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Según dicen los manuales, el tér- los inicios del pasado siglo, a los que, particular a lo general, de lo concre- 

mino “ciencia ficción” nació en 1926 muy propiamente, podemos conside- to a lo abstracto, del accidente a la 
de la mano del escritor Hugo Gerns- éá
árar pioneros de lo que hoy se conoce sustancia, hasta llegar a la unidad y 
back, quien lo utilizó en la portada de éócomo la ciencia-ficción (s.f.), o, en abismarse en ella, y sacar por fruto 
ó
la que sería una de las más famosas áñítiempos más lejanos, relatos de anti- de todas sus meditaciones el éxtasis 
revistas del género, Amazing Stories.
ó
óócipación.
de los sufíes de Persia y el Nirvana 
La ciencia ficción —acudimos a óéSin ir más lejos, ahí tenemos a budista. De ahí saldrán El Criticón,


su definicin académica— es un gé- ánuestro sabio por antonomasia, San- de Baltasar Gracián, el Robinsón de 
nero narrativo que sitúa la acción en í
éótiago Ramón y Cajal (1852-1934) que Daniel Defoe, y hasta Diez años de 
unas coordenadas espacio-temporales dedicó al género anticipativo unas vacaciones, de Julio Verne, el Tratado 
á
imaginarias y diferentes a las nues- cuantas narraciones, publicadas en de Heligoland, del zaragozano Julio 
tras, y que especula racionalmente áCuentos de vacaciones (1905).

Bravo Sanfeliu, y, por qué no, hasta el 
sobre posibles avances científicos o éPero rizando el rizo, podíamos Anticuerpo de nuestro contemporáneo 

sociales y su impacto en la sociedad. órastrear en la literatura hecha por los Julio José Ordovás.

En ocasiones se la ha llamado tam- ííáaragoneses a lo largo de los siglos mu- 
En este repaso de antecedentes es 
bin “literatura de anticipacin”, chos elementos de fantasía que anti- obligado citar las insólitas ficciones 
óé
debido a que algunos autores, como cipan el género. He hablado de ellos de Antonio Serón (nacido en 1512), el 
Julio Verne, han llegado a anticipar
en mi Aragón en el país de las maravi- 
humanista bilbilitano, denunciado 
el surgimiento de logros cientficos y llas (2012) y en mi Narrativa en Aragón por hechicero y condenado a destie- 

tecnolgicos, como los cohetes espa- (en prensa) y no me extenderé. Pero rro, con sus Elegías a Cintia, donde

ciales o los submarinos.
creo justo citarlos, comenzando por óse codea con seres venidos del otro 

Pero hay que remontarse mucho el fabuloso reino del nigromante ímundo, dioses y musas del Olimpo.

í
ms atrs de la propia consagracin Atland, creador de un universo pa- óAlgunos autores mencionan, 
del trmino, en ese 1926, para encon- ralelo en las alturas pirenaicas del remontándose a este siglo XVI, a 
í
trar los primeros relatos de este gne- Monte Perdido. Este Atland no sería ónuestro heterodoxo Miguel Servet, 

ro. Aunque los expertos encuentran otro que un enviado de los dioses que fue quemado vivo por decir que 
ejemplos mucho ms antiguos (en
para crear al primero de los hombres, éó«la sangre se movía, circulaba por


la literatura clsica y especialmente al primero de los seres nacidos de
el cuerpo|», lo que hace preguntarse 
á
en la china), el que est considerado la conjuncin entre la fantasía y la al investigador Vera Ramírez: «¿No 
generalmente el primer relato de realidad, entre los hijos de la tierra y podía considerarse esto, en aquellos 

ciencia ficcin es el Frankenstein, de los hijos del misterio, una especie de tiempos, como ciencia-ficción?». Sin 

Mary Shelley (1818). Posteriormente, Dios creador en el que hacer surgir, óentrar en matices, sí.

en los aos 30 del XIX, Edgar Allan en medio de aquella reedicin del éáHay que recordar que Aragón ha 

Poe escribi relatos como La incom- paraso terrenal, la nueva criatura que ésido tierra de grandes heterodoxos 

parable aventura de un tal Hans Pfaal
poblara el universo, un nuevo gnesis óóícomo Miguel de Molinos, contempo- 
o Revelacin mesmrica, que sin duda para un nuevo hombre (la leyenda áráneo de Servet, y viniendo a tiempos 

deben englobarse dentro de la ciencia parte de Ariosto, que el francs Flo- más recientes el zaragozano Antonio 

ficcin.
rentin Ducos puso en versos ureos Gavín (1682-1750), sacerdote y con- 
En el siglo XIX apareceran en su epopeya tolosana sobre la gue- fesor de La Seo, luego convertido al 

Julio Verne y H. G. Wells, conside- rra de los albigenses).
anglicanismo. Fue el autor español í
á
rados dos maestros del gnero, si El captulo de los robinsones, que ms ediciones tuvo de su obra
í
bien el primero se centraba mayor- que inaugura literariamente Daniel en el mundo anglosajón durante los 

mente en el desarrollo de ingenios
Defoe con su Robinson Crusoe, ya est siglos XVIII y XIX, solo por detrás 
á
e inventos cientficos y el segundo en nuestro Abentofil, por su afin- del Quijote cervantino y al mismo 
en la crtica social (al imperialismo camiento zaragozano, en su obra El nivel que La Celestina. Su vida fue ó

britnico en La guerra de los mundos, filsofo autodidacto (Hai-ben-Jokdam, El como una novela de aventuras y sus í
á
o a la lucha de clases en La mquina viviente hijo del vigilante), que fue cali- escritos, tanto polticos como litera- 
del tiempo) ..., sin olvidar relatos de ficada por Menndez Pelayo como el rios, de marcado carcter anticatólico 
ó
experiencias biolgicas como La isla “Robinsn filosfico” y el “Robinsn y antipapista, tuvieron un alcance 

del doctor Moreau.
metafsico”, en el que el protagonis- que hoy no podemos imaginar en un 
***
ta, Hai, nacido en una isla desierta y escritor tan olvidado. La azarosa vida 

Tambin las maravillas del fu-
amamantado por una gacela, crecido de Gavn lo llev a Inglaterra y acabó ú

turo, de consecuencias no siempre y formado sin trato ni comunicacin sus das de prroco en el estado de 
alentadoras, han movido el numen con racionales, va elaborando por s Virginia, donde se revel como un 

de los autores aragoneses ya desde
mismo sus ideas, procediendo de lo
precursor del antiesclavismo y an



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