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que preside la ordenación de los ele- la propuesta: iluminación, espacio tado con un plan narrativo, con una 

mentos de acuerdo con un cierto plan sonoro, espacio escénico, vestuario, estructura nacida paralelamente y 
director hacia un objetivo que orienta 
caracterización.... y cualquier otro desde la propia música, que aparecía 
todo el material narrativo, mediante elemento que aparezca bajo cualquier como un elemento capaz de elevar la 

la construcción de una suerte de poé- especie sobre el espacio dramático; producción de las bailarinas hasta los 
tica original que constituye el aspecto 
sin olvidar el propio tiempo/ritmo
clímax dramáticos con la misma fuer- 
más característico de la propuesta es- y cadencia del devenir escénico, su za que el mejor drama.

cénica y que tiene que ver de manera estructura temporal; todo esto con- La función de las bailarinas, por 
muy importante con lo que llamamos 
forma la fábula, si la hay, o la abstrac- cierto, no era tanto mostrarnos el 
dramaturgia.
ción que se quiera plasmar en el esce- catálogo de excepcionales cualidades 

En efecto, cuando hablamos de nario para que, acaso, constituya un físicas que habían conseguido con
teatro, la dramaturgia ordena los ele- punto de encuentro y una experiencia 
su disciplina y su entrenamiento, ex- 
mentos que intervienen en la puesta sensorial, emocional y estética en el traordinariamente exigente sin duda, 

en escena, pero también elige una desempeño de los espectadores.
sino atenerse a una especie de libreto 
forma concreta de llevar cada uno
Y si esto vale para el teatro, plan- 
riguroso y estrictamente pautado, al 
de ellos al propio espacio de la repre- teamos enseguida la cuestión que nos que sometían cualquier exhibición, 

sentación, y esta elección ya es una ocupa principalmente: ¿vale también y que orientaba su gesto, su mirada, 
elección dramatúrgica. El análisis tex- para la danza? Veamos. Si contamos toda su producción expresiva hacia 

tual, la dirección o concreción de la la fábula con palabras ¿podemos con- una interpretación claramente dra- 

lectura elegida para la adecuación al tarla también sin palabras? ¿Podemos mática, a la que servían con todo su 
plan de puesta general, la elección de danzar un drama, una comedia, una talento para crear algo más allá de la 

este o aquel elemento en detrimento tragedia? Claro que sí, ya se ha hecho, danza, más allá de la mera celebra- 

de este otro, la adaptación de un esti- y muchas veces. Cuando vi en Bar- ción del movimiento por un cuerpo 
lo más arqueológico o más asociado a celona, en aquel Mercat de les  ors, entrenado justamente para la excep- 

un presente histórico-político, más o Rosas danst Rosas —la coreografía cionalidad.

menos concreto o sólo indicado con legendaria creada por Anne Teresa
Luego hemos visto a la troupe 
mayor o menor sutileza, más ilusio- de Keersmaeker en 1983— enseguida del Ballet de Fráncfort dirigida por 

nista o más distanciado; todo eso es me di cuenta de que aquella forma
Forsythe bailando el Finnegans Wake 

d“ramaturgia.
de bailar, sujeta a un movimiento y a de Joyce con una música compuesta 
un tiempo casi tiránicos, con las cua- de rumores; al sueco Mats Ek sacan- 

tro bailarinas repitiendo gestos casi do a bailar a personajes encerrados 
Si contamos la fábula 
hasta la extenuación, en ese esfuerzo en espacios perfectamente urbanos y 
con palabras ¿podemos agotador, deliberadamente repetitivo, bien reconocibles en su drama coti- 

contarla también sin monocorde, con variaciones mínimas diano; a Pina Bausch en el legendario 

y una música intensa y obsesiva; pen- Café Müller y, casi al  nal, contando “
palabras? ¿Podemos danzar sé enseguida que estaba asistiendo a por dos horas un espectáculo de 

un drama, una comedia, una una peripecia dramática contada y es- excepcional emotividad a partir de 

tragedia?
tructurada con la intención de que se 30 ancianos de movimientos tan 
desentrañara aquello que veía y que poderosos como escasamente excep- 

sentía, todo ese caudal de signos: mo- cionales, pero capaces de trasmitir 

En  n, la dramaturgia orienta vimientos, gestos, acciones, miradas, con la danza tantas y tan poderosas 
desde el primer análisis para selec- silencios, ritmos y frecuencias, des- evocaciones cómicas, dramáticas y 

cionar una “lectura” particular del plazamientos, asociados a una músi- hasta trágicas. Entonces, ¿cómo no 

texto o material de partida, como ca casi tiránica, a una historia dramá- vamos a pensar que podemos contar- 
primera providencia hasta, y a partir tica casi concretada y bien inteligible. nos historias bailando, sin recurrir a 

de ella, la selección de los elementos Cuando vi esa obra tan sorprendente aquella seudopantomima romántica 

constituyentes de la sinfonía signi - entonces para mí y para casi todo el de príncipes y piratas que hinchaban 
cante que es el espectáculo  nal y su público, pensé de inmediato que me el pecho y señalaban el destino en el 

ordenación en la estructura formal habían contado una fábula sin utili- aire con un gesto que hoy casi nos 

en el espacio y el tiempo dramáticos zar ni una palabra, pero de una forma parece ridículo?
elegidos.
tal que la intensidad de las emociones Pero entonces nos preguntamos 

De acuerdo con esta lectura con- era igual de poderosa que la mejor también si no se puede bailar sin 

creta, particular, y desde su gobierno, historia contada desde la oralidad, más, bailar por bailar, para expresar 
se estructura y ordena todo el mate- desde la palabra, desde el teatro. Y
un estado de ánimo o para inducir un 

rial narrativo que dará forma  nal a
no dudé de que aquello estaba orien-
estado de ánimo incluso, para con-


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