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La danza es movimiento. La En la danza contemporánea, ción de media hora, pongamos por 

dramaturgia es movimiento. Se no se puede hablar de una sino de caso, perfectamente ajustada, que 
organizan los cuerpos. Se organiza varias y diversas dramaturgias. La 
una que, en todo o en parte, se re- 
la respiración de los cuerpos y la concepción tradicional se limitaba vela estirada, forzada para cumplir 

respiración de la representación. generalmente al esforzado encaje con los supuestos mínimos de du- 
Si la representación no respira, los de la sucesión de movimientos en 
ración que justificarían el pago de 
cuerpos no respiran y el especta- una fábula más o menos reconoci- una entrada. Por poner un ejemplo 

dor deja de acompasar su respira- ble por el espectador, que llegaba personal, Café Müller no llegaba a 
ción. Sin dramaturgia, sin un para al teatro con la tranquilidad de sa- 
los tres cuartos de hora y me valió 
qué, lo que hay es gimnasia.
ber de antemano “de qué va la his- la pena con creces hacer un viaje 

El movimiento no cesa. Un toria”. Con la expectativa de salir con el exclusivo objeto de asistir a 
cuerpo vivo nunca está inmóvil. habiendo comprendido, en fin, lo su presentación en Madrid.

Es un hervidero de ritmos. ¿Qué que ya sabía.
Bien es cierto que se da el caso 

ocurre cuando un cuerpo aparenta No es de extrañar que tal de espectadores reacios al esfuer- 
inmovilidad? Ocurre que desde espectador haya supuesto una ré- zo de organizar sus percepciones 

otro cuerpo (el del espectador) mora para la aceptación (todavía para atribuirles un sentido. Está 

esos ritmos se perciben apenas, minoritaria) de otras miradas a la claro que el espectador meramente 
pero inevitablemente se suponen, dramaturgia de la danza, empa- pasivo abunda. Es el mismo que 

se imaginan, se convierten en his- rentadas con las nuevas tendencias desdeña en el arte contemporáneo 

torias.
surgidas en el campo del teatro todo aquello que no encaje en su 
Así lo formulaba Rudolf llamado “de texto”. No es de extra- pobre concepto de lo que puede 

Laban en su clásico tratado El ñar que la palabra hablada aparez- ser una historia, un argumento, 

dominio del movimiento: “Los movi- ca en muchos montajes de danza. una producción de sentido. No se 
mientos de cuerpos y sonidos que La hibridación de géneros es una trata aquí evidentemente de esa 

se ven y se oyen en el escenario de las características más evidentes rémora, sino del espectador activo, 

excitan la imaginación, y despier- de los últimos decenios de las artes abierto, cómplice necesario del 
tan la voluntad de mirar con ojos escénicas.
trabajo de la escena. El espectador 

más intensos a ese mundo vaga- Hace tiempo que sabemos dramaturgo.

mente discernible de los valores (suponiendo que hayamos querido 
humanos*.”
saberlo) que no puede no haber un *Rudolf Laban, El dominio del 

El espectador es siempre, nece- texto, es decir, un tejido de signos movimiento (traducción de Jorge Bos- 

sariamente, un dramaturgo. Y co- que organicen el sentido de un es- so, ed. Fundamentos, 1987, pág. 173)
mo tal no puede dejar de trasladar pectáculo sea cual sea el adjetivo 

de algún modo su percepción de lo que se le asigne. No hace falta ser 

que ocurre en escena a su propia un estudioso de la semiótica para 
experiencia vital. Especialmente, comprender que en buena medida 

quizá, cuando la apariencia de mo- resulta secundario que la sucesión 

vimiento se reduce al mínimo. Es de signos tenga o no apariencia 
sabido que la impaciencia percep- verbal. Igualmente secundaria 

tiva de la cultura contemporánea sería su adscripción a modelos na- 

exige rellenar a toda costa lo que rrativos, líricos u otros.
estima vacío o inmóvil.
Un aspecto esencial de la dra- 

Cuando un cuerpo exterioriza maturgia es la duración, tanto de 

sus ritmos, con actitudes, gestos y la coreografía del espectáculo en 
desplazamientos evidentes, puede su conjunto como de cada una de 

ocurrir que la imaginación del es- las escenas. Demasiadas veces se 

pectador se tome un descanso pa- presentan montajes de danza en 
ra entregarse a la contemplación, los que se aprecian problemas de 

a la percepción más pasiva de las duración, generalmente por ex- 

modificaciones del espacio-tiem- ceso. Sin duda influye la presión 
po. Su dedicación a la dramatur- de lo que se supone comercial en 

gia puede permitirse un respiro, algún sentido o de las expectativas 

pero es cuestión de tiempo que de contratación.
reaparezca en algún plano de la Y, sin embargo, cuánto más sa- 

conciencia.
tisfactoria resulta una representa-


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