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tes sabias e inteligentes, sobre todo
seguido y donde en algunos lugares se rrosión y a la lenta desintegración del
en el ámbito de la investigación, la úempezaba a vislumbrar, en la década concepto de ciudadanía».
ciencia y la universidad, alertaron del
de los setenta, una posibilidad de aca- En el grado de incertidumbre en
peligro de esta afirmación. La historia bar con la desigualdad. No hay nada que vivimos, una persona puede cam-
no solo no terminaba, sino que podía cono leer al historiador británicoTony biar de una posición social a otra de
repetirse. Como decía K. Marx en El
Judt y su inmensa obra Postguerra para manera fluida y reiterada. El nomadis-
Dieciocho Brumario, «la historia ocurre vislumbrar lo ocurrido en el siglo pa- mo ideológico se convierte en un rasgo
í
dos veces, la primera vez como una íéásado. Se habla de que el XX es el siglo general del hombre moderno, de las
gran tragedia y la segunda como una í
áde las ideologías. Y del actual siglo ideologías del actual siglo XXI.
miserable farsa». Pero —ya se sabe— íXXI, ¿qué decir?
El pensador Žižek —que nunca
á
los vencedores suelen alentar lo in- óDescribir en el siglo XXI las su- pierde el sentido del humor y utiliza
evitable de su destino para salvar a la tilezas de las ideologías en la era de
los chistes como elementos ejempla-
humanidad haciendo que su triunfo úólo que podemos llamar democracia rizantes de la locura que vivimos, a
se contemple en el futuro como único «satisfecha» es una tarea más que modo de pequeñas fábulas— en su
y necesario. Deca Hegel que la histo- ícomplicada. La ideología no solo no
libro Mis chistes, mi filosofía nos pone
ria es el progreso de la conciencia de la se nos impone, sino que es una rela- un claro ejemplo de cómo cambian las
í
libertad. Y esa conciencia es el motor óción espontánea con el mundo social, ideologías frente al poder:
de la historia. Por ms que se intente de cómo percibimos cada significa-
imponer el pensamiento nico, el do. De algún modo, disfrutamos de Tres rusos que comparten la mis-
Žma celda en la prisión de Lubianka han
hombre rebelde, ese que sabe decir no, nuestra ideología; no podría ser de ú
como expresara A. Camus, aflora y otra manera. Analiza el filósofo S. žsido condenados por delitos políticos.
íCuando se conocen, el primero dice:
remueve la conciencia de la libertad, iek: «Vivimos —dicen— en una
óá“Me condenaron a cinco años por opo-
construye la historia.
sociedad posideológica. La autoridad nerme a Popov”. El segundo dice: “Ah,
“social no nos dirige como sujetos que ú
entonces la línea del partido ha cambia-
deben cumplir sus deberes y sacrifi- do, porque a mí me condenaron a diez
ííaños por apoyar a Popov”. Al final, el
Frente a este carse, sino como sujetos de los pla- á
ceres». Se nos bombardea con frases tercero dice: “A mí me han condenado a
pesimismo, que nos llena de íícadena perpetua, pues yo soy Popov”.
como conoce tu verdadero potencial, sé “
incertidumbres, propongo
t mismo, encabeza una vida satisfac-
recuperar el optimismo toria, lo individual frente a lo colectivo. Žižek se ve legitimado para ex-
propio de la accin
«As es como elevamos la mentira a íplicar conceptos filosóficos, políticos
é
elemento principal de nuestra orga- áy lingüísticos mediante una sucesión
nizacin poltico/social. Parece que
de chistes guarros y escatológicos; lo
ó
Lo cierto es que este concepto na- la sociedad solo permanecer estable, que, bien pensado, quizá sea la única
ú
cido tras la cada del muro de Berln, solo sobrevivir, si se basa en una manera de hacernos entender en la
el fin de la historia, bien que contestado mentira. Contar la verdad equivaldría sociedad actual. Extraña paradoja.
inmediatamente por la intelectuali- a desintegrar el orden social». Nadie La incertidumbre nos rodea, la
dad y la inteligencia, gener un estado nos impone que consumamos; de sociedad sin futuro se acomoda y se
de incertidumbre y falta de confianza hecho, nos encanta. Lo que no quita encaja en esta democracia «satisfe- á
í
claramente incompatible con el buen para que dicho proceso est tan cu- cha» en que vivimos y que parece no
funcionamiento de una sociedad. bierto de ideologa como cualquier augurar nada. La pérdida de calidad á
Aunque contestada, su tesis parece otro. Y que dicha ideologa sea mu- democrtica y de la calidad personal
haber triunfado. Junto a la afirmacin cho ms complicada de quitarse de e intelectual de las personas que la
ú
del triunfo del capitalismo, comenza- encima, dada su invisibilidad.
representan está bien a la vista. Frente
ron a aplicarse polticas neoliberales Bauman en sus escritos acenta a este pesimismo, que nos llena de í
que nos condujeron al individualismo la nueva carga de responsabilidad
incertidumbres, propongo recuperar
salvaje y a la prdida del concepto que la sociedad lquida coloca en los el optimismo propio de la acción.
social democrtico de sociedad del individuos, en donde los conceptos Hay que actuar, volver a la verdadera
bienestar. La historia se repeta como tradicionales son reemplazados por poltica, a la militancia activa en favor
una miserable farsa.
otros autoescogidos. La expresin del bien comn, reivindicar una vez
Si contemplo el siglo XX, veo que modernidad lquida busca definir un ms las ideologas igualitarias. ¡Insis-
ha sido el siglo ms cruel, con mayor modelo social que implica «el fin de la to!, recuperar el optimismo del hacer
nmero de guerras y atrocidades de
era del compromiso mutuo», donde el frente al no hacer; ejercer de nuevo
la historia y, a la vez, es el siglo en el espacio pblico retrocede y se impone como ciudadanos y ciudadanas libres
que mayor progreso social se ha con-
un individualismo que lleva a «la co-
para volver a tener certezas.
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