Page 59 - Crisis 14
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Me ocupo ahora de las creen- lógica interna propia de su naturale- plo. Las necesitamos porque nos
cias, pero me reiero concretamente za y adecuada a sus especiales con- informan y nos dan respuestas que
a todo tipo de creencias que tienen
tenidos y vivencias. Es evidente que solo ellas nos dan, vinculadas con
cierto relieve en la vida humana y las creencias tienen una dimensión la concepción del mundo, de la vida
que nos importan porque orientan
social o colectiva y una dimensión y de sí mismo que cada uno tiene, y
y sitúan a las personas en su mundo
individual. Digamos, pues, que una necesitamos conocer el puesto del
individual y social, y excluyo aquí gran mayoría de ciudadanos com- hombre en el mundo, también el
las más intrascendentes. Me ocupo parte determinadas creencias comu- decadaunoensumundoyensu
de estas creencias y de su verdad,
nes y transmitidas por la educación, vida misma, entre y con los otros
pero lo hago, en principio, dudando por las costumbres, que amalgaman y, quizá, en otras realidades que
de tal verdad porque distingo entre y mantienen cierta unidad en la so- nos trascienden. Racionalidad y
conocimientos lógico-racionales, ciedad, pero desde dentro. Creemos,
creencia no pueden sustituirse una
cuya verdad es más fácil probar, y por ejemplo, en el desarrollo y el a otra porque hay cosas humanas
creencias, como algo más subjetivo, progreso, en la democracia y man- que son asunto de razón y no de
entendiendo, además, que ambos tenemos usos y costumbres en las
creencia, y cosas de creencia que no
saberes son irreductibles en sus con- buenas formas, en la ocupación del lo son de la razón. La racionalidad
tenidos y criterios de verdad. Esto se espacio público, etc. frecuentemente es innata y también lo es nuestra
aproxima a la idea de Pascal cuando subyacentes en la mentalidad de necesidad de creencias a pesar de la
pensaba que le coeur a ses raisons que n“uestro tiempo.
incertidumbre e inseguridad que a
la raison ne connaît pas. Por eso, cómo veces conllevan, pero se fortalecen
sea verdad el conocimiento es, asi- en función de la solvencia del fun-
El amor entre dos
mismo, distinto de cómo sea verdad damento que las sustenta, de la re- “
personas es irracional,
la creencia, si es que alguna vez lo es.
levancia moral y humana de quien
Me ocupo ahora de este último aunque es más que nos las comunica o de la comuni-
punto analizando el concepto de razonable amar
dad que las asume y comparte.
creencia, ¿qué es verdad? y la verdad De todo esto se deriva una con-
de la creencia.
secuencia importante: a pesar de
A nivel individual, el modelo la mala prensa que a veces tienen
Sobre las creencias
más evidente y riguroso de lo que las creencias, lo cierto, creo yo, es
Los ilósofos se han ocupado de entiendo como creencia es el amor. que sin creencias la vida humana
las creencias desde la Grecia clásica Y me explico. El amor entre dos sería menos humana, o ni siquiera
a la ilosofía actual; desde Platón a personas es irracional, aunque es sería humana. ¿Qué aportan las
G. Marcel, C. Castoriadis o, entre más que razonable amar. Este amor creencias a la vida humana?, ¿cómo
nosotros, J. Ortega y Gasset para implica la fe de la persona amada la humanizan y qué función tienen
quien, dicho muy rápido, mediante que cree en la persona que la ama, en la vida personal y social? Para-
las ideas pensamos y explicamos la y la conianza en ella, iarse de ella. fraseando la tesis gnoseológica de
realidad: somos portadores de ideas; A su vez, esta fe y esta conianza de Kant, pienso que la vida humana sin
en cambio, somos y estamos en las la amada en su amante implica el creencias es ciega y que las creencias
creencias, son parte íntima de noso- amor hacia ella, amarla, de manera sin vida humana son vacías. Diría
tros, son el continente de nuestras que si no la ama esa fe y conian-
que las creencias son la sal de la
vidas y ellas nos sostienen.
za no son posibles. Amar es cosa vida; ellas la viviican, la dinamizan
Por mi parte, entiendo que la del corazón, no de la razón; de la —y a veces la dinamitan—. Mien-
creencia es —o se presenta como— creencia, no de la ciencia; el amor tras existan los seres humanos con
un saber que recoge y nos abre a no se puede demostrar cientíica- sus creencias —con sus mitos, con
una realidad humana o vinculada
mente como se demuestra la ley de sus utopías, con sus amores, etc.—
a ella, a nuestra existencia en todas la gravedad física, aunque también el mundo tiene sentido y tiene su
sus dimensiones: religiosa, política, el amor tiene una especie de ley
encanto, pero si tales creencias se
social, utópica, estética, moral etc., de gravedad espiritual: amor meus, debilitan o se hunden la vida se hace
pero que en sí misma es inabarcable pondus meum, illo feror quocunque insípida, carente de estímulo para
por el conocimiento normal y des- feror. No hay más razones para el ser vivida, y nos instalamos en un
borda y va más allá de los límites de amor que el amor mismo. Diría
mundo desencantado.
la ciencia. Un saber con frecuencia que creemos en nuestras creencias,
riguroso y fundado, aunque, conse- pero más bien nos las creemos, que- Sobre la verdad
cuentemente, no demostrable cien- remos creérnoslas y necesitamos Hablar de la verdad, pensar la
tíicamente, pero con una peculiar
creer en ellas: en el amor, por ejem-
verdad, es asunto que abarca mu-
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