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El poeta Miguel Labordeta Roma (maiorum imagines). Perduró Labordeta, Manuel, José Antonio y 

Subías, nació en Zaragoza el 16 de en la Edad Media y en el Renaci- Donato, que frecuentaban su taller, 
julio de 1921 y falleció el 1 de agosto miento entre las altas esferas so- donde siempre se conservó dicha 

de 1969 en su ciudad, donde aca- ciales y en destacados humanistas mascarilla y el retrato de per l que 

baba de cumplir 48 años. Estamos y creadores, llegando a tener su realizó para su lapida (Todavía lo 
pues, en el quincuagésimo aniver- máxima práctica entre los siglos guardamos a la espera de encontrar 

sario de su muerte y a dos años del XVIII y XIX, siendo muy común dónde donarlos, se admiten suge- 

centenario de su nacimiento, por entre los grandes personajes de la rencias).
lo que he querido recordarle y plas- historia, la ciencia y las artes, que Está considerado uno de los 

mar en estas páginas de la revista ha dejado un legado post mortem de grandes poetas de la generación de 

Crisis, un hecho poco conocido.
sus rostros. También se empleaba la posguerra española. De él, me 
La tarde del 1 de agosto de como modelo para la realización de hablaron sus amigos artistas, como 

1969, me encontraba en el taller-es- retratos en escultura. De este arte Pepe Orús y Ricardo Santamaría,

tudio de mi padre, Francisco Rallo funerario también existen pintu- o los poetas Carlos Edmundo de 
Lahoz (1924-2007), y sonó el teléfo- ras, dibujos y fotografías, según las Ory, Luciano Gracia, José Antonio 

no. El propio escultor nos cuenta: épocas.
Rey del Corral y Antonio Fernández 

«El pintor y amigo José Orús me Miguel Labordeta tenía la Molina, que fue miembro de la OPI 
llamó, por indicación del periodis- costumbre de acostarse después
(O cina Poética Internacional). En 

ta Alfonso Zapater, para hacerle
de comer, en la cama para hacer la 1973, época del grupo Forma realicé 

la mascarilla al poeta Miguel La- siesta, de la que ese fatídico viernes una escultura con el título Homenaje 
bordeta, la que realicé a las pocas ya no se levantó como consecuen- a Labordeta en chapa metálica de 

horas de fallecer, luego le hice un cia de un aneurisma de aorta, que hierro de 51 x 27 cm de diámetro con 

retrato de per l “Miguel Laborde- le dejó huella en el labio inferior terminación de pintura al esmalte y 
ta, 1969” en bronce para su lápida», como se aprecia en el rictus labial cuerda. Esta obra estuvo expuesta en 

texto publicado en su autografía de la mascarilla.
la muestra antológica del Grupo For- 

fechada en enero de 2001 «Francis- Mi padre se desplazó a la
ma. Actitudes e Ideas, Ideas y Actitudes. 
co Rallo Lahoz. Mi vida dedicada casa de los Labordeta en la calle
1972-1976, en el Palacio de Sástago de 

a la escultura», publicada en la del Buen Pastor situada entre la Zaragoza, en 2002.

revista Rolde de Cultura Aragonesa Plaza del Justicia con el Mercado 
no 130-131, junio-diciembre de 2009, Central. Curiosamente él no había 

pp. 44-59.
conocido en vida al poeta y, sin em- 

Mi padre tenía experiencia en bargo, estaba delante de su cadáver 
ello por haber practicado junto a con todo lo necesario para efectuar 

su maestro, el escultor Félix Burriel el trabajo que le habían encomen- 

Marín (1888-1976), que le había en- dado. Recordaba que se encontró 
señado in situ la técnica del vaciado con los familiares y hermanos que 

de mascarilla funeraria en varias estaban sumidos en una profunda 

ocasiones. Quise acompañar a mi desolación y que no fue fácil reali- 
padre y me ofrecí, pero consideró zar el trabajo a la vez que consolaba 

que me podía impresionar y no y daba ánimos, sobre todo a Do- 

quiso que pasara por ese trance. Yo nato, el pequeño de los hermanos, 
tenia 14 años. Siempre he lamenta- pero, como gran profesional que 

do que no me dejara ir. Cabe recor- era, preparó una toalla para rodear 

dar que posiblemente es el último la cara, puso esparadrapo sobre los 
de los grandes personajes al que
parpados para resguardarlos y apli- 

se le practicó el vaciado mortuorio có vaselina por la cara para facilitar 

en esta ciudad. Pienso ahora que el desmolde del vaciado en escayola 
quizás no quiso que le acompañara que realizó. Se llevó el molde del 

porque su primera mascarilla la ha- negativo de la faz a su taller, donde 

bían realizado sobre el cadáver de más tarde lo vació con escayola rea- 
una niña siendo él un joven apren- lizando el positivo. Posteriormente 

diz de escultor y le había marcado.
se fundió en bronce a la cera per- 

La tradición de la mascarilla dida.
funeraria era practicada en el Egip- De este hecho surgió una amis- 

to de los faraones y en la antigua
tad de mi padre con los hermanos


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