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grupos o élites que procuran construir es justamente en la frontera donde los de la frontera soportan esta presión
una identidad colectiva adecuada a sus tópicos se desmontan, los estereotipos como pueden y procuran no dedicar
nes, un proceso que no solo requiere se acogen con reservas y los grandes demasiados esfuerzos a adoptar di-
poner de relieve lo que tienen en co- discursos se reciben con un relativo chos esquemas. Sin embargo, siempre
mún las personas del propio grupo, relativismo. Una característica que pue- hay una minoría que, acomplejada por
sino también lo que las separa de los de convertirse en una fuerza adaptativa
sus dé cits al respecto, se convierte en
“otros”.
idónea para sobrevivir en un mundo ferviente promotora de aquel canon.
Teóricamente, la raya fronteriza donde los límites y las instituciones Napoleón, Hitler, Stalin o Mao fueron
constituiría el lugar donde terminan los clásicas tienden a diluirse en una espe- hombres fronterizos que asumieron el
“nuestros” y empiezan los “otros”, pero cie de globalidad líquida (como la que canon promovido por las élites de los
esto en la práctica rara vez se cumple. pregonan Zygmunt Bauman, Ulrich respectivos centros. Y actuaron en con-
Las fronteras no separan a los territo- B“eck u otros teóricos sociales).
secuencia. Sin embargo, lo que predo-
rios de una manera absoluta, sino que mina en las fronteras es la gente que
suelen ser más o menos permeables y En la Franja, el
no encaja, acostumbrada a vivir con
porosas, continuamente atravesadas un cierto relativismo cultural, político
clima catalanofóbico que
por ujos de diferentes intensidades
y social, motivos por los que desde sus
frecuentemente se vive en
y tipos (económicos, comerciales, respectivos centros son fácilmente ca-
culturales, sociales, etc.), a veces insti- Aragón y el de permanente talogadas como sospechosos, cuando
tucionalizados (incluso se pagan tasas no como potenciales traidores.
exaltación nacionalista en
o aranceles) y otras más informales o En tercer lugar, la gente que habita “
sumergidos (contrabando, etc.). En este Cataluña condicionan sus en la frontera ha aprendido a desarro-
sentido, la vida en torno a la frontera
interacciones con los vecinos
llar estrategias para convivir en aquellas
es intensa, se generan oportunidades situaciones ambiguas, lo que incluye
económicas, laborales, comerciales, saber disimular, mentir o aparentar no
demográ cas (posibilidades de mezcla saber de qué les hablan cuando alguien
con gente del otro lado, emparejamien- En segundo lugar, las fronteras de alguno de los centros les interpela.
tos, matrimonios, etc.) y se importan dibujan también muchas franjas in- Saben que son percibidos como una
innovaciones (técnicas, nuevas ideas, visibles. A menudo, entre las líneas anomalía, tanto desde un lado como
nuevos estilos de vida). Todo ello reper- fronterizas hay zonas con característi- desde el otro. Este sería el caso, por
cute en las formas de vida alrededor de cas diversas que no acaban de encajar ejemplo, de la Franja de Aragón: una
las fronteras, de las que sus habitantes dentro de los estándares uniformado- población de unas 45.000 personas que
quedan impregnados, para bien y para res, pueblos que han quedado fuera
tiene el catalán como lengua materna
mal. Aquí destacaremos tan solo tres de lugar, anomalías (a ojos de los y que habita en territorio aragonés,
características de este fenómeno.
homogeneizadores de turno). En este atrapada en un juego transfronterizo
En primer lugar, las personas que contexto, desde el centro se tiende a que les fuerza a ocultar parte de sus
habitan en el cruce entre dos realidades imaginar a los habitantes de la fron- características identitarias. El clima
geopolíticas disponen de un excelente tera como gente desnaturalizada que catalanofóbico que recurrentemente
mirador desde el que observar a los dos habla con acentos raros o entonaciones se vive en Aragón y el de permanente
territorios limítrofes. Ello les permite extrañas, con costumbres bárbaras o exaltación nacionalista de Cataluña
tener conocimientos y disfrutar de primitivas, que no acaba de encajar en condicionan sus interacciones con los
experiencias que los habitantes de los los esquemas de un ciudadano “como vecinos de ambos lados. Tanto desde
respectivos “centros” raramente pueden debería ser”. Por ello, los poderes Aragón como desde Cataluña los que-
conocer ni experimentar tan direc- centrales suelen arbitrar mecanismos rrían de otra manera, lo cual genera
tamente. En este sentido, la frontera de penalización social para garantizar una incomodidad que cada habitante
propicia una mentalidad más abierta, que todo el mundo participa de las de la Franja gestiona como puede. Ante
por defecto y por necesidad, porque
creencias, normas sociales, imágenes
un interlocutor foráneo, los habitantes
no se puede ignorar lo que se conoce o estereotipos promovidos por las de la Franja siempre procuran tener en
sobre los “otros”. Mientras los poderes élites y, de este modo, ridiculizar a
cuenta que este puede que no participe
“centrales” de su territorio procuran las personas de la periferia, obstacu- de su universo mental, que quizá hable
promover una imagen de los vecinos lizando sus oportunidades vitales. Ya otra lengua, y que tal vez considere
como rivales, competidores, enemigos desde la escuela, se les muestra que normales cosas que para ellos no lo son
o bárbaros, para los habitantes de la para prosperar socialmente deben tanto. Vivir en la frontera conlleva un
frontera aquellos vecinos forman parte olvidarse de sus formas de hablar, de plus de complejidad e implica asumir
de su cotidianidad, están integrados en vivir o de pensar, y adoptar el canon un mayor grado de incertidumbre. Es el
su “normalidad” vital. En este sentido,
o cial. La mayoría de los habitantes
signo de los tiempos.
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