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Sobrevivir a la vida



Vivir, sobrevivir, pervivir

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Entre la plenitud y la nada


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Pedro Luis Blasco
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Sobrevivir es siempre proyecto de perfección de cada persona, pero solamente si vive la 

vida dentro de los márgenes de su humanidad, de su humanidad compartida

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«Yo soy yo y mi circunstancia, y
me quedaba corta esta idea, aun sien- 
de contenido, haciendo que la vida de 
si no la salvo a ella no me salvo yo». édo Ortega defensor de la libertad del mi más auténtico sobrevivir tenga un 

As lo escribi el profesor José Ortega y ááñhombre. Pensando que mi circuns- profundo sentido. Quiero destacar al 
Gasset entendiendo por circunstancia, étancia empieza por mí mismo que respecto, porque es lo decisivo, que


dicho brevemente, todo lo que me ro- estoy y permanezco en pie, firme, de la decisión de vivir no es solo decidir 
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dea y me envuelve, lo que est a mi al- ámanera que yo decido sobre mí libre- vivir, ni siquiera la opción por seguir 
rededor material y espiritualmente, mi ímente, aunque con algunos condicio- viviendo; vivir tampoco es solamente 

mundo en torno, mi mundo; y pienso namientos (algo parecido piensa el re- haber vivido, como decía A. Gide, y 

que tambin ese mismo yo. Lo cual me conocido escritor Ted Chiang que ha como me decía en una ocasión nuestro 
lleva a esa otra idea orteguiana: «todos publicado recientemente su último ícompañero Fernando Aínsa; pero a 
íó
somos hijos de nuestro tiempo» —as libro: Exhalaciones, y dice al respecto: ípartir del ahora de cada día vivido, 

como de nuestros aos «coetneos»
«el libre albedrío es para mí compa- ívamos a ver y sabemos que, además

y «contemporneos», de nuestro da
tible con el determinismo, yo creo en íy mirando al futuro, vivir es sobrevi- 
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a da, de nuestras actividades, de ambos»), inmediatamente percibí vir... y pervivir. Aquí se inicia la vida 

nuestras relaciones personales—, que haba que completarla afirmando de cada persona, con y más allá de su 
circunstancia que no nos determina por mi cuenta «... pero yo sobre mi ícircunstancia.

ó“
necesariamente porque sabemos por circunstancia»; y, vinculado a ello, 

experiencia que hay quienes son ms propongo asumir asimismo que «mi “

hijos de tiempos pasados que del suyo vida no se acaba en mi circunstancia, Mi vida no se acaba en 

propio; y asimismo hay quienes se li- sino que empieza en ella».
mi circunstancia, sino que 

mitan a ser hijos de su tiempo y lo son Se trata, en primer lugar, de que óáempieza en ella

sin pena ni gloria, viven llevados por esta relacin del yo con su circunstan- 

sus particulares circunstancias, apenas cia que lo hace heredero de nuestra 

sobreviven, como explicar enseguida. historia no implica una identificación áCuando una persona estrena

Pero hay quienes siendo hijos de su tal que mi circunstancia me determine ásu existencia, como expliqué en otra 

tiempo lo aprovechan realizando su absolutamente: de hecho, a partir de ocasión, es un casi no-ser, la mínima 

carpe diem ms humano; y, entre estos, cierto desarrollo personal, me hago expresión de un ser humano adulto y 
hay quienes, hijos de su tiempo, desta- cargo de mi libertad y de mi autono- autónomo. Primero, la vida, su vida, 
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can a su vez por engendrar un tiempo ma humana y moral, y las ejerzo en
le vive a ella; pero su vida es «queha- 

futuro ms o menos inmediato.
el da a da de mi existencia. Y, sobre cer» y ella tiene todo por hacer, tiene í
Entiendo, sobre todo, que las dos todo, soy consciente de que en deter- que hacer y vivir su vida, y desde el 

afirmaciones de la primera frase son minadas ocasiones me hallo en una principio empieza a dar muestras de í

objetables, aunque, evidentemente, encrucijada vital, ante el dilema de lo que quiere y de lo que necesita. Pro- 
por razones bien distintas.
tener que decidir entre dos cursos de gresivamente va tomando consciencia 

accin incompatibles, teniendo que de s misma y de sus necesidades y va 

1.-«Yosoyyoymi elegir uno renunciando al otro. En empezando a vivir por su cuenta, paso 
circunstancia...»
todo caso, mi primera decisin y ms a paso. Y as va haciendo de su vida el 
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Hace muchos aos, al leer en la ineludible, intransferible e inviolable desarrollo de todas las potencialidades í

“Introduccin” a las Meditaciones del es la de vivir —renovada de manera de su naturaleza humana, superán- 
Quijote —primer libro de Ortega, en implcita cada da en mi vida cotidia- dose a s misma, viviendo la vida que á

1914, significativamente 13 aos an- na—. Es mi opcin por la “realidad quiere y puede vivir: es la vida que no 

terior al de Heidegger Ser y tiempo— radical” que es mi vida, y es mi com- cesa, que se sobrepasa a s misma. Y 
que yo soy yo y mi circunstancia, me promiso para llevar a cabo la tarea ms esto es lo bueno: vivir es sobrevivir, 

atrev a pensar frente a D. Jos que se
decisiva de mi existencia llenndola
vivir es sobrevivirse, ir ms all de lo



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