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se pretendió enfrentar al mundo so- pos en la obra de Tomas Moro, Uto-
cialista. El doble lenguaje reapareció pía; el metafísico Hoh de La ciudad
para Fromm en muchas de las dis-
del sol de Tommaso Campanella; el
cusiones sobre desarme y desnuclea- Gran Salomón de La nueva Atlantida
rización del mundo contemporáneo, de Francis Bacon; el Icar de la obra
donde no se estaba nalmente muy
de Eugene Cabet, Voyage en Icarie.
lejos de la aparente contradicción Sin embargo, a partir del Leviathan
del principio partidario de l984 : de Hobbes y del Estado hegeliano, la
“War is peace”.
previsión regulada de la utopía del
pasado se fue transformando en ins-
trumento de dominación.
la verdad se convierte Del sabio Monarca platónico
al Rey Ubú hay un solo paso, que
en una “verdad móvil” según
se franqueó en los albores del siglo “
la empresa que la manipula, XX por muchos dictadores latinoa-
como un verdadero producto mericanos. Su patético ejemplo,
publicitario.
su imagen grotesca y desmesurada
está re ejado en novelas como El
otoño del patriarca de Gabriel García
Lo mismo sucede con la relativa Márquez. Así el Bienhechor de la
noción de verdad, cuya ambigüe- obra Nosotros de Eugene Zamiatín,
dad constituye el eje de la obra de del mismo modo que los represivos
Orwell, pero cuya manipulación capitalistas de The iron heel de Jack
permite las masacres en la novela de London, anuncian al Big Brother de
London The iron heel. Una verdad Orwell. Un tirano de conciencias
que en la utopía negativa Life in the que puede ser también un explota-
Crystal Palace del norteamericano dor de trabajadores, como el dueño
Alan Harrington, publicada en l959, de Metrópolis en el lm de Fritz Lang
es propiedad de corporaciones mul- o el parodiado patrón que controla
tinacionales y, por lo tanto, se con- los movimientos de sus obreros a
vierte en una “verdad móvil” según través de pantallas de televisión en la
la empresa que la manipula, como película Tiempos modernos de Charles
un verdadero producto publicitario. Chaplin.
El producto resultante es siempre el En la gesticulación y agresiva ig-
mejor, el de la competencia siempre norancia y deformación de la verdad
el peor; una ley que aceptan quienes de Donald Trump, en la deslegitima-
trabajan a su servicio y que están ción de sus enemigos parece corro-
dispuestos a sustituir pragmática- borarse la transformación patológica
mente, si cambian de empresa. La de la función del buen gobernante
relatividad y la instrumentalización en manipulador de conciencias. “El
de la verdad en el mundo contem- Hermano Mayor que vela por ti” de
poráneo no es, pues, únicamente el Orwell se ha reencarnado, y el sinies-
privilegio de los sistemas de propa- tro Ministerio de la Verdad de 1984
ganda de sociedades totalitarias y parece tener ahora su sede en la Casa
verticalizadas, sino que puede darse Blanca y hacer del lema de Oceania,
incluso en la competencia de las lla- “La ignorancia es la fuerza”, el nuevo
madas sociedades libres. Una lectura principio que debe regir la civiliza-
profunda de la obra de Orwell no ción norteamericana.
puede ignorar estas variantes que él
mismo tuvo en cuenta.
La ignorancia es la fuerza
Las utopías clásicas tienen siem-
pre el gran monarca que vela por el
bien de todos: el patriarcal rey Uto-
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