 
ó
Sociales? Al mismo tiempo, ¡vale, áééúcada lugar, estarse viendo—.
mediadoras, no actúan como sus- 
s, puedo hacerlo! Pero, no estoy
ó
La desmaterialización (del titutas ni sucedáneas de nada, sino 
en RRSS, no tengo redes sociales, ícuerpo, de la vida, de todas las fa- únicamente de sí mismas. Ellas 

desconozco su funcionamiento.
écetas de la vida —de las relaciones mismas son los productos negocia- 
No s cmo moverme en redes. Si personales a la economía, de la 
dos por su mediación, las «mercan- 
adems nos plantean la “necesidad” ícomunicación a la política—), la cías de nuestro tiempo». El deseo 

de la imagen, nos damos de bruces óinstantaneidad, la globalización habita de lleno este sistema fosfénico 
con la solucin, con la respuesta. órigen el mundo; y es precisamente 
y puramente etéreo de las imágenes 
Parafraseando a Jorge Wagensberg, la imagen su fibra principal, su circulando, en circulación. Giorgio 
ó
«si la necesidad de la imagen es la materia prima. Es necesario pensar Agamben al respecto escribe, «son 
respuesta, ¿cul era la pregunta?». la imagen —“como cosa” y como el ser especial, aquel cuya esencia es 

Est claro que la imagen es nece- “imagen de cosas”—, como habi- ser una especie, una visibilidad, una 

saria, imprescindible, la condicin tante obsesiva y perturbadora de apariencia. Son el ser que no tiene 
sine qua non de las redes sociales. todos los rincones. Ellas siempre ólugar propio, pura inteligibilidad. 
á
Pero ¿de qu imagen estamos ha- estn en todas partes, tienen el don íEl que coincide con su hacerse 

blando?, ¿quin produce o consume de la ubicuidad. Incluso podemos ávisible, con su propia revelación» 
esa imagen? ¿Se puede hablar de advertir que donde está una, no se (Agamben, 2005, p.72). Desde, por 
áó
“diferencia” en la imagen de las excluye el estar de otra; ellas siem- y para: el deseo, en estado puro.


redes sociales? Antes descubro tres pre estn acumuladas, superpues- Para responder a esta invita- 
verbos: tener o estar y mover. Es- tas, amontonadas febrilmente.
óción nos hemos movido por Insta- 
“é
tamos y nos movemos en las redes gram, Facebook y Twitter. De estas 
í
sociales. ¿Qu o quin se mueve en redes sociales hemos tomado, nos 
Redes?
Es necesario pensar
íhemos “apropiado” de las imágenes 
í
Recordemos primero que nos la imagen —“como cosa” y que respondían a las búsquedas: 

encontramos inmersos en la se- como “imagen de cosas”—, ó#Familia, #Vida, #Amistad, con

gunda revolucin digital, bajo la la intención de llegar y ver hori- 
como habitante obsesiva y “

preeminencia de Internet, las Re- zontalmente el uso que hace de las 
perturbadora de todos los 
des Sociales y la telefona mvil. redes sociales la gente de la calle, 
El espacio ha dejado de existir, el alejarnos de los círculos artísticos o 
rincones

tiempo se superpone en un infinito cultos. Estas imágenes finalmente 

indefinido. Un tiempo autnomo constituyen los fotogramas de los í
del espacio, puro fluir de la dife- En ellas es la propia diferencia vdeos: Del deseo a la necesidad y La 

rencia, en un escenario matricial, lo que est en camino, en su diferir imagen en las redes sociales1. Son dos í
ñí
de acceso equiprobable, en el que —no menos un hacerse distinto pequeos vídeos, consecutivos, que 
los lugares se distribuyen a lo lar- que un hacerse en tanto que retraso, nos plantean: el primero, la imagen 

go de una topologa sin orden ni que “retardo”—. Aqu la imagen
desnuda, cruda, la que podemos 

orientacin, la misma en todas las es fluencia, cambio, «diferencia
encontrar diseminada en Inter- 
direcciones. Segundo, somos parte no sometida a las exigencias de
net, libre de derechos; el segundo, 

de la sociedad de consumo quien la re-presentacin» dira Gilles nos muestra estas otras imágenes 

nos alienta con satisfacer nuestros Deleuze. Tambin podemos decir enmarcadas por los elementos ca- 
deseos; sin embargo, esa promesa que son acontecimientos puros
ractersticos de las diferentes redes


solo puede resultar seductora en
(la imagen-acontecimiento), pura 

la medida que el deseo permanece presentacin, puro presente-conti-  
insatisfecho, compensando cada nuo. Flujos incontenidos en los que 1 Vdeo Del deseo a la necesidad


necesidad/deseo/carencia de mane- nada se retiene o retorna. Nada en  

ra que solo pueda dar pie a nuevas efecto de identidad, de memoria

necesidades/deseos/carencias. El de s, sino una fluencia indmita y 

impulso de bsqueda, de enlace, de
nmada. Una grafa diseminante y



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