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za, en su colección periodística “La admiración por el magisterio de su La Hoja del Lunes, de Zaragoza, como 

pluma impenitente” (1995) —¡qué pluma, cali cándolo de “verdadero redactor-jefe, y fue corresponsal de 
título tan apropiado para Polo! —, 
escritor”. Pocos días antes de morir las agencias Logos y Europa Press, 
donde desgranó con su característica recibía de la editorial Olifante los de los periódicos Diario de Barcelona 

ironía sus vivencias periodísticas, ejemplares de su único libro poético, e Informaciones de Madrid, y de las 
fue como el acicate que le llevaría
Supervivientes, una antología de su revistas El Médico, Profesión Médica, 
a dar a conocer una obra literaria dedicación a la poesía. Envolver los Dr., La Gaceta de la Construcción y 

semioculta, que no había tenido paquetes de ese libro para enviarlo
Mundo industrial. Fue el coordinador 
ocasión de salir a la luz. En 2003, 
a los amigos fue su postrera dedica- de las publicaciones de la Feria de 
gracias a la providencial aparición ción. Su último envío, a Juan Anto- Muestras de Zaragoza, del Cole-

de Unaluna, la editorial de los her- nio Gracia, el canónigo y compañero gio de Agentes Comerciales y de la 
manos Blasco, se publica La casa en Heraldo, que había publicado en 
Cooperativa del transporte. Durante 
apagada, que reveló por  n al gran sus páginas una encomiástica crítica diferentes periodos estuvo a cargo de 

escritor que era José Hernández sobre A la sombra del santo del día.
los gabinetes de prensa de la Cámara 
Polo. Y a partir de ahí, la sucesión No sé si José Hernández Polo 
de Comercio e Industria, de la Dele- 
ininterrumpida de títulos, como si el logró dar cauce editorial a toda su gación Provincial del Ministerio de 

autor, consciente de su edad, quisie- obra escrita, pese a ese maratón de Trabajo y de la Caja de Ahorros de
ra dar a conocer con cierta urgencia publicaciones. Espero, deseo que así 
la Inmaculada. Fue vocal de la Aso- 
una obra inédita que pugnaba por fuera, a lo que sin duda colaboró la ciación de la Prensa de Zaragoza en 

ver la luz. En Unaluna publicaría feliz longevidad que alcanzó nues- 1967. Con tanto trajín, era lógico que 
“Médanos de oro, Primeras armas, A
tro autor y compañero. También lo tuviera su obra literaria más o menos 

la sombra del santo del día (en sus dos presagia el hecho de que su última en barbecho.

partes), de admirable estilo litera- publicación haya sido el libro an- Jubilado de Heraldo en 1992, 
rio, y dos muestras de su devoción tológico de su poesía, como si Polo siguió colaborando con el periódico 

por lo “negro” y lo “fantástico”: El hubiera querido que la poesía, lo más con su sección “Punto de mira” hasta 

caso del telegrama de noche y otros re- íntimo, lo más personal —dentro de el 2001. Precisamente unas pocas 
latos (2004) y Cita en el puente y otras una obra muy personal— fuera el fechas antes de su fallecimiento se 

historias de fantasmas. Tras una edi- colofón obligado a una vocación y a publicaba un libro recopilatorio de 

ción no venal de La vejez de los otros una dedicación literaria indeclinable. estos últimos artículos, Puntos de 
(2009), de delicado humanismo, la En cualquier caso, la obra literaria de mira (2016), con un estupendo pró- 

desaparición de Unaluna le lleva a José Hernández Polo, la que está a logo de su compañero de redacción 

dar a conocer sus libros en  rmas nuestro alcance, mani esta sobrada- Antonio Herráiz Soler.
como Círculo Rojo y Punto Didot, mente ese cali cativo de “verdadero Como periodista había utili- 

con títulos como En paz y en gracia escritor” que tuve ocasión de darle zado seudónimos como «Carrete», 

de Dios (2010), historias en torno a
un día. Verdadero escritor y. pluma «Barlovento», «Fianchetto» (para su 
la guerra, con su contundente ale- impenitente.
sección de ajedrez), y más esporá- 

gato paci sta, y la novela La ciudad dicamente los de «Quinto Valerio», 

perdida (2011), ambas en Círculo; y Unas notas biográ cas
«José Beltrán», «David Quintana» y 
Hojas de albahaca (2013), Madre sin José Hernández Polo (Madrid, «Paul Galivier».

besos y otros relatos (2013), ¡Buenas 13-II-1927/Zaragoza, 9-I-2017) era Ganó el Premio de novela cor- 

tardes, Dios! (2016) y su recopilación licenciado en Derecho por la Univer- ta «Padre Llanas» de Binéfar en su 
de sus últimos artículos en Heraldo sidad Central de Madrid y Graduado primera convocatoria y el de cuentos 

de Aragón con el título Puntos de mira en 1961 por la Escuela de Periodismo. «Ignacio Aldecoa» de la Diputación 

(2016), en la segunda de esas edito- Tras un breve periodo en el diario
Provincial de Álava. Fue  nalista
riales. Entre una y otra publicación, Ya de Madrid, trabaja para Piresa,
en el Premio de Novela Corta del 

Erial Ediciones, editora de nuestra la agencia del Movimiento, e ingre- Ateneo de Valladolid y en el «Villa 

revista Crisis, a la que se vincula José sa ese mismo año en la plantilla de de Torelló». En la modalidad de 
Hernández Polo y donde publica Amanecer, en Zaragoza, dirigido relato policíaco obtuvo el premio 

algunos artículos, decide incorporar entonces por Muñoz Mompeán.
del I concurso semestral de cuentos 

a su recién nacida colección editorial A los tres años pasa a Heraldo de instituido por Mistery Magazine, re- 
La sombra apetecida, continuadora
Aragón, periódico donde ejerce de vista en la que publicó algunos otros 

de sus anteriores volúmenes A la redactor (1964-78), jefe de la sección relatos. El volumen XV de la Anto- 

sombra del santo del día, título del de Local (a partir de 1978) y en el que logía de las mejores novelas policíacas 
que tengo el privilegio de ser su se jubila siendo jefe de Opinión y de editorial Acervo recogió su relato 

prologuista y demostrar, de paso, mi
Colaboraciones. Trabajó también en
“¡Plom! ¡Plom! ¡Plom! ¡Plom!”. Los


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