Page 21 - Crisis 15
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De péndulos y pensamientos


La ley del péndulo



Miguel García De Andrés


Estamos sometidos al dictado de la ley del péndulo, me avisó mi amigo Fernando antes 

de partir























































Sin título (Óscar Baiges)


Vine a este pueblo porque me mático, fui dinamitero. Gané mis la ley del péndulo, ya sabes —y 

dijeron que sus gentes eran confor- buenos duros, pero eso se acabó, su mano izquierda imita el mo- 
mistas. Ramón vive en la Solana, un cerraron un pozo, otro y otro. De- vimiento pendular de un reloj de 

nombre que le va al lugar como anillo masiado pronto para mí.
pared.

al dedo. Desde la balconada hay una Tengo ganas de pincharle por Terminamos el plato de ceci- 
vista de la huerta con sus surcos bien ese lado, los riesgos del oficio, los na. Me excuso al levantarme.

labrados, los tutores erguidos como accidentes, las enfermedades, pero — Me marcho, tengo alguna 

juncos, la franja de  ores blancas de lo traslado al presente.
visita pendiente, pero gracias, has 
los almendros. El sol ya ha barrido la — Y ahora, ¿qué?
sido muy amable —y levanto un 

escarcha del alba. A Ramón le azuzo — ¿Ahora? Sobrevivo con una brazo ambiguo para abarcar algo 

con el recuerdo de los viejos tiempos.
pensión de mierda —El gesto, un más que el plato, es decir, la casa y 
— Mira, yo bajé a las minas de chasquido de disgusto, acompaña los campos, la huerta y el peñasco 

carbón. Manejé un martillo neu-
al cigarro que se enciende —Es
que amuralla el pueblo.


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