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gia de las apariencias: la verdad rrealización interpersonal. Necesi- de las minúsculas verdades co- 

líquida es “simulacro” de la rea- tamos, así, conocer la verdad sobre tidianas para un entendimiento 
lidad, a modo de hiperrealidad
nosotros mismos, sobre los otros, mutuo y para nuestro desarrollo 

o ficción que superponemos a la y sobre las relaciones personales
humano íntegro. Necesitamos una 

realidad como un mapa con el que y sociales. La realidad, en todas verdad emancipadora que nos li- 
suplantamos un territorio, al que sus manifestaciones y en toda su bere de tanta liquidez, debilidad, 

dotamos de su propia lógica de riqueza, no es solamente del color viscosidad, banalidad, seducción y 

simulación en vez de adecuarlo a con el que cada uno la mira; ne- de tanto populismo; que nos per- 
la lógica de los hechos reales. Pero cesitamos la verdad como la base mita identificarnos moral y hu- 

es agradable a veces navegar por sobre la que andamos el trayecto manamente con nuestra auténtica 

donde uno quiere y dejarse llevar de nuestra vida.
personalidad, sabiendo a qué per- 
por la seducción de vivir en la rea- “sonas amamos y con qué personas 

lidad que más le conviene.
nos encontramos.
La verdad líquida, por 
A pesar, eso sí, del riesgo de La verdadera vida humana requiere 
ser apresado en su “viscosidad”:
su viscosidad, es blanda
una sociedad sólida, al menos una 

la realidad construida como ver- “sociedad decente” cuyas institu- 
y parece manejable, pero 
dad líquida y simulacro seductor ciones no humillen a los ciudada- “
es viscosa como la pez, la miel, la puede ser ella la que acabe nos, ni estos se humillen unos a 

resina; se me agarra, y aunque flu- manejando, sometiendo o otros. Una sociedad decente prio- 

ye no se me desprende, me engan- subyugando.
ritaria a una sociedad justa, más 
cha ella a mí. La verdad viscosa es difícil esta de alcanzar porque se 

ambigua y turbia, inestable, por basa en el equilibrio entre libertad 

su carácter de sustancia entre lo Liquidación de la verdad
e igualdad. La vida humana nece- 
sólido y lo líquido, como un fluido La verdad líquida, por el con- sita verdaderamente una sociedad 

espeso, pegajoso y adherente. Re- trario, es la liquidación de la ver- en la que sea posible vivir juntos 

sulta ventajosa a veces, para gozar dad y su reducción a una verdad con dignidad.
de las rosas sin dolerse con alguna bonita y barata; no buena sino 

de sus espinas.
falsa: hay que ampliar la filosofía 
“
de la sospecha para incluir en ella 
la verdad líquida, para descubrirla 
Ocurre que con todos “ 
y desmontarla. La verdad líquida 

estos ingredientes la verdad es solamente la verdad decons- 
truida, débil, banal, seductora y 
líquida es “seductora”.
simulacro de una persona líqui- 

da, deconstruida, débil, banal y 
La verdad líquida, por su seducida por un mero simulacro: 

viscosidad, es blanda y parece estamos ante una verdad triviali- 

manejable, pero puede ser ella la zada y ante la verdad reducida de 
que acabe manejando, sometien- una persona reducida, indigna de 

do o subyugando a quien se deja la dignidad de un ser humano y

llevar por ella. Y es que, además, de su proyecto de ser plenamente 
la verdad viscosa engancha porque humano, perfecto y, por lo tanto, 

tiende una nueva trampa: parece feliz. No vale el truco de atenernos 

verosímil; es verdad distorsionada, a una verdad velada, de plantifi- 
pero con un resto de verdad.
car un velo de la ignorancia para 

Al principio, yo también simular y disimular lo que no es 

pensaba y sigo pensando que ni es posible. Necesitamos conocer 
necesitamos verdad de la buena, y vivir la verdad del mundo de la 

verdades verdaderas. Para empezar a vida tanto o más que la necesita- 

conocer, primero, nuestra indigen- mos en el mundo de la naturale- 
cia natural como seres humanos za. Quizá los grandes ideales de 

desde que nacemos, que nos abre Verdad, Bien, Razón, Felicidad, 

inevitablemente a todo lo otro dis- Amor, etc. solo sean las ideas de 
tinto de sí, y nos exige contar con razón, verdad, bien, felicidad, 

ello para nuestra progresiva auto-
amor, pero necesitamos al menos


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