Page 34 - Crisis 15
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de que un movimiento social lleve a ‘agua’, se de nan del modo que se
efecto las reformas que reivindica, de nan estas palabras representan
en el mejor de los casos, se está re-
una idea clara, inconfundible. Lo
primiendo la existencia y la capaci- difícil es manejar la unión del sig-
dad de acción de ese movimiento); ni cante con el signi cado de pala-
luego, las verdaderas reformas
bras que en sí mismas representan
deben ejercerse sin representación ideas o que sus signi cados surgen
alguna, deben ser revolucionarias, de valores culturales, sociales, po-
según Deleuze.
líticos. Pienso que la manipulación
Ruego que la lectura de este (el cambio) de esos signi cados,
artículo no exija de mí la propuesta muchas veces, se debe al deseo de
de una solución al problema, por- detener esa oscilación pendular de
que no la tengo. No obstante, me las ideas que surgen de la propia
parece que este ejemplo es un buen existencia de las palabras o romper
punto de partida para mostrar esa la lógica oscilatoria con la que crean
inercia pendular en la que se mue- ideas. Así, la oscilación regular de
ven nuestros pensamientos, pobla- un péndulo simple se convierte en
dos siempre de contradicciones.
una oscilación caótica, sin control,
“que lo mismo sirve para de nir una
meta utópica que para insultar, pa-
ra justi car otra ideología que para
Las reformas asumidas
hacerlo con cualquier otro compor-
y realizadas por el poder
tamiento, para defender una idea o “
solo fortalecen al poder
para abstraerse de la realidad, para
y potencian su carácter correr o para caminar o, quizás, vo-
represivo
lar. ¡Qué más da!
¿Pero, a dónde nos lleva nuestra
tendencia a delegar nuestra oscila-
ción? Pensemos que en ese péndulo
El lenguaje que nos ofrece el caótico (Francisco J. Serón lo ha
relato social y cultural nace de esa de nido espléndidamente en este
necesidad vital de cuestionar lo
mismo número de Crisis), nosotros,
que existe para poder avanzar y la gente, la masa, la multitud, o co-
cambiarlo a través de la crítica y mo nos queramos llamar, somos el
autocrítica constante. Así de niría brazo del péndulo que produce una
yo la tarea que debe asumir la hu- oscilación regular, dirigida hacia las
manidad en su empeño por subsis- metas que nosotros hemos jado,
tir y evolucionar (humanamente). pero nos da por delegar, preferimos
Eso se produce desde el recorrido ser representados y agregamos otro
oscilante de nuestro pensamiento; brazo al péndulo en el extremo
fuera de ese recorrido pendular solo inferior de nuestro brazo. Hemos
existe la parálisis, la quietud total, llamado al caos y el caos ha acudido
la nada; esto es, la muerte, el n de a nuestra llamada.
la humanidad (es una manera de Tenemos muchos motivos para
expresarlo, aunque parezca exage- continuar oscilando, repensando
rada) o el caos. Y el fundamento de nuestras decisiones, porque solo no-
ese lenguaje tenía que ser sencillo, sotros somos responsables de ellas.
asequible a toda la humanidad.
De hecho, en los diccionarios, hay
palabras cuyos signi cados suelen
cumplir (o casi cumplir) con ese
fundamento en su primera acep-
ción y son difíciles de manipular
(aunque no sea imposible): Una
‘mesa’ es una ‘mesa’, ‘agua’ es
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