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televisión en color le quita algo de tan buenos usos. En La Vasca sólo de intentar el desplazamiento sin 
é
recogimiento. Como su título indi- podrá beber vino, pero, también, perder la vertical, alquile un taxi y 
ca, ejerce también de fonda y casa é
íáganarse unas indulgencias haciendo hágase trasladar por la carretera de 
de comidas de apreciable economía.
jaculatorias a cualquier santo elegi- Daroca hasta las Casas Baratas. A 
ñé
Casi enfrente tenemos el For- ído entre el enjambre de imaginería setecientos metros de la estación, 
nis, maravilloso antro donde la áó
que por allí pulula.
se encuentran las dos últimas esta- 
edad media de sus frecuentadores íóPerdonados así sus excesos, ciones, si vale la redundancia. En el 
í
no bajar de 75. Si pide un café, verá íádebe atravesar el pueblo y dirigirse a Bar Casa Antonio, el vino se hará 
en funcionamiento el antediluviano óí
áEl Volante, frente a la Puerta de Te- acompañar de recias guindillas. Si 
artefacto que se toma su tiempo árrer. Además del infaltable fruto de no ha tenido tiempo de informarse 

para obsequiarnos finalmente con Baco, buenas anchoas en salmuera y, de lo que pasa en el mundo, tendrá 
un recuelo por 14 pesetas. Cual- óóési quiere probar fortuna, participar 
ááíoportunidad de consultar el Heraldo 
quier otra consumicin no pondrá habrá en la timba que cotidianamen- o La Hoja del lunes, siempre a dispo- 

en peligro su equilibrio financiero.
éíte tiene allí su asiento. Hay jugadas sición del cliente, y, aunque tampo- 
Casi al lado, aparece el figón óde hasta cinco mil pesetas.

co se enterará de nada, podrá al me- 
del seor Aurelio, zamorano, apo- íLlegado a este punto se acerca- nos decir que ha hecho lo posible.


dado Patas Cortas, aunque el ttulo áárá, o se hará acercar si su sentido de Repte hasta la tasca de al lado. 
rece Casa Garrido. Aparte de sardi- ála orientación comienza a perturbar- 
Es un despacho de vinos en el que 
nas y buen vino a 6 pesetas, podr se, a la estación de ferrocarril. En la también se sirve directamente al 

encontrar la tpica fauna enlatra curva con la carretera de Daroca se ípúblico. Se conoce popularmente 
entre la que destaca Justo Perales, encuentra el Bar Casa Luis. Es fama como Tasca del Sordo y su dueño, 
éáá
tambin ex-barrendero, que le har que su dueño es insensible al dolor ñque no desmiente la popular de- 
óáó
saber que gana ms de jubilado que fsico. Aunque no lo verificamos, sí ánominación, se llama Félix. Agra- 
cuando le daba a la escoba con lo puede asegurarse que es insensible a dables sospechas aguardan allí al 

que terminar de arrebatarle las la prisa. Usted pida lo que sea —un advenedizo. El vino, muy bueno,

Á
pocas ganas que le quedaban de buen bacalao con rebozo o tortilla a cuatro pesetas. El litro, a treinta 
arrimar el hombro. Tambin puede de ajo y anchoas para acompañar
áy una. Cacahuetes a granel y una 
íá
toparse all con la flor y nata de la al habitual lingotazo—, cuando el parroquia dicharachera, amigable 
ñí
intelectualidad bilbilitana. Desde el propietario lo decida se lo acercará e invitadora. Félix y su mujer son 
polgrafo Pedro Montn, al director dicindole, eso s, “Que le aproveche ítambién bellísimas personas que 

del Orfen, Alfredo Larrea, sin ha- al seor”. El componente de cachon- ítambién convidan al mínimo des- 

blar del humanista Ampelio Medi- deo es interpretable.
cuido. Como, además, la tertulia 
na, los cientficos Jos Mara Franco Pida que le crucen la carre-
éque se forma suele ser salerosa, 

y Antonio Oliva o el multiforme tera y, junto a la explanada de la ñlocuaz y pachanguera, es difícil 

Javier Barreiro.
estacin, hallar el Bar Fonda del salir de allí sin seis o siete vinos de 
Enfrente est La Perla, ya ms Carmen, donde con la ayuda de propina.


hostal que taberna, aunque merece cualquiera de los baratos y suculen- Como esta taberna constituye 

la pena acercarse para libar su buen tos bocadillos que all se expiden, la número 14 de la singladura, si ha 
vino e hincar el diente a sus sucu- coger fuerzas para admirar la cu- hecho todo el recorrido de golpe, ó

lentos pinchos de lomo.
riosa calva del dueo (en forma de puede pasar ya de todo y hasta acer- ó

Tuerza luego a la izquierda. U) y arrastrarse hasta la tasca de
carse a la cercana Wisquería Los 
Dar con la calle del Olvido y, si al lado, Los ngeles, tambin fon- Invasores, con servicio femenino, 

tiene suerte, franquear el umbral da. Es fcil encontrar all soldados pues su prestigio local y ciudadano á

de La Vasca, que vegeta bajo la que esperan el tren y que su mili ya no habr quien lo levante. Lo 
gida de sus antiguos propietarios. pase pronto; es fcil que el dueo
que guste de hacer allí, si es que 

Este local sin rtulo, prcticamente le cuente que no gana un duro y el puede alentar, ya no es materia de 

la habitacin de una casa, es como ayuntamiento le fre a impuestos; una revista tan seria, responsable y 
un recuerdo de los tiempos en que es fcil que, si le tira de la lengua, moralizante como la nuestra, diri- 

se serva en los domicilios particu- diga pestes de las condiciones de gida fundamentalmente a la forma- 

lares que decidan oficiar de tascas, otros establecimientos del ramo y cin de la juventud. Como diría el 
costumbre que hasta hace poco ha es fcil que la tranca que usted lleva patrn del Bar Casa Luis, El Insen- 

perdurado en Andaluca. Pero ya a estas alturas sea de no te menees.
sible, “¡Que le aproveche!”.


se dijo que estamos en la calle del No se arredre. Aprovechando 
Olvido, tan grato para el bebedor y la circunstancia de hallarse en la 

hacia donde se encaminan aquellos
estacin y si se considera incapaz



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