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Entre un extremo y otro el pen- leer el artículo mencionado que dical, hegemónico y excluyente»)

samiento oscila, sopesa las cuestio-  rma Foucault en Microfísica del o autoarrogarse la representación 
nes, las evalúa, recorre varias veces 
poder para poder comprender mejor del conjunto del movimiento des- 
el camino hasta que puede desen- el valor y el efecto que la represen- tacando, hasta en el nombre de la 

trañar la idea, dejarla pendiendo
tación tiene sobre nuestras vidas
organización, alguna de las carac- 
de sus dedos, sujeta, pero nunca 
y, sobre todo, sobre el ejercicio del terísticas o nombres distintivos del 
quieta.
poder.
movimiento social (a propósito de 

¿Es esa una idea  ja? ¿podría- Debo confesar que este artículo «Nosotras Podemos», EQUO, PAC- 
mos pensar que hemos adquirido 
no me lo ha inspirado ningún deseo MA, etc. —cuestiones que no me 
un saber sempiterno? No, si el de aclaración  losó ca del tema parecen mal, porque de algún mo- 

pensamiento es algo que oscila, que nos ocupa y que ya está toman- do habrá que distinguirse ideológi- 
podremos a rmar que es puro mo- do dimensiones indeseadas, sino, 
camente—) o haciendo propias las 
vimiento, cambia de posición. Tal más bien, el cansancio que me pro- reformas exigidas por el movimien- 

vez, porque está vivo y sabe que su duce contemplar a todos nuestros to social (a propósito del PSOE o de 
misión es estar atento a todo lo que ‘representantes’ políticos batallan- 
PODEMOS con las reivindicacio- 
ocurre a su alrededor y analizarlo do incansablemente por apropiarse nes feministas o ecológicas).

incansablemente.
del trabajo, de la acción continua de Leyendo este artículo, se puede 
Sin embargo, nuestro empeño esos movimientos sociales creados, llegar a pensar que únicamente ten- 

hace que la vida transcurra mien- construidos, movidos y mantenidos go críticas para las organizaciones 

tras asumimos verdades inaltera- por quienes luchan y actúan consi- políticas de izquierdas, pero es que 
bles que, no obstante, alteramos guiendo que ese movimiento exista hacer críticas a la derecha, sea ultra 

constante e irremisiblemente. (cuando no quieren destruirlo di- o ultramontana, me da mucha pere- 

Abocados pues a esta razón que rectamente, como es el caso de esos za (sería un empezar y no acabar), 
produce nuestra propia vida, esa monstruos cavernarios de la extre- porque, además, quienes no entien- 

que ocupa tiempos y espacios, no m“a derecha).
den de críticas nunca escuchan ni 

vemos fuera de lugar los constan- aprenden. Solo señalare su desagra- 
tes cambios que se producen en dable manía de acudir a los insultos 
Si consideramos que 
nuestro pensamiento (no todos los y a las mentiras. Les da por llamar
mucha gente es de por sí 
cambios son incoherentes e incon- a los demás, felones o comunistas 
secuentes, aunque muchas veces perezosa, que tiene miedo (entendido esto último como arma 

erremos). Digamos que a muchos a los cambios y que huye arrojadiza), pero si repasamos la 

de ellos podemos considerarlos de las ocasiones en las historia, desde la Revolución Fran- 
como cambios naturales, lógicos, cesa a nuestros días, la mayor parte 
que debería tomar alguna “
producto del poder que ejerce sobre de las masacres y exterminios en 

nosotros el análisis constante de decisión, pre ere delegar
nuestro planeta llevan la  rma del 
nuestros actos y de nuestras ideas; «libre mercado»; de los tres princi- 

esto es, la autocrítica.
pios fundacionales del modernismo 

Claro que, mantener así de vi- y del liberalismo (libertad, igualdad 
vo nuestro cerebro desgasta, cansa, La experiencia nos dicta que y fraternidad) de los que solo se 

agota. Y, entonces, si considera- siempre que la clase política ha ca- han preocupado de que se cum- 

mos que mucha gente es de por
pitalizado o intentado capitalizar pliese el primero, pero solo para
sí perezosa, que tiene miedo a los cualquier movimiento social, civil o el mercado, no para las personas a 

cambios y que huye de las ocasio- cultural lo ha destruido. Porque el las que, si es preciso, se masacra o 

nes en las que debería tomar algu- trabajo de las organizaciones políti- esclaviza en nombre de no se sabe 
na decisión, pre ere delegar. Craso cas debería consistir en asumir las qué progreso.

error producto de esa pereza irres- reivindicaciones de esos movimien- Tras este largo paréntesis, re- 

ponsable. Porque, tal como nos ex- tos y habilitar soluciones. Pero no. gresaremos a Deleuze para señalar 
plica Deleuze en «Los intelectuales Esas organizaciones tienen ombligo el peligro de esa creencia según la 

y el poder» no es posible la repre- y creen que les pertenece capitalizar cual, las reformas que se ejercen 

sentación, de hecho, no existe la los esfuerzos de los demás, destruir desde el poder pueden llegar a ser 
representación. Esa no quietud del sus construcciones y renombrar
verdaderas reformas sociales. Para 

mundo nos dice que el mundo es sus ideas como si fuesen propias (a el  lósofo francés las reformas asu- 

acción, «acción de teoría, acción de propósito del feminismo «liberal») midas y realizadas por el poder solo 
práctica en relaciones de conexión o despreciarlas y descali carlas
fortalecen al poder y potencian su 

o de redes». Quizas, bastase con
(a propósito del feminismo «ra-
carácter represivo (cuando se impi-


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