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Aspectos autobiográ cos
tagonista en un intento de guardar parecido del mapa. Su matrimonio
En esta saga vemos también las formas y en aparentar ser una con un capitán de corbeta después
una parte de la historia de España a
persona “normal” haciendo lo que de la guerra o la defunción de sus
través de los padres y de los herma- la sociedad imponía a las mujeres familiares aparecen en las páginas
nitos de Celia: del bienestar socioe- de aquel tiempo y que fue lo que le de sociedad del ABC, pero de ella
conómico de una familia madrileña ocurrió a Encarnación Aragoneses
ya no hay rastro. Aún a fecha de
perteneciente a lo que algunos en un período de su vida.
hoy se siguen subastando sus ori-
“
llamaron la burguesía republicana, ginales, pero casi nadie recuerda su
bien representada en la gura del nombre.
Es de desear que el
padre de Celia, a la Guerra Civil y
centenario de Elena Fortún
al exilio en América, trasunto de la Niñas raras
propia autora.
sirva para dar a conocer la Por otro lado, vemos que la
El aspecto autobiográ co y lite- protagonista de esta novela, al
obra de otras mujeres que
rario de Elena Fortún ha sido bien igual que la propia Elena Fortún, “
estudiado por Marisol Dorado, como “Las Sinsombrero”, pierde a un hijo y que su marido
Nuria Capdevilla-Argüelles y Ma- artistas de la generación del artista no le deja desarrollar su
ría Jesús Fraga, que son las artí ces 27, cayeron en el olvido.
innata capacidad artística para la
de la reedición de algunas obras de pintura. Las páginas en las que se
Elena Fortún en la editorial Rena- describe el papel de la mujer, fo-
cimiento con unos prólogos muy La escritora frecuentaba el Ly- calizado en María Luisa y en sus
elaborados y que nos acercan más a ceum Club Femenino de Madrid, amigas o familiares, nos pintan
una de las escritoras españolas más una asociación de mujeres artistas una sociedad que todavía no acepta
interesantes y, a la vez, más olvi- e intelectuales que tuvo vigencia la genialidad de las mujeres artistas
dadas de la literatura española del hasta el año 1939 y que contaba
y la independencia económica y
siglo XX.
con personajes representativos de sexual. Las protagonistas de esta
En este sentido recuerdo tam- aquella época como Victoria Kent, novela pertenecientes al mundo
bién que cuando era pequeña me Zenobia Camprubí, representantes artístico, o con independencia, son
llamaba mucho la atención la rela- femeninas de la Generación del 27 mal vistas por esa sociedad que
ción que Celia tenía con sus padres: como Ernestina de Champourcin y no acepta los cambios y nos hacen
su madre se presentaba como una artistas como la afamada ilustrado- pensar en las otras niñas raras de
mujer distinguida que no aprobaba ra Viera Sparza, que según Nuria la literatura. No solamente Celia,
la idiosincrasia y originalidad de su Capdevilla era la dibujante favorita sino también la Sara Allen de Ca-
hija; su padre, en cambio, era com- de Elena Fortún.
perucita en Manhattan, escrita por
prensivo y disfrutaba escuchando Carmen Martín Gaite, o la Gabrie-
las historias que Celia contaba.
La zaragozana Viera Sparza
la de Solo un pie descalzo, de Ana
La sombra de Viera Sparza, María Matute, nos muestran el
Oscuro sendero
seudónimo de la zaragozana María rechazo hacia las niñas listas, pre-
Esta situación familiar es la Dolores Esparza Pérez de Petinto, guntonas, inadaptadas y rebosan-
misma que la de María Luisa en aparece quizá en la novela autobio- tes de imaginación que no resultan
Oscuro Sendero, novela de Elena For- grá ca Oscuro sendero representada cómodas por su cuestionamiento
tún publicada recientemente en la en una de las nuevas amigas artis- del mundo, por su indignación,
editorial Renacimiento, con un es- tas de la protagonista. El personaje por su constante búsqueda de la
clarecedor prólogo a cargo de Nuria en cuestión guarda mucho pareci- verdad.
Capdevilla, y que ha permanecido do con Viera Sparza, ilustradora Es de desear que el centenario
inédita hasta nuestros días.
del semanario Blanco y Negro, pues- de Elena Fortún sirva para dar a co-
En ella se cuenta la historia to que también trabaja ilustrando nocer la obra de otras mujeres que
de María Luisa que guarda mucha un periódico para mantenerse a sí como “Las Sinsombrero”, artistas
similitud con la de Celia en tanto misma en aquella época.
de la generación del 27, cayeron en
que las madres aparecen como se- Es difícil encontrar informa- el olvido.
res desprovistos de comprensión y ción sobre Viera Sparza, dado que
los padres de ambas son la salva- su pista se pierde a partir de las
ción de las niñas en un mundo en últimas publicaciones en revistas
el que parecen no encajar.
falangistas en los años sesenta o
Esa frustración de no saberse setenta y es como si, consciente o
igual a los demás martiriza a la pro-
inconscientemente, hubiera desa-
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